Se ha publicado la lista de la Rolling Stone que nos habla de las 500 mejores canciones de la historia. A algunos no les gustan las listas, pero quiero indicar que estoy muy satisfecho con la elección. No se han equivocado. La lista es larga. Puede ser encontrada en su página.
Sucede un hecho elocuente: mucha gente tiene la impresión de que cuando una obra de arte es respaldada es porque tenemos que verla. Por esta razón, muchas elecciones son tomadas como un mero asunto de voracidad comercial.
He revisado la lista de la Rolling Stone y quería decir algo: “me robaron los cuartos”. Fue muy buena elección, por lo que podemos decir que la legitimación es debida. Podemos consumirla como una lista eficaz. Lo cierto es que se trata de un trabajo –como consumidores podemos evaluarlo–, que tiene una base de años de experticio. No es una película nueva que por tener a éste o aquel actor, ya está en las listas de las más vistas, con algún escándalo de anzuelo.
Con el correr de los años, uno se vuelve más metódico, más selectivo, como dirían algunos. Cuando uno ya está viejo, a mis 46 me siento de 90, la música que escuchabas antes, ya no la escuchas. A partir de cierta edad, intentas retornar a ciertos clásicos –se nota en la lista de la Rolling Stone–, que sí que te conmueven.
Hay una agrupación brasileña –bueno, en realidad son dos: Pixote y Fundo de Quintal–, que reúnen los requisitos que tienes para no perder el tiempo en teatralerías, como diría Borges que, por cierto, es cronometrado ahora con relación a los aniversarios y los festivales. Ese Borges que sí leímos a los 15 años y que nos pareció, como a muchos otros, insuperable en Discusión y en Otras Inquisiciones.
Quiero hacer notar algo: la gente que va a los conciertos de Pixote en realidad son jóvenes. Ha sido todo un escándalo cuando salieron en Brasil. Animo al lector a buscar sus canciones y a entender el romanticismo de Dodó, líder de la banda. También indicar lo impresionante de que los escuchas, los presentes tarareen sus canciones, se las hayan aprendido de cuerpo entero.
Pero a lo que iba: en la Rolling Stone se tiene el cuidado de hacer la escatología como si se tratara de un largo camino y eso ha sido la historia de la música. No se olvidan ellos de hacer una crónica debida y entusiasmada de la canción elegida, algo nuevo a lo que ya está en otros lugares de la web.
Estas crónicas, –repetimos– son muy bien elaboradas y le sirven de orientación al lector de toda la enseñanza que hay detrás de estos procesos históricos. La canción de Bob Dylan está en primer lugar, y entre las primeras diez, la de Lennon, Imagine.
Es bueno indicar la nota explicativa con detalles inenarrables, al tiempo que evaluamos lo que se dice sobre Help!, que tuvo en 1965 su película con dirección de Richard Lester y la actuación de Eleanor Brown, Leo McKern, Victor Spinetti y Roy Kinnear, rodada en Austria y en las islas Bahamas.
Aprovecho la ocasión para invitar al lector a ver esta lista –que puedes encontrar en la página–, pero al mismo tiempo a ser más crítico con aquellos modelos que nos invitan a comprar el ticket, con el supuesto entendido de que “esto es bueno” porque lo tienen en tal sitio. Nos ahorraremos malas influencias, como diría la canción de Pink.