“Otro resultado significativo (el primero fue el aumento “estadístico” del PIB, OM) lo constituye el comportamiento de las Exportaciones de Bienes y Servicios, variable que registró el menor ritmo de crecimiento en este período, al multiplicarse tan sólo por seis. Este resultado podría ser utilizado como una voz de alerta por las autoridades correspondientes a fin de que el modelo económico actual debiera reorientarse hacia una política de promoción y mayores incentivos a las actividades orientadas a las exportaciones.

Informe Técnico del Banco Central (BC) sobre el Cambio de Base del PIB (Cursivas nuestras)

Mantengo una vieja rencilla con mis colegas economistas que piensan, unos, que la economía son las corporaciones y las altas finanzas y, otros, que es la “rigurosa” formulación matemática. El tema de la metodología de la economía dentro de las ciencias sociales (su “física”) es complejo y no puedo tratarlo aquí; sólo diré que si bien se pueden considerar las matemáticas como “exactas” en sí mismas, no se puede pensar lo mismo en cuanto pretenden expresar ideas y conceptos de otra disciplina. Es decir, la solución puede ser matemáticamente indiscutible, pero el problema estar mal formulado desde el principio, con lo cual la solución matemáticamente indiscutible resulta errada en términos prácticos.

Por otro lado, las corporaciones (empresas gigantes, multinacionales, multi industrias y multi plantas; Mitsubishi, por ejemplo) son indiscutiblemente economía, como lo es Wall Street. Decir otra cosa sería estúpido. Pero también es economía el pequeño comercio, el vendedor ambulante y, aún más, los desempleados. Mis amigos quieren analizar las tendencias mundiales de producción y comercio, los problemas de desempleo y seguridad social que se viven en Europa y EUA, sus dificultades para financiar el déficit público, los problemas de la deuda (quién le debe a quien), de lo que todos indudablemente tenemos que estar advertidos, pero para caer en un pequeño espacio de 48 mil kilómetros cuadrados con una producción para la exportación irrisoria.

Empecemos por lo más evidente: ¿qué importa la RD? Fácil: miren a su alrededor. Todo lo que ven sus ojos viene de fuera, son importaciones: computadoras, teléfonos celulares, madera, hierro, bienes de consumo doméstico, cerámica, automóviles. Por supuesto, existe una manufactura o industria nacional que fabrica un producto con un grado de transformación muy pequeño. Pero lo más importante en lo que venimos diciendo, un producto para el consumo interno. Es decir, la industria nacional no tiene capacidad exportadora.

En este contexto es importante distinguir empresas internas de empresas nacionales. Podemos asumir que la nacionalidad de la empresa es la de sus principales accionistas, aunque en términos estrictos el capital no tiene más nacionalidad que su rentabilidad. Así hay empresas “dominicanas”, que en su nombre incluyen el gentilicio, pero que es cuestión de simple relaciones públicas.

De manera que no es lo mismo elaborar procesadores en los que confluyen serialmente diversas industrias de alta tecnología, que ensamblar camisas en una zona franca. Por otro lado, ¿qué exportamos? Por favor, no empecemos con lo mismo de siempre, a buscar cifras y dar explicaciones que a nadie satisfacen. Hagamos el mismo ejercicio pero desde fuera y veamos con los ojos de la cara. Situémonos en una tienda de lo que sea, en cualquier lugar en el extranjero y busquemos la etiqueta “Made in Rep. Dom.” Vamos a tener dificultades de encontrar algo con esta estampa. En lo que he viajado, que no es mucho, yo he encontrado ron y cerveza dominicanos en Miami y Madrid, artículos comestibles (salami, casabe, café), cigarros y cigarrillos en NY, y creo que una vez vi una camiseta de algodón también en Miami. Entonces, ¿cómo es que financiamos esta diferencia entre importaciones y exportaciones, que los economistas llaman balanza comercial y que ya ronda los US$ 10 mil MM?

Recientemente el BC cambió la “base” para el cálculo del PIB de lo que resultó que éste se encontraba sub registrado en RD$10 mil millones (contrario a lo que plantearon “algunos analistas malagradecidos”), o un 0.7% de la base anterior. La base de un índice cualquiera es una simple referencia, una cifra fechada que sirve de referencia a todos los valores, anteriores y posteriores. Sirve al mismo propósito de la nota que dice “Ud. está aquí” que encontramos en los mapas citadinos y que nos ubica espacialmente. En el caso de la base, ésta “estandariza” o “normaliza” los registros individuales ya que todos se tienen que referir a la misma cifra. Pero el simple sentido común -independientemente de las “avanzadas” metodologías utilizadas- dice que todo cambio de base debe ser neutral respecto del objeto medido. Otra cosa es plantear que la medición modifica la medida, lo cual abre un galimatías estadístico. ¿Cuántas personas residen en la RD? ¿Las medimos por cabeza, en el obvio entendido de que no existen muchas personas con dos o tres cabezas? ¿O por el número de brazos dividido entre dos? En este último caso, el problema son los mancos y los mochos. Definitivamente en este asunto necesitamos asesoría internacional.

Desafortunadamente todo lo que trajo el cambio de base no fue favorable, como queda dicho en el epígrafe. Mas, al leerlo, caigo en cuenta de que me estoy volviendo loco junto con la mayoría de los dominicanos. Hace acaso un mes que este mismo BC amenazó con someter penalmente a un economista opositor que estimó el déficit fiscal en la friolera de RD$180 mil millones, bajo el cargo de poner a circular rumores que atentan contra la estabilidad económica y financiera del país. Poco después, el Ministro de Planificación y demás yerbas hizo la revelación abierta y directa de que el déficit fiscal es… de justamente RD$180 mil millones, ¡y el Banco Central se quedó callado, no hizo nada! No sometió al Ministro por poner a circular el rumor de los RD$180 mil millones y así atentar contra la estabilidad macroeconómica.

Poco antes, de nuevo este mismo BC enmendó la plana a otro economista disidente descalificando su estimación de un sobre registro del PIB en un 36% (por supuesto, el “ajuste” hacia arriba del PIB que hace el BC es “objetivo y científico”), acusándolo de boicotear la “reforma fiscal integral” en curso. Hay unanimidad en cuanto que la tal “reforma fiscal integral” no es más que un ajuste tributario cuyo único propósito es aumentar las recaudaciones impositivas. Como hemos dicho en otras ocasiones, hay empresas que, en función del control que ejercen en su mercado, podrán trasladar a precios el aumento de costos que significa el aumento de impuestos. Pero otras, las medianas y las pequeñas -acaso algunas grandes-, no lo podrán hacer porque no tienen ese control. Perderán mercado y rentabilidad, y eventualmente muchas quebrarán. Entonces ahora, el BC, defensor de la “reforma fiscal integral”, les dice que… ¡exporten! Es algo así como colocar un cinturón de plomo a alguien que se ahoga y entonces instruirle: ¡nada!

¿Qué podemos nosotros exportar? Peloteros, aunque eso depende de la situación en las grandes ligas, y tiene su ciclo. Además, su capacidad de absorción de nuevos talentos está limitada por su tamaño. Hay demasiados jugadores en la banca. ¿Prostitutas? La crisis global tiene a los hombres que lo piensan demasiado antes de gastarse US$500 en la juerga de una noche. ¿Qué más? ¿Merengue, bachata? La música criolla como que está medio en baja en el exterior. Ya el oro se le dio a la Barrick, y el famoso petróleo nunca ha aparecido. Los industriales de Herrera se quejan de que se ha desplomado su participación el PIB, y eso que producen para el mercado interior. ¿Y entonces, qué exportar?

Aunque yo tengo una idea: Europa se encuentra en dificultades y Japón acaba de anunciar una disminución en su crecimiento. Yo creo que si logramos colocar a nuestros funcionarios del BC en el BC Europeo o en el Sistema de la Reserva Federal de EUA se acaba la crisis global. Definitivamente ellos lograrían restablecer la confianza y recuperar la estabilidad y el crecimiento. Volvería un auge mundial parecido al posterior a la II Guerra Mundial. Con lo que se nos pagara por sus servicios profesionales podríamos solventar el déficit fiscal, el cuasi fiscal y sobrarían dólares por pila para nuestras reservas. Quién sabe y a lo mejor el dólar se pone de nuevo a la par.