La aventura intelectual de adviento me ha facilitado el inicio de una lectura de buena filosofía dominicana. También aquí se producen textos que son universales y que abordan, desde lo local, problemáticas circunscritas a las corrientes más actuales del pensamiento occidental. En el año 2015 Pablo Mella sj publicó un texto que el lector bien informado no se puede dar el lujo de no conocer, leer y meditar pausadamente. Me refiero a la obra “Ética del posdesarrollo”.
¿Por qué la obra es de lectura obligatoria para la intelectualidad dominicana?
Primero, es una obra monumental en torno a una nueva manera de pensar crítico tanto para la filosofía social como para la filosofía práctica. Digo filosofía social y práctica para explicitar el objeto de la reflexión y distinguir no solo entre la acción individual y aquella que tiene como propósito el bien común, sino la reflexión por un nuevo “orden” social más justo y humano más allá del desarrollo occidental que nos trajo la modernidad/colonialidad. Sabemos que desde la taxonomía filosófica de Aristóteles hemos distinguido el pensar sobre el obrar humano cuyo norte es la acción individual (búsqueda de la perfección de sí mismo a través de la virtud) y el que atañe a la convivencia colectiva, en términos del obrar humano por el bien común (que Aristóteles llamó política). Esta última no es lo que podemos llamar de reflexión social en el sentido empleado más arriba, sino que entendemos como reflexión social al esfuerzo por comprender, explicar y construir el buen vivir común, con todos y para todos. Contrario a la reflexión sobre la acción individual, la reflexión social tiene un marcado carácter político, sin que se reduzca a lo que se entiende hoy por “política”.
Segundo, “Ética del posdesarrollo” es un libro de reflexión social y práctica con un marcado carácter político y cultural. Aunque el propio autor encuadre su texto en el “ámbito de los estudios del desarrollo” (p. 41), la opción tomada es la construcción de un sujeto empoderado (p. 49) en todos los órdenes del mundo de la vida. Aquí es cuando la perspectiva de la interculturalidad y la opción por los pobres se imbrican en la búsqueda de una ética del encuentro intercultural (p. 47) que no solo dialogue, inevitablemente, con las teorías desarrollistas del discurso de poder de la modernidad y su “lucha contra la pobreza” como dispositivo (Foucault), sino que sepa “buscar las rendijas” (Ibíd.) para la acción creativa.
Este entrar y salir del discurso del desarrollo (ídem) es el acierto que mueve a toda la obra en su compromiso óntico-social y político. La apuesta está sobre la búsqueda esperanzadora e incesante, desde la reflexión filosófica, por una acción creativa que tome lo mejor de las tradiciones que conforman nuestra cultura occidental. En este sentido, tan válido es la recurrencia al saber filosófico griego y moderno como a las sabidurías locales de los pueblos indígenas.
Digo compromiso óntico porque (tal vez el autor no lo quiso así, pero resultó imposible no hacerlo) la obra adquiere su “principio y fundamento” en una concepción del ser humano que está a la par con aquella propuesta ricoeuriana de la atestación de sí. Me explico parafraseando a Pablo Mella: en estos tiempos inciertos, la demanda por una reflexión ética no debe ser olvidada, sino enfrentada radicalmente de tal modo que aprendamos a constituirnos y situarnos creativamente desde la reflexión con las tradiciones interculturales heredadas. La constitución del sujeto empoderado con la idea de un nuevo “mundo” necesariamente se hace a partir de las mediaciones reflexivas de las tradiciones impregnadas en las culturas (todo en plural porque la reflexión ética del amigo Pablo es una “sabiduría práctica intercultural” (p. 67) que no tiene desperdicios).
Invito al lector a un acercamiento sistemático y crítico a la obra de Pablo Mella, de interés no solo para el versado en filosofía, sino para todo ciudadano preocupado por una apuesta generosa de un mundo más justo en términos sociales y un ser humano más pleno en términos existenciales.
En los próximos números iré comentando y sacando mis propias reflexiones a partir de los conceptos nucleares de la obra con el fin de desvelar la antropología implícita al posdesarrollo.