La semana pasada iniciamos una seria que deliberadamente pausaremos hoy para dar respuesta a una serie de interrogantes que se suscitaron en una tertulia profesional a la que solemos asistir. El tema de la referida reunión de amigo y colegas era la construcción modular, de la que nos sentimos, y así lo confesamos, enamorados.

La construcción modular es actualmente el sistema más avanzado de construcción industrializada con el que contamos. Aun contando con este sistema, en muchos aspectos, la arquitectura y más específicamente las técnicas constructivas se han quedado ancladas en una manera artesanal de hacer las cosas. La persistencia de algunos oficios dentro del campo de la construcción es una prueba de ello. Aunque es cierto que cada vez más se han industrializado varias fases  y elementos compositivos de los edificios, también es cierto que industrias como la del automóvil nos sacan gran ventaja en cuanto al aprovechamiento de la producción en serie.

Gran parte de los productos que usamos y consumimos se han producido en serie en una fábrica.  Entonces ¿por qué los edificios de prefabricación industrializada aún se cuentan como algo un tanto anecdótico? No conocemos todas las respuestas a esta pregunta, pero si nos aventuramos a proponer una de ellas: en el imaginario popular la construcción prefabricada es percibida como algo con vida útil y funcionabilidad limitada, insegura y fuera de todo orden estético. Nada más lejos de la realidad. En la actualidad, la construcción de prefabricación industrializada no sólo representa durabilidad, seguridad y estética, sino también menor coste económico, rapidez en la fabricación y montaje, además de posibles altas prestaciones energéticas.

Ya hemos hablo en términos parecidos lo que hoy repetiremos. Cuando utilizamos el término modular dentro del contexto de la construcción prefabricada, hablamos de un sistema alternativo dentro del mismo campo, que ofrece mayores ventajas a la hora de plantear soluciones a un coste razonable, confortable y energéticamente eficientes. Este sistema de construcción consiste en módulos tridimensionales que ya salen listos de fábrica para su montaje y utilización. Estos módulos (diseñados y pensados para cada zona según sus condicionantes sociales, medioambientales y climáticas) traen ya de serie los equipamientos y las instalaciones que permiten su conexión inmediata a la red pública para el uso de sus habitantes. Son transportados hasta su lugar de emplazamiento en vehículos pesados y montados por grúas (apilados o en serie)  según sea para un edificio en altura o para una urbanización horizontal.

El aspecto de estos módulos – si ha sido un propósito inicial de diseño- no evidencia ninguna diferencia con el aspecto de una edificación convencional, siendo en muchos casos más atractivas las construcciones modulares prefabricadas que las tradicionales.

Las ventajas y beneficios de esta interesante solución de diseño, sobrepasan los estereotipos ancestrales sobre la construcción modular  y nos acercan al planteamiento de salidas más que óptimas al problema de habitabilidad en zonas donde por causas variadas (déficit habitacional, estado de alerta o catástrofe por fenómenos climatológicos o sísmico, etc.…) se hace necesario dar soluciones rápidas, seguras, eficientes y confortables.

Hasta la próxima…