Comentando con un colega sobre nuestras últimas intervenciones, nos preguntaba y a su vez nosotros también nos hacíamos la misma pregunta: ¿cuáles eran nuestros deseos para este nuevo año y en estos días navideños?
Como no podría ser de otra manera, uno de nuestros deseos para este 2019 es que todos nuestros amigos, relacionados y también todos nuestros lectores, tengan un excelente año en todo cuanto se propongan.
En términos personales, nos gustarían muchas cosas. Sin falso altruismo deseamos un buen año para el medio ambiente, la sostenibilidad y la arquitectura energéticamente eficiente. Decimos sin falso altruismo puesto que nuestro interés es personal y profesional, en primera persona y pensando en nuestro espacio laboral inmediato.
Lo bueno de este aparente egoísmo, es que si a nosotros nos va bien es porque los sectores antes mencionados van bien. Luego, si estos sectores van bien, se podría suponer que el panorama nacional va bien. Si España va bien, hay grandes probabilidades de que sea un reflejo del bienestar del espacio europeo….y así sucesivamente.
Un medio ambiente más sano para este 2019 sería, muy probablemente, sinónimo de buenas acciones y/o políticas y esto repercutiría en más trabajo profesional para el sector en el que nos movemos, hablando en primera persona.
Una cultura más sostenible y más arquitectura energéticamente eficiente sería un buen empujón a las buenas prácticas en materia de proyectos, tanto a nivel urbano como a nivel arquitectónico. Evidentemente para un equipo de trabajo como el nuestro esto representaría una mayor demanda de sus servicios.
Dicho esto podría entonces sostener lo que podríamos bautizar como un egoísmo sano; uno que procure y anhele un futuro con un mejor balance medioambiental, más sostenible y con más buenas prácticas en cuanto a proyectos de arquitectura.
Este sentimiento de egoísmos sano quedaría satisfecho, por lo menos para el periodo de 2019, con una cultura general que no contemple otra cosa que la eficiencia energética para todos los procesos productivos y durante los ciclos de vida de las cosas.
Desde luego un arquitecto, que se precie de decir que lo es en toda su esencia, es un humanista y todo cuanto contempla en su vida pasa por este filtro. Bendita deformación profesional que nos permite ver la vida en todos sus colores.
Y si de colores se trata, nos gustaría que la moda de lo verde se intensificara, y que la etiqueta de Green o de Eco, sea menos publicidad y más realidad.
Estos son nuestros deseos para 2019….¿Y los vuestros?
Feliz año nuevo.