Ayer 23 de abril de 2012 amanecimos con una noticia internacional interesante para el mundo de la política y particularmente para deducir análisis interpretativos en el contexto del presente proceso electoral de la República Dominicana. Se trata del desenlace de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia. De acuerdo al Consejo Constitucional de la República Francesa (Conseil Constitutionnel), organismo electoral francés, las elecciones presidenciales francesas han polarizado dos alternativas de elección: una socialista (tipo izquierda moderada) representada por François Hollande y la otra de centro-derecha, por el actual presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.

Haciéndonos eco de un interesante artículo publicado[i] en el Periódico Español "El País", se establece que: "Con el 99% de los sufragios escrutados y una participación del 80%, el candidato socialista François Hollande ha obtenido el 28,56% de los votos, y se jugará en dos semanas como favorito la segunda vuelta con el actual presidente, Nicolás Sarkozy, que ha pagado su desgaste personal y político en las urnas. El líder conservador ha llegado segundo, con el 27%, cuatro puntos menos de los que logró hace cinco años, y con un récord negativo: es el primer presidente de la V República que no gana la primera ronda en su camino hacia la reelección".

Salvando las diferencias tanto respecto al desarrollo democrático e institucional de Francia, como a la conceptualización (o denominación) dada a las organizaciones políticas contendoras en la experiencia francesa en sus elecciones presidenciales del pasado 22 de abril, respecto al actual proceso electoral dominicano, podríamos deducir ciertas tendencias que trazan pautas en el comportamiento de los electores alrededor del mundo, que hacen parecer cíclicos dichos fenómenos.

Esto, sobre todo, es claramente notable en experiencias como la de la especie, donde lo que está en juego son procesos de "cambios fuertes y necesarios" [aunque vistos desde una perspectiva moderada][ii], no solo por el sentido lógico y dialéctico del principio democrático de la alternabilidad en el poder, sino también porque opciones partidarias altamente desgastadas en el poder, fruto de sus actuaciones contrarias a las aspiraciones reivindicatorias de la ciudadanía y a una tendencia democrática tradicional, llenan de indignación, rabia y actitud subversiva a los electores al momento de las elecciones; evidenciando no solo un "voto de castigo", sino también un sufragio responsable y comprometido con la preservación de la democracia; esta última categoría, particularmente aplicable al caso dominicano, veremos más adelante porqué.

Mientras en Francia el torneo electoral es ampliamente "pluripartidista[iii]" y por aplicación de regulaciones legales y constitucionales se convierte en bipartidista al llegar en una segunda vuelta electoral, creando una polarización natural entre las opciones más votadas como efecto democratizador del mismo proceso electoral; en República Dominicana, sin embargo, estamos sumidos en un sistema "multipartidista"[iv] con vocación bipartidaria en términos fácticos y no por aplicación general de la ley y la democratización del proceso. Esta mutación electoral hacia la polarización política, como es normal, se produce en el sistema francés durante la transición de las rondas de elecciones, particularmente desde la primera vuelta, donde todos los partidos –están obligados a- y conservan sus posibilidades de competir; posteriormente, entonces, se favorece la reagrupación en el "ballotage"[v] (segunda vuelta).

Esta dinámica del sistema electoral francés y sin que se pretenda realizar una fotografía exacta de la experiencia y viendo la crítica realidad dominicana, debiera llevarnos a reflexión con miras a buscar o regular la participación individual de los partidos minoritarios o emergentes en la primera vuelta y evitar que ellos se conviertan en un instrumento de comercialización de la democracia. Como es normal, esto coadyuvaría a mejorar la competencia en igualdad de condiciones para los partidos emergentes.

Ello explica porqué habiendo más de una veintena (±20) de organizaciones políticas disputándose el torneo electoral de la República Dominicana para este año 2012, solo disponemos de seis (06) candidaturas presidenciales y entre ellas, solo dos (02) polarizadas que, conforme a las encuestas hasta ahora reveladas, concentran más del 94% de las simpatías del electorado. Sin lugar a dudas, de hecho estamos ante un escenario bipartidista que inicia desde la primera vuelta por antítesis a lo que ocurre en Francia donde esto se verifica en segunda vuelta. A pesar de las grandes similitudes y las particulares diferencias, las elecciones dominicanas, igual como ha ocurrido en el caso francés, necesariamente se enfrentan a dos posiciones: una liberal que promueve un cambio real y otra conservadora que sugiere la continuidad del status quo.

En el caso particular de las elecciones de Francia, al margen de polarizarse dos agrupaciones políticas por efecto normal del proceso electoral de segunda vuelta, en los actuales momentos esta polarización plantea opciones ideológicamente muy opuestas. Mientras, François Hollande, representante del Partido Socialista Francés, procura una postura de "izquierda moderada", Nicolás Sarkozy y su Unión por un Movimiento Popular (UMP), representan una postura conservadora y la continuidad del estado actual de cosas con el cual el pueblo francés se ha mostrado abiertamente inconforme: el mensaje quedó claro cuando el presidente Sarkozy se convirtió el pasado 22 de abril en el primer presidente francés de la V República en no ganar la primera ronda en busca de la reelección.

Este panorama francés, sin lugar a dudas, técnicamente retrata la configuración política de las elecciones de mayo próximo. Por un lado, la opción liberal y socialdemócrata representada por el Hipólito Mejía y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que, sin lugar a dudas, representa no solo el cambio de mando sino el "cambio de filosofía" en la forma de gobernar priorizando el "Ser Humano";  donde el ciudadano ha visto disminuir su calidad de vida, su acceso a educación y salud de calidad, así como su fuerza pujante para la producción de empleos. Las políticas públicas emprendidas por el PRD, como la Ley de Seguridad Social y la regionalización del gasto público son muestras claras de la línea socialista moderada que hoy representa y que casualmente conecta con la línea del Partido Socialista de François Hollande, hoy ganador de la primera vuelta. Esta opción que implica un cambio en el presente contexto fue analizada por M. Duverger, al decir: "el ciudadano necesita comprobar cierto retroceso para tomar conciencia del descenso de un partido y aportar sus votos al otro"[vi]. Parece que el pueblo ya hizo ese ejercicio.

Del otro lado, tenemos una opción conservadora (ya considerada ultra por sus actuaciones y filosofías)[vii] personificada en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su candidato, que hoy representan, a pesar de no haber un escenario de "reelección presidencial", el continuismo gubernamental que busca no solo reeditar un modelo económico cuyas políticas públicas solo se concentran en los mega-proyectos, la macroeconomía descuidando la micro, desplazando el individuo, y priorizando sobre éste, la impunidad y el perfeccionamiento de una parafernalia corrupta sin precedentes en la historia de la República, sino también, y sobre todo, una opción que pretende consolidar una dictadura que más allá de constitucional y mediática, busca las bases para cimentarse de manera indefinida a través del relevo monárquico.

Para terminar de dibujar el cuadro fáctico electoral coincidente quizás podamos hablar de una "tercera fuerza política" en ascenso potencial, tanto en Francia como en República Dominicana. Entonces, estaríamos hablando del Frente Nacional (Marine Le Pen) de extrema derecha y el Frente de Izquierda (Jean Luc Mélenchon), en el caso francés; y de Guillermo Moreno (Alianza País), Eduardo Estrella (Dominicanos por el Cambio) y Julián Serulle (FALPO) en el caso dominicano. Para fines de nota aclaratoria, quizás el orden de correspondencia de estos últimos no sea el más adecuado.

A veces los académicos de las Ciencias Sociales podemos "pecar" al utilizar "cábalas" que rodean la explicación de procesos sociales y políticos que trazan una tendencia influyente, por tal razones, como ya dije, respetando las diferencias institucionales y conceptuales, el caso francés pudiera estar mandándonos una señal de lo que sucederá en las próximas elecciones del 20 de mayo de 2012: un cambio moderado hacia la izquierda en la República Dominicana. Evidentemente cuando Hollande declaró: "Soy el candidato para preparar el cambio[viii]", ante sus seguidores tras ganar la primera ronda de las elecciones de Francia, subrayando además que es el candidato de la unidad del país, si hay un candidato que más puede parecerse a eso en el contexto político electoral dominicano ese es Hipólito Mejía. Ese cambio, por tanto, y sin lugar a dudas, lo representa el PRD como antítesis a la opción, que aunque no reeleccionista de la persona del presidente –como en el caso francés- es la representante no solo del continuismo del PLD personificado en Danilo Medina sino también de la inmanencia de Leonel Fernández a través de la figura de la primera dama como una señal clara de la presencia de la corporación monárquica que ellos representan.

Igual como el corresponsal de "El País", al llevar un poco de sensacionalismo a lo que él con tanta firmeza acepta como una victoria ineludible del socialista Hollande, cuando se pregunta: ¿El miedo a que vuelva a ganar Sarkozy será más fuerte que el miedo de muchos franceses al mundo exterior y a una posible victoria de la izquierda? …Yo, también, al analizar las coincidencias con el caso francés, me atrevería a dejar la siguiente interrogante: ¿Será más fuerte el poder mediático y financiero que derroche el 20 de mayo el PLD para revertir lo que parece la crónica de unas elecciones ganadas por el ala socialista liberal del país, representada por el PRD, mucho más que la firme voluntad de CAMBIO y de auto-conservación democrática del pueblo dominicano? Las respuestas serían SI y NO, respectivamente.

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[i] Artículo "El socialismo resucita en Francia", publicado en fecha 23 de abril de 2012 por Miguel Mora, corresponsal de "El País" en la ciudad de París, Francia.

[ii] No me refiero aquí a procesos subversivos contra el orden constitucional ni aquellos que involucren violencias y guerras civiles como fenómenos que algunas veces terminan con la instalación de autoridades de facto, en unos casos, buenas, en otros, malas, pero siempre como preámbulo a cambios drásticos y en algunos casos, riesgosos para la democracia. Llamo a estos procesos "subversivos" y de cambios necesarios desde una óptica "moderada" porque si bien ellos implican un reto anti-sistémico y una actitud rebelde de las y los ciudadanos, lo que evidencian es la materialización del principio de auto-conservación y de autodeterminación de los pueblos mediante lo cual envían una señal a los gobernantes salientes como a los entrantes que con la voluntad popular no se puede jugar. El pueblo, como lo es un centinela del espacio bajo su tutela, es celoso de la democracia.

[iii] Para estas elecciones presidenciales del 22 de abril de 2012, unas diez (10) agrupaciones y partidos políticos presentaron candidaturas, a saber, según orden alfabético: Nathalie Arthaud (Lucha Obrera) Trotskismo; François Bayrou (MoDem) Centro; Jaques Cheminade (Solidaridad y Progreso) ¿Indefinido?; Nicolas Dupont-Aignan (Débout la République) Derecha soberanista; François Hollande (Partido Socialista) Socialdemocracia; Éva Joly (Europa Ecología-Los Verdes) Ecologismo; Marine Le Pen (Frente Nacional) Extrema Derecha; Jean Luc Mélenchon (Frente de Izquierda) Coalición de izquierda; Philipe Poutou (Nuevo Partido Anticapitalista) Trotskismo; Nicolas Sarkozy (Unión por un Movimiento Popular) Derecha liberal, actual presidente de Francia. Fuente: http://www.rumboaleningrado.net/2012/04/guia-practica-para-seguir-la-jornada.html. En Francia no se admiten las coaliciones en primera vuelta electoral.

[iv] La distinción que propongo aquí al considerar el sistema francés "pluripartidista" y a la realidad dominicana como "multipartidista", es porque a pesar de que en ambos convergen múltiples organizaciones políticas, el pluralismo no se manifiesta en el caso dominicano ya que, regularmente o casi siempre, en la práctica, los partidos minoritarios no participan activamente en el escrutinio de sus propias candidaturas sino que su participación está sujeta a una coalición electoral en primera vuelta que garantice su personería jurídica. El pluralismo, por tanto, consistiría en la oportunidad que tendrían todos los electores y electoras de elegir más allá de dos opciones concentradas que incluyan los demás partidos del sistema cuya participación viene a ser no más que un instrumento para hacer negocios en razón de coyunturas políticas. Esta realidad evidencia una seria distorsión en la participación democrática que debería llevar a los líderes políticos de la República Dominicana a una seria reforma del sistema de partidos políticos y del régimen electoral.

[v] Ensayo "Influencia de los sistemas electorales en la vida política", Maurice Duverger.

Fuente: http://www.ucm.es/info/cpuno/asoc/profesores/lecturas/duverger.pdf.

[vi] Ibíd.

[vii] Claras referencias de Juan Bosch como las siguientes, comprueban la filosofía altamente conservadora y cerrada de esa entidad política, al sostener que: "Los políticos dominicanos son tan atrasados como la sociedad en que se han formado y se mueven; su atraso explica que algunos de ellos describan la disciplina de los peledeísta como el resultado de una tiranía brutal que los mantiene aterrorizados". Bosch, Juan, "El PLD un partido nuevo en América" 3ra. Ed. 1999, p. 124.

[viii] Fuente: http://www.teinteresa.es/mundo/Hollande-afirma-mejor-situado-presidente_0_686932250.html.