Los aires del agradable y tan anhelado “friito” experimentado por todos en los últimos días, presagian la cercanía de la Navidad, generando un cambio en el comportamiento, los hábitos y las costumbres del dominicano en esta época del año.

Generalmente, el mes de diciembre, viene cargado de arraigadas tradiciones que afectan el ritmo de vida de los ciudadanos en todos los aspectos y sectores de la economía así como a la sociedad en su conjunto.

Esto da como resultado que aparte de los productos que se consumen regularmente, las tiendas, los llamados mall’s, los supermercados y centros comerciales de la más diversa naturaleza, se llenan a rebosar de todo tipo de mercancías para la ocasión.

Sin duda, la navidad es un tiempo especial cuya influencia se hace notar en los diversos aspectos del quehacer humano, desde las sencillas costumbres de cada día, hasta en el consumo de los productos que gozan de la preferencia del público.

De modo que al ser la navidad una época del año en la que se incrementa considerablemente el número de transacciones comerciales, conduce en consecuencia a un incremento en el nivel de consumo, que guarda una estrecha relación con los distintos segmentos del mercado.

En un estudio llevado a cabo hace varios años para la época, se indagó acerca de qué sería lo mejor que le pudiera pasar a los dominicanos en las navidades y los hallazgos de entonces y los anhelos de ahora, parecen indicar que no existen grandes diferencias en sus aspiraciones.

El encontrar pareja y poderse casar, tener buena salud, conseguir paz espiritual, sacarse el premio de la lotería o ganarse un carro, entre otros, destacan como los principales deseos del dominicano en esta sagrada época del año.