La America Latina, salvo exiguas excepciones, ha transitado por unos  senderos democráticos muy singulares.

Desde sus guerras intestinas, acaudilladas por líderes férreos y egocéntricos, se desprende una tendencia al culto de la personalidad.

Ese liderazgo libérrimo tenía el don de cautivar a las masas irredentas con discursos llenos de patriotismo y de compromiso bélico. Sin embargo, luego de esa refriegas surgió la necesidad de un ¨Pacto Social¨ para iniciar los procesos de gobernabilidad y transformación de las estructuras de gobernanza de estas naciones.

Casi todos estos países eligieron gobiernos férreos y contusos por razones de que se necesitaba garantizar primero el orden público y luego la participación ciudadana en los aprestos de esa gobernanza.

Varias naciones iniciaron procesos de educación masiva, al amparo de las corrientes europeas y norteamericanas.

Con la finalización del conflicto bélico de la II Guerra Mundial, estas naciones tuvieron acceso a una inserción mayor a las ideas democráticas y a otras de índole estatizantes.

Hoy día, una resultante variopinta nos ubica en las encrucijadas actuales en que se encuentran nuestras naciones, gobernadas por los mismos esquemas del siglo XVIII.

Ahora bien, es importante señalar que, ante las nuevas expansiones de las fronteras imperiales de Asia y África, se hace mas perentorio estructurar esquemas democráticos que protejan los valores autóctonos que forjaron nuestra nacionalidad e identidad de país.

El tránsito por los senderos del totalitarismo, capitalismo, socialismo y la globalización está llegando a un clímax donde se hace imperativo depurar muy bien las virtudes y despropósitos de estas vertientes.

Walter Lipman, en su obra Public Opinion (1922) y también Eduard Bernays en Crystalizing Public Opinion (1923), introdujeron al ámbito académico el concepto de la Democracia Dirigida.

En síntesis, esta forma de gobernar surge como un gobierno democráticamente elegido, pero dentro de un entorno social plagado de incertidumbre y corrupción, que demanda acciones contundentes en beneficio de los ciudadanos que lo eligieron.

En otras palabras: Es un Gobierno de corte autocrático, libremente elegido.

Pregunto:¿La Dictadura con apoyo Popular de Juan Bosh?

¿El Paga o Pegas de Leonel Fernández?

Para la Democracia Dirigida es fundamental preservar los valores patrios, la pulcritud de los recursos públicos, el posicionamiento geopolítico, la preservación de sus recursos naturales, la preservación de sus fronteras geográficas y la garantía de un orden público NO contestatario.

La funcionalidad de este sistema se basa en 4 pilares fundamentales:

1-El control de la cosa publica para que todo el mundo pueda ejercer todos sus derechos sin alterar la conceptualización de la política pública entronizada.

2-El uso continuo de técnicas de propaganda para evitar que los ciudadanos desarrollen iniciativas propias que podrían perjudicar el desarrollo y ejecución de la política pública entronizada, la cual garantiza libre acceso a la educación, vivienda, salud, transporte público y un mercado de trabajo estable e incluyente.

El concepto de la Democracia Dirigida se ha hecho  más evidente después de la segunda guerra mundial con las improntas de gobernanza de Josip Broz (Tito) en Yugoeslavia, Sukarno en Indonesia, Mao Tse-Tung (Zedong) en China, Rodrigo Duterte en las Filipinas, Vladimir Putin en la Federación Rusa y recientemente Najib Buckele del Salvador.

Como es de esperarse, académicos de prestigiosos centros académicos han expresado sus pareceres con respecto a la Democracia Dirigida.

Gleb Pavlovsky, politólogo ruso y Sheldon Wolin, ambos de la Universidad de Princeton han elaborado la tesis de que la Democracia Dirigida es en realidad un Totalitarismo Invertido, donde se desarrollas elementos híbridos de interacción social y gobernanza. Tanto es así que, este enfoque esta aupando muchos adeptos en los Estados Unidos de Norteamérica, ante el surgimiento de los conatos de anarquía en esa nación.

En nuestro país, estamos viendo que cada día más, esta tomando auge el concepto de Democracia Dirigida, lo cual quedo reflejado en la  Encuesta Nacional de Cultura Política y Democracia (DEMOS 2004) donde un 69% de las personas entrevistadas  considera que en el país hace falta un gobierno de mano dura, que imprima respeto general, a las leyes y al orden. Recientemente, la Encuesta de Latino-Barómetro, del 2020, arroja el grafico siguiente:

Fuente: cálculos del PNUD; datos para 2020 de Latino barómetro (tablero de indicadores), Corporación Latino barómetro. Chile, http://www.latinobarometro.org/lat.jsp.

Como podemos apreciar, el porcentaje 2004/2020, se mantiene superior a un 65%: 69% para el 2004 y un 68% para el 2020.