Participación Ciudadana (PC) solicitó a la Junta Central Electoral (JCE) aprobar un conteo manual en una muestra, escogida por PC, del 10% de los colegios electorales, para verificar los resultados del conteo electrónico a través de su comparación, y la JCE rechazó esta petición y la sustituyó por hacer el conteo manual en una muestra mayor, de un 15%, pero escogida por ella y realizada no en los colegios sino en las juntas municipales, y mi interés es demostrar por qué esta decisión es equivocada y pone en peligro la observación electoral cuantitativa de PC.
Que el auditado sea su propio auditor, o controle una parte fundamental como la selección de la muestra que se auditará, impide que se obtenga el producto principal de este tipo de trabajos, que es la confianza de que todo marcha bien. Por eso, todas las compañías y negocios importantes tienen auditores externos, que cuando utilizan el sistema muestral, son ellos los que escogen la muestra y nunca la empresa auditada. Lo mismo ocurre en el sector público cuando la Cámara de Cuentas utiliza el sistema muestral.
Así ocurre también en las encuestas electorales independientes, en las cuales la muestra la escoge el encuestador y jamás terceros y menos con conflictos de interés, pues de lo contrario dejaría de ser independiente. El periódico Hoy contrató a Gallup, Diario Libre a Greenberg, SIN a Penn y ninguna de estas encuestadoras aceptarían jamás que sus contratantes elijan las muestras que utilizarán, y mucho menos que lo haga la JCE o cualquier partido político. La escogencia de la muestra es un trabajo científico sobre el cual descansa el éxito o el fracaso de la encuesta.
Los procesos de verificación, auditoría, encuestas, conteo rápido, cuando se hacen de manera independiente, siguen más o menos el mismo procedimiento de evitar conflictos de intereses para proteger el trabajo realizado.
¿Cuál es el conflicto de interés que tiene la JCE? Ella fue la que adquirió los equipos y programas para el escrutinio de los votos y ella es la que administra el proceso electoral y la responsable de que no haya incursiones electrónicas no autorizadas en los programas que utiliza. Por lo tanto sería pedirle a la JCE que diga si hizo bien su trabajo o no. Un verdadero conflicto de intereses, sin importar cuáles sean los miembros de la JCE.
La JCE así lo ha reconocido en el pasado y en el presente. En el año 2000 la JCE solicitó a PC y a CAPEL, la realización de una auditoria al padrón electoral, donde los auditores tuvieron absoluta independencia con respecto a todo el mundo y sobre todo a la propia JCE y a los partidos políticos. ¿Por qué no lo hizo ella misma? Porque ella había hecho el padrón y no podía ser juez y parte.
En el presente la JCE ha contratado a una entidad sudamericana para auditar el padrón, lo que se hará en forma aleatoria (no es posible ir a cada uno de los más de 6 millones de inscritos a preguntarle personalmente) y esa muestra no la escogerá la JCE, pues sería un despropósito y ninguna entidad seria y que se respete lo permitiría. Pero nadie alegará que la JCE está cediendo sus responsabilidades exclusivas, pues está haciendo lo correcto, lo que no quiere hacer en el caso de PC.
Pero apenas hace unos días la JCE informó que la OEA auditará los equipos y programas que se utilizarán para el conteo electrónico y aunque no se conocen los detalles es muy probable que lo haga también sobre la base de una muestra aleatoria que no escogerá la JCE sino la OEA, como debe ser en este tipo de procedimientos técnicos.
La JCE podría elevar la muestra de colegios a un 50%, pero mientras se empeñe en ser ella que escoja la muestra, le está restando valor científico a los resultados, pues el otro 50% podría ser manipulado porque se conoce cuáles son los colegios que la integran. El riesgo es que el auditado le diga al auditor que audite solo aquellos colegios donde todo esté bien. En esas condiciones la observación cuantitativa pierde su razón de ser, pues se le estaría pidiendo a la observación que confirme datos que no puede verificar personalmente.
Se ha argumentado que PC quiere suplantar a la JCE y la respuesta es no. El conteo de votos manual no lo haría PC, ni ha pedido hacerlo en ningún momento, como han puesto a correr por ahí, y sería realizado por las autoridades de cada colegio en presencia de los delegados de los partidos y de los observadores nacionales e internacionales.
Lo que quiere PC es tener la misma facultad que va a tener la OEA con la auditoria a los equipos y programas y que va a tener la compañía sudamericana en la auditoria del padrón: escoger la muestra. No sería otra cosa que otorgarle la misma facultad que PC ha tenido en cada elección presidencial desde 1996, de escoger la muestra para hacer su conteo rápido, pero ahora no solo con la finalidad de producir su conteo rápido sino con el propósito adicional de verificar los resultados del conteo electrónico.
Creo que no existen condiciones para fraudes electrónicos en estas elecciones, pero el auditor como el observador, no están para confiar, para creer, y su trabajo debe realizarse siempre al margen de cuáles sean los seres humanos que administren lo que se audita u observa. A mis alumnos siempre les digo que cuando una parte les diga que confíe, le respondan que no fueron a la universidad a aprender confianza, sino a aprender a plasmar por escrito, en la forma más completa posible, los acuerdos entre las partes.
A nadie le gusta ser observado, por eso PC siempre ha tenido una relación no exenta de ciertas tensiones con todas las JCE desde 1996, pues no se trata solo de decir las cosas que les gustaría escuchar a los observados, sino también llamar la atención sobre aquellas que ameritan corrección o explicación.
A pesar de esta normal situación entre observado y observador, todas las JCE del pasado han respetado el rol de PC y han facilitado su trabajo, lo que no ha ocurrido con la JCE presidida por Roberto Rosario, que parece tener diferencias con PC que permanecen en el tiempo y salen a relucir en cada proceso electoral.
En las elecciones del 2012, siendo yo Coordinador General de PC, la JCE colocó todo tipo de obstáculo, incluso llamar criminales y narcos a nuestros observadores, o hacer filas interminables por varios días en horas laborables para obtener su carnet de observador, y contra viento y marea observamos y realizamos nuestro conteo rápido con la misma exactitud de siempre, validando el buen trabajo que hizo la Junta Central Electoral, pero demostrando que PC es capaz de hacer un trabajo profesional, objetivo, sin permitir que influyan las malquerencias que pudieran existir.
Para estas elecciones los obstáculos comenzaron postergando todas nuestras solicitudes. La de acreditarnos como observadores, depositada en diciembre, ahora es que se viene a aprobar; la del conteo manual sometida en febrero, ahora es que se viene a rechazar; la información del padrón electoral que solicitamos en febrero, aún no ha sido respondida; le hemos solicitado que los carnets para acreditar a nuestros observadores, sean entregados a la organización para que ésta los distribuya y no se nos ha respondido; le hemos pedido la información de los códigos de los colegios electorales, indispensable para escoger la muestra (para la observación de la calidad del proceso), y aún no hay respuesta. A todo esto estamos a 24 días de las elecciones.
En estos momentos solo soy un voluntario de PC y no soy su vocero, por lo que no puedo hablar a nombre de la organización y este artículo solo refleja mi opinión personal. También debo desmentir el rumor puesto a circular de que mis posiciones se deben a que aspiro a ser miembro de la JCE en agosto próximo. Así como tuve que señalar que no aspiro y no seré juez de la Suprema
Corte de Justicia, posición que debería corresponder solo a jueces de carrera, tampoco aspiro a ser miembro de la JCE. No tengo méritos para alcanzar estas posiciones, pero además siempre hay muchos candidatos para ocuparlas, y muy pocos para trabajar desde sociedad civil, donde me quedaré. Tienen pues la seguridad aquellos que aspiran, que yo no seré su competencia. Aporten ahora un poco de buena fe para que el proceso de observación electoral se pueda llevar a cabo sin más obstáculos.