Más que gobernantes y faraones,
Los grandes pensadores y filósofos,
Son los que han transcendido
En el tiempo.
Las cosas en la vida se relacionan se quiera o no, ya sea como símil; analogía o sinónimo, pero nada es sólo lo que es, o aparenta ser, porque todo es relativo en esta vida. Quizás sea esa la razón por la cual me llamó la atención del poeta hindú R. Tagore, al leer lo que escribió sobre el Taj Mahal, al decir, que el mismo era “una lágrima en la mejilla del tiempo”: Claro, una lágrima de amor en la mejilla del tiempo para por siglos perpetuar y que todos supieran de ese gran amor por el cual se construyó esa majestuosa obra.
Eso es lo poético y sentimental pero, se me enredó entre otros pensamientos y pensé, que así como se puede tratar de eternizar un gran amor, el hombre, ese ser imperfecto con ínfulas de perfección absoluta, por igual trata de perpetuar una lágrima en la mejilla del tiempo pero, negra. La antítesis del amor, el decoro, la humildad y sobre todo, de honestidad con sus principios una vez que ya han lanzado todo esto al basurero de la desvergüenza, la perversidad y la indelicadeza, únicamente la mancha permanece.
El sólo pensar lo que se puede hacer y edificar por el amor y compararlo con pretender extender sus egos y ambiciones en el tiempo, es la muestra más patética de la imperfección y la degradación humana. Principalmente, deseo llamar la atención sobre esto último y el comportamiento de una inmensa mayoría de la claque política que nos han mal gobernado en estos últimos tiempos. Es posible que muy a pesar de tantas evidencias, hasta me equivoque y no sea el número uno, pero sí tengo la gran convicción de que el tres, no es.
Me refiero específicamente a esa mancha imborrable que ya ha estampado en estos tiempos y los tiempos de los siglos por venir, la arrogancia, ineptitud, ambición, indelicadeza y corrupta élite política de las últimas décadas, la cual permanecerá estampada en el largo tiempo de la historia por las lágrimas, sinsabores y frustraciones de estas generaciones y de las que están por venir. Sólo hay que fijarnos en la deuda a cuestas que heredarán y llevarán mientras vivan, gracias al peor gobierno en nuestra historia moderna.
Sí, esta lágrima será el hoyo oscuro y pesaroso que nos acompañará sabrá Dios por cuanto tiempo. Estamos y al parecer continuaremos viviendo, como presente y legado de este mal gobierno, ante la ausencia de la presencia y la presencia de la ausencia de la autoridad y su capacidad técnica, moral e intelectual para responder a las diferentes amenazas y situaciones en las que nos tiene y mantiene desprotegidos o muy protegidos, -al entender de unos y otros-, con todo y que dominan los llamados tres poderes del Estado a plena capacidad y sobre todo, a su antojo.
Esta claque que pretende eternizarse mediante manipulaciones de la miseria, se han convertido, -la gran mayoría- en prósperos empresarios, dueños y señores de todo tipo de negocios, incluyendo claro está, el de los combustibles, con un crecimiento inaudito de testaferros, donde hasta los guardaespaldas están copando las construcciones de condominios. En tanto esto sucede, estamos viendo tantos desórdenes, pleitos y alteraciones del orden público, llevados a cabo por un tigueraje civil y combatido por un tigueraje uniformado, el cual es prepotente, altanero y desconocedor de sus obligaciones, sus derechos y, sobre todo, de sus limitaciones legales para combatir la delincuencia. Y es que se percibe algo que está allí, pero, que por igual, no lo está. Creemos ver que la autoridad está presente en el disturbio cuando en realidad no está y aun la percibas por el uniforme no lo está, y solo queda el vacío de una autoridad tirando piedras o disparando al igual que el tigueraje. Por eso estamos en medio de este caos. ¡Sí Señor!