El pasado 16 de febrero de 2020, fecha pactada para la celebración de las elecciones municipales dominicanas; antes del mediodía, exactamente alas 11:11 a.m., el presidente de la Junta Central Electoral se dirigió al país para anunciar que estaban siendo suspendidas dichas elecciones.

En seguida, un grupo de jóvenes pensantes montaron una protesta en la plaza de la bandera, en frente de la misma junta central electoral. Manifestaban su sentimiento de indignación, de hartura, & de que este país les pertenece a todos, incluyéndoles a ellos que son el futuro que tomara un día las riendas de la vida nacional.

En seguida los dueños de las redes sociales, es decir, esta nueva generación, le explico con sus hechos de protesta, al gobierno & a la junta; que se habían metido con la generación equivocada. Llámenlos como quieran, popis, wa wa wa, milenials; son el futuro pensante de la república dominicana.

& como dice el estribillo de una canción del cantante panameño el General: “& nadie los puede parar”. Nadie puede parar un pueblo joven & pensante que inmediatamente se dan cuenta de todo.

Así es, esta nueva generación dotada de wifi, redes sociales & discernimiento, identifican las cosas al vuelo. Lo publican más rápido que cualquier información noticiosa, propagando lo que sea. Quizá no había sido identificada esta poderos arma que los que vivimos los felices 80’s no tuvimos. Pero su efectividad hoy en día es usada para protestar contra un sistema que dichos jóvenes no asimilan.

Por ejemplo, es no asimilable, ni para ellos ni para nadie que un técnico de una telefónica, & un coronel, hubiesen tenido la capacidad tecnológica & logística para llevar acabo lo que las autoridades mal llamaron un supuesto sabotaje.

La credibilidad de la junta central electoral quedo inmediatamente cuestionada. Quedó como una junta increíble; que nadie les cree nada ya. & no solo eso, dentro de las demandas contenidas en las justas protestas esta su renuncia inmediata junto con todos sus suplentes. Medida justa y proporcional, independientemente que parezca que con ello se producirá un caos, que tampoco es cierto.

Al día de este escrito la junta & su pleno no ha dado una explicación coherente, solo que organismos internacionales harían una investigación. Renuncien entonces, váyanse ya por su propio pie; la historia pasa factura y no deja nada, absolutamente nada sin ser facturado, la de ustedes les llegará con el interés que la vida cobra a quien la hace.

Renuncien, nadie les cree como dije, ustedes no son imprescindibles. Ustedes, que según pensamos constituían un grupo de miembros que se preciaban de creíbles por la sociedad, demostraron todo lo contrario. Váyanse, ya es imposible recuperar una confianza resquebrajada.

Ustedes son una junta increíble. No les creemos absolutamente nada. Váyanse para que esta generación un día les grite un gracias por irse. Dejando el camino despejado para personalidades con la credibilidad & la confianza necesaria para construir una democracia que desencadene en una mejor nación. Pero sin ustedes pleno & suplentes de esta desafortunada junta actual.

Váyanse, renuncien; por sus hijos, por sus nietos, por un país que se los pide a grito & cacerolazos. Ellos son dominicanos también. El pueblo dominicano se los pide. Váyanse como la junta increíble que desde ya quedaran plasmados en la historia, pero que tuvieron la honradez de renunciar por su propia incompetencia.

Se van ahora, & quizás un día este pueblo les perdone el daño institucional que propiciaron a una nación que cree en la paz, esa paz que ustedes fueron incapaces de dotar al pueblo que en ustedes confió por un rato luego de sus designaciones.

Váyanse & es en serio, que todos se los gritamos, no queremos sus presencias en supermercados, plazas comerciales, restaurantes, eventos culturales, ni en ningún lugar de la vida nacional, a la que ustedes le han fallado.

La verdad no necesita ser aclarada, ella misma se encarga de eso. Todavía están a tiempo de vivir una vejez tranquila como todos aspiramos, sin el señalamiento  indeleble de una sociedad que no olvida. Recuerden que no somos tontos, & que ya no hay indios en nuestro bello Santo domingo.

No azaren más las cosas y márchense en paz, la historia se los agradecerá. Quedaran si, como una junta increíble, pero si se van ahora, al menos sus facturas históricas serán mínimas. Ya están renunciando?