La semana pasada fuimos testigos de una situación tensa que se vivió en términos diplomáticos entre Haití y República Dominicana. Desde que inició su gobierno, el presidente Luis Abinader ha intentado que la comunidad internacional ponga atención a lo que sucede en Haití.

Empero sectores haitianos no han visto con buenos ojos estos señalamientos del presidente dominicano diciendo que él no es vocero de Haití ni presidente de la isla.

Después que el presidente Abinader tomó la palabra ante la ONU y llamó la atención sobre lo que vive Haití una serie de militares le enviaron un comunicado en el que, prácticamente, le increpaban por dicha acción.

Posterior a ese incidente Luis Abinader se unió a Panamá y Costa Rica en una especie de mini cumbre donde volvieron a abordar el tema haitiano. Pero la gota que rebosó el vaso fue cuando, en su cuenta de Twitter, el presidente Abinader volvió a llamar la atención de la comunidad internacional y el canciller de Haití le respondió el twit.

En su respuesta, Claude Joseph, le decía al presidente dominicano que también en nuestro país había delincuencia y citaba un informe del Departamento de Estados de los Estados Unidos.

Esta respuesta generó reacciones en ambos lados tanto a favor, como en contra. Sectores de Haití entendieron que el canciller no debió responder de esa manera mientras que otros lo vieron como una señal de patriotismo sobre todo cuando el gobierno dominicano respondió con la medida de suspender las visas temporales de los estudiantes haitianos que están en las universidades dominicanas.

El canciller volvió a responder diciendo que esa medida se contradecía con la actitud solidaria que el presidente Abinader había mostrado ante la ONU. La cuestión es que el impasse ameritó de una llamada del primer ministro haitiano, Ariel Henry, al presidente Abinader para presentarle sus disculpas por las desatinadas reacciones de su canciller y solicitarle conversar para aclarar la medida en torno a los estudiantes haitianos en el país.

Quedaron en que Haití enviaría un emisario. Supongo que a partir de este incidente ambos países aprendieron la lección de que la diplomacia no se puede ejercer por redes sociales como su fuese un chisme de patio.

El canciller haitiano respondió al presidente dominicano buscando quizá un posicionamiento ante sus compatriotas pues una de las cosas que solicitan las bandas delictivas que tienen secuestrado al país vecino es la renuncia del primer ministro por lo que supongo que el canciller busca estar en la primera fila si algo de esta naturaleza sucede ya que él fue primer ministro.

Esperemos que las aguas vuelvan a su nivel, que baje la marea ante una realidad que de por sí se ha tornado tensa porque la inestabilidad sociopolítica y económica ha conllevado a que RD envíe 11 mil militares a la frontera.

Ojalá todo vuelva a la normalidad lo antes posible.