Mañana, 7 de agosto, se cumplirán 4 años de haberle dirigido una carta a la Comisión creada por el presidente Medina para investigar la licitación y adjudicación de la Central Termoeléctrica cuyos vicios se convirtieron en el estandarte que la ciudadanía democrática esgrimió para impedir  la reelección de Danilo y su perpetuación en el poder.

 

La Comisión entregó su  Informe el 30 de junio de 2017 y de inmediato Danilo utilizó su apabullante maquinaria de manipulación mediática para intentar, infructuosamente, que ese documento se percibiera como un veredicto exculpatorio para así tener expedita la ruta hacia su reelección. En los primeros días hubo sólidos planteamientos provenientes de meritorios sectores que cuestionaron el Informe, pero el gobierno insistió en opacar la verdad con la estrategia diseñada por el carioca.

 

La innombrable contratista debía entregar la primera unidad de la central el 7 de agosto y, en esa emblemática fecha, remití a todos y a cada uno de los Comisionados una respetuosa y extensa carta de 17 páginas que tenía “como propósito básico el compartir con ustedes comentarios sobre tópicos específicos del Informe…”…“Según nuestros criterios esos tópicos deberían ser esclarecidos, amplificados y eventualmente enmendados”. Casi al cierre, insistí en que la Comisión debía generar “…un informe que despeje dudas…” … “… y por ello sería procedente no cerrar las puertas a la posibilidad de hacer las enmiendas que estén bien sustentadas”. En la fase final hice referencia a que la Comisión Warren que investigó el magnicidio de Kennedy fue “integrada por conspicuas personalidades” …y que  “Aun así,.. La opinión…prevaleciente….es que el informe no sirvió para aclarar la verdad acerca del asesinato…”.

El mensaje a los “ciudadanos activos y probos” de la Comisión  fue hecho procurando que su reporte fuera enmendado y no corriera la triste suerte del cuestionado Informe Warren. Una encuesta hecha por “Discovery Chanel” en 2003 determinó que un 83%  de los encuestados rechazó ese Informe,  pues estaban convencidos de que Oswald no actuó solo. Tratando de disipar dudas , ya en 1976  la Cámara de Representantes había creado  el Comité Selecto sobre Asesinatos para re-investigar las muertes de Kennedy y Martin Luther King .Ese Comité concluyó que Kennedy fue probablemente asesinado por una conspiración que involucró al bajo mundo y potencialmente a la CIA. Es decir que el veredicto del Informe Warren ha sido rechazado por  considerarse que no responde a la verdad.

 

La Comisión no acusó recibo ni contestó mi carta. De seguro su réplica hubiese sido tan respetuosa como mi mensaje y la historia sería otra. En cambio, como esa misiva contravenía su anhelo de reelegirse y eternizarse en el poder, Danilo intentó escarmentarme ordenando y divulgando un libelo, al nivel de su encono, que apareció en páginas enteras en todos los diarios de circulación nacional.

 

Respondí al gobernante con la entereza que ameritaban las circunstancias. Asumí un planteamiento de la Polémica Sartre-Camus: “Que la victoria sea con quienes hicieren la guerra aun sin quererla”.Es un hecho cierto que el Cambio triunfó y la reelección fue derrotada atacando  la Central, su flanco más débil, costoso y pecaminoso.  Sería una ingratitud no mencionar que, ante el intento de agravio no estuve solo. Pedro Silverio escribió un paradigmático artículo titulado: “El Informe Santaella”. Antonio Almonte,  Juan Lladó, Jose Luis Moreno San Juan, César Pérez, Segundo Imbert, Apolinar Veloz y otros ciudadanos, también prestigiosos, a quienes pido excusas por no citarlos, condenaron en los medios los yerros de  la Central. Sin ser asiduo participante en actos litúrgicos creo en la Divinidad y que la ocurrencia de cada acto tiene un designio superior. El libelo tuvo frutos milagrosos y  logró lo que no  habían conseguido  familiares y amigos que me inducían a escribir en los medios. Agradezco a HOY, como medio impreso, y al digital Acento que durante 4 años hayan divulgado mis escritos semanales promoviendo  mejorías colectivas.

 

No debe desconocerse que algunos sectores muestran desesperanza y hasta ira, reclamando que se incoe el proceso judicial de la Central. Ignoran que: “A quien está dispuesto a caminar, y camina, no hay razón para empujarlo”. Con ese enfoque  podrían justipreciar el  loable comportamiento del Ministerio Público, reconocido por la ciudadanía al actuar siguiendo las pautas del debido proceso. Concluyo rindiendo culto a la memoria de Johnny Ventura, cuyas dotes artísticas fueron magnificadas por sus méritos como ser humano, condensados en su expresión: “He querido ser un ciudadano emulable”, significando que quería que los jóvenes de los sectores carenciados que decidieran imitarlo no se descarriaran y fueran hombres de bien. Según Confucio “No todos los hombres pueden ser grandes, pero pueden ser buenos”.