La Navidad, pretendida celebración religiosa  -copiada del rito pagano de celebrar el Solsticio de Invierno-  y basada en el plagio hecho por la Iglesia Católica de los mitos y leyendas de varias religiones ancestrales, coincidentes todas ellas en otorgar al 25 de Diciembre el "privilegio" de ser la fecha natalicia de sus respectivos "dioses y Mesías"  (Horus, Osiris, Krishna, Adonis, Buda, Prometeo, ect., ect.) y padeciendo los efectos económicos, físicos y emocionales de habernos dejado arrastrar,  !!otra vez! por el hipócrita gran comercio en una orgia de gastos innecesarios para llenar necesidades inducidas, en procura de festejar  -farisaicamente-  el nacimiento del "hijo de Dios", gastando "dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a personas que realmente no nos importan", propicia es la ocasión para preguntarnos:

Y AHORA QUE????

Porque mientras estuvimos imbuidos en el "espíritu  festivo", el país siguió deslizándose hacia el abismo de mas altos impuestos, consecuencia funesta del criminal manejo de la economía por parte de Pinocho Fernández, nuevos prestamos1, empeoramiento de la crisis energética, nuevos escándalos políticos, aumento de las actividades del narco-trafico, amenaza de instauración de la Ley Mordaza, desvió de fondos públicos para apuntalar las actividades del Despacho de la nueva Primera Dama, las acciones encubiertas  (y no tan encubiertas) destinadas a consolidar la impunidad de que gozan conocidos depredadores del Erario y el mantenimiento de un injusto orden de cosas a todas luces insostenible.

Obnubilados por los mensajes subliminales de una propaganda interesada, por la forma en que juegan con nuestras emociones, ancladas en dogmaticas creencias, los prelados católicos; por el desenfrenado y asqueante espectáculo de ver a los depredadores del país institucionalizando el parasitismo al repartir "cajas navideñas", adquiridas con fondos públicos, a una población indigente y merecedora de más respeto y el circo de fiesta y "romo" impulsado por el gobierno, se nos olvido que el próximo día de cobro es el 15 de Enero, que las tarjetas de crédito hay que pagarlas, que la única "magia" que hacen los REYES es aumentar nuestras deudas, que EL PAQUETAZO empieza a ser aplicado el Martes próximo y que la realidad no nos ofrece ningún paliativo para lo que nos espera en el futuro cercano.

Y para los ilusos que, de buena fe, declararon  -unilateralmente- una tregua navideña en las luchas y las protestas políticas, olvidándose de que los traidores conspiran todos los día  -y fiestas de guardar-  contra la salud de la Patria, ha sido el inefable López R., aquel de los delincuentes de dos años de edad, quien, al conminar al gobierno, en plena Navidad, a "apretarle MAS la tuerca a los delincuentes" les ha demostrado lo que significa EL AMOR, en tiempos del Cardenal.

No sigamos creyendo en pajaritos preñaos y en que los huevos de yegua sacan: el nuevo año NO VA A SER feliz y prospero; grandes desafíos nos aguardan, siendo los mayores las luchas por la libertad, la justicia y el establecimiento del imperio de la ley; organizándonos y movilizándonos para OBLIGAR al GOBIERNO DEL PLD a actuar dentro de su propia legalidad.

Estamos abocados a un aterrizaje forzoso y sin sacar las rueditas. Debemos buscar en la unidad la entereza suficiente para anteponer el interes colectivo al egoismo de "buscarme lo mío" y demostrar, militantemente, que este paiís nos pertenece a TODOS.

A los indolentes, a los apaticos, a los que piensan que no les afectará el rumbo por el que conduzcan a nuestro país, les invito a que reflexionen  -ajustándolas a nuestra realidad- en estas palabras del alemán Martin Niemoller:

Cuando los Nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guarde silencio,
porque yo no era comunista.-
Cuando encarcelaron a los social-demócratas,
guarde silencio,
porque yo no era social-demócrata.-
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.-
Cuando vinieron a llevarse a los Judíos,
no protesté,
porque yo no era Judío.-
Cuando vinieron a buscarme a mí,
no había NADIE MÁS que pudiera protestar.