En las redes sociales puede verse una entrevista realizada a Michael Sandel (https://www.youtube.com/watch?v=CWTN2snuysM) donde el filósofo reflexiona sobre la relación entre la filosofía y la vida civil.

La vida civil se refiere al proyecto de construcción ciudadana que estamos llamados a construir de un modo colectivo. Este proyecto requiere de una comunidad dialogante que interpele a sus conciudadanos sobre los problemas fundamentales que los afectan y los principios que fundamentan sus leyes y acciones.

El referido requerimiento exige a su vez de la filosofía como actividad que cuestiona los fundamentos de nuestras normas, valores y decisiones; fomentando, en palabras de Sandel, el arte del debate político.

Mediante el examen crítico podemos cuestionar si debemos colocar límites a la dinánima de los mercados y de las nuevas tecnologías, o reorientar nuestra noción de la educación cívica y de nuestros estilos de vida.

Esta idea se vincula a la educación cívica, entendida como un proyecto de formación dialógica que permite a la ciudadanía desarrollar una sensibilidad para escuchar las posturas del otro, especialmente, las contrapuestas. Sandel subraya este último aspecto, porque vivimos en una época de profundas polarizaciones.

Dichas confrontaciones se acentúan por los radicalismos políticos tradicionales arraigados en las sociedades modernas, el efecto burbuja de las redes sociales y una cultura que promueve una hipersensibilidad hacia la discusión de temas controversiales.

El diálogo democrático se convierte, entonces, en un arte marginal que requiere ser recuperado mediante el cultivo de la conversación razonada a temprana edad, partiendo de la escuela, las organizaciones de la sociedad civil comprometidas con el debate crítico, los medios y las universidades.

De la posibilidad de revitalizar dicho diálogo dependerá el futuro de las sociedades democráticas para enfrentar grandes retos que la amenazan: la fetichización del mercado, la ausencia de una cultura dialógica, o una educación cívica inadecuada para construir la sociedad democrática del siglo XXI.