Frecuentemente las academias, sea de ciencias, historia o de la lengua, abordan temas estrictamente de la dimensión teórica y de la intelectualidad pura, aunque hay temas de historia de la cotidianidad y de la vida privada que son abordados en la Academia Dominicana de la Historia como también de antropología y temas sociales que se debaten en la Academia de Ciencias. Igualmente, el carácter social de la lengua lo convierte en un contenido profundamente versátil.

Sin embargo, el vudú como tema central de un discurso de ingreso a la Academia de la Lengua, resulta inusual, por lo que me ha convocado a comentarlo en este artículo a propósito del pronunciado por el dramaturgo Yovani Cruz, en el acto de ingreso a la Academia de la Lengua recientemente.

Como sabemos, el vudú y toda la religiosidad popular dominicana tiene distintas aristas y por tanto, no es una exclusividad disciplinaria, más bien puede presentar múltiples miradas que complejizan su práctica y ritualidades.

El discurso de ingreso a esta Academia de la Lengua por parte de Yovani Cruz, conjugando aspectos interrelacionados y poco abordados: ritualidad y escenificación, amerita reconocerle una nueva interpretación por parte del autor al momento de sus consideraciones y fundamentaciones propositivas al cruzar teatro y religiosidad popular.

Pudo pensarse que el tratamiento que daría Yovani Cruz a su discurso de ingreso girara por el contexto del lenguaje ritual que acompaña este tipo de ceremonias y la significación semiótica de sus palabras, términos y frases que les son propias.

No obstante, y por el oficio profesional de Yovani Cruz centrado toda su vida en el teatro, encontramos un diálogo en el discurso de la Academia de la Lengua poco frecuente. Este discurso, de ingreso entrelazó la religiosidad popular a partir del vudú dominicano, con el teatro y los autores y manejos de la dramaturgia dominicana respecto a estas manifestaciones mágico-religiosas del pueblo dominicano.

Con cierta brillantez el discurso de ingreso de Yovani Cruz tocó el complejo sistema religioso, espiritual y mágico del vudú dominicano, su abundante panteón de deidades, sus ritualidades y significación espiritual y función social de estas prácticas.

En su momento el autor entretejía estas prácticas religiosas con el teatro nacional y la manera en que, desde la escenificación de personajes, obras escritas de teatro, representaciones de personajes, contenidos rituales en obras de teatro y uso de parafernalias relacionadas a esa religiosidad popular, el texto nos remontaba a una experiencia, traducida en un texto literario analítico y conceptual que profundizaba la temática por él abordada.

Por otro lado, encontramos en la estructura del discurso leído, dos bloques temáticos que, por momentos se divorciaban: lo ritual ceremonial del vudú y el desarrollo del teatro dominicano y sus mecanismos de función, ante este tipo de inspiración o libretos y los encuentros que se han producido desde las tablas escénicas dominicanas hacia ese otro mundo místico. En todo caso, el discurso interpretado por el autor manejó extensamente ambas relaciones que, por momento, los alejaba como si fueran contextos explicativos particulares, encontrando un hermanamiento oportuno en la estructura del discurso.

Esta presentación terminó más cerca del ejercicio profesional de Yovani Cruz haciendo aportes importantes de cómo el teatro dominicano ha echado manos al fascinante mundo mágico-religioso dominicano, para ir construyendo o construir desde esa cosmogonía, una dramaturgia propia como reto identitario del teatro dominicano, encontrando un buen escenario en estas prácticas populares.

Como habría de esperarse, este escrito destaca el carácter mimético de la cultura popular y su grandísima representación escénica en todas sus ritualidades, considerada pues, un alimento y fuente matriz en la definición de un teatro nacional dominicano. Felicitaciones por tu discurso y un merecido reconocimiento a tu obra.