Nuestro país tiene el récord nada envidiable de ser uno de los que ocupa los primeros lugares en accidentes de tránsito que han cobrado muchas vidas.
Cifras oficiales confirman que la República Dominicana es el segundo país de los 182 pertenecientes a las Naciones Unidas con más muertes de tránsito por cada 100 mil habitantes, con una tasa de 41.7 fallecimientos, solamente antecedida por la isla Niue -en el Pacífico- que tiene 68.3.
El problema no es nuevo. Es el resultado de décadas de descuido y falta de políticas estatales para la prevención de accidentes.
No obstante y por primera vez en muchos años, veo un esfuerzo serio para la prevención en el país y es la recién iniciada campaña educativa de la Presidencia a través de la Dirección General de Comunicación (DICOM), con el propósito de crear conciencia sobre la epidemia de accidentes de tránsito.
Consta de videos muy bien elaborados orientados a la campaña de Educación Seguridad Vial los cuales serán difundidos en iglesias evangélicas miembros de CODUE de las 32 provincias del país.
Al anunciar nuestro apoyo a la iniciativa, dijimos que la decisión forma parte del compromiso de CODUE con la preservación de los valores en las familias y cumplimiento de las leyes.
También calificamos como vergonzoso el hecho de que la semana antepasada se produjera en el Gran Santo Domingo un accidente cada 5 minutos eso quiere decir 12 cada hora, 288 diarios y 2,024 durante los 7 días de esa semana.
Son estadísticas muy deplorables para un país tan pequeño como el nuestro, en el cual no podemos invertir cuantiosos recursos de nuestro presupuesto nacional para las víctimas de los accidentes.
Esta decisión del gobierno dominicano de llevar a cabo esta campaña educativa pone de relieve su voluntad política para enfrentar un problema que lleva tanto luto y dolor a la familia.
Asimismo expresé que para nosotros como representantes del pueblo de Dios, de las iglesias evangélicas es de suma importancia que se esté pasando de las palabras a los hechos con el tema de la educación vial ya que nosotros también hemos sido víctimas de las imprudencias de algunos conductores que han llevado dolor y luto a muchas familias.
El mismo pueblo evangélico ha sido víctima de accidentes fatales como el ocurrido en julio del presente año en el que 18 personas perdieron la vida y 13 resultaron heridos cuando retornaban de un culto evangélico por las imprudencias de el conductor de un camión.
Prometimos que todos los pastores de las nueve mil congregaciones, harán suya la campaña educativa y concientizaran a través de sus prédicas sobre la importancia de conducir con responsabilidad.
Es muy necesario que otros sectores de la sociedad civil se sumen a la campaña contra accidentes para la paz y la salud pública.