La dejaré para último. Me refiero a la promesa de una buena noticia para Navidad y Año Nuevo después de referirme a algunas informaciones difundidas por la prensa internacional.
En Estados Unidos abundan las malas noticias. El terrorismo se ha intensificado, no sólo por causa de los islamistas sino, entre otras razones, por las facilidades que se conceden a los deseosos de poseer armas de fuego.
Y no sólo se trata de esa epidemia, que en definitiva es internacional. El cuadro electoral está revelando una polarización política tan enorme que basta sintonizar los programas noticiosos en la radio y televisión para escuchar los más horrendos ataques que se hacen candidatos a ser nominados por los partidos, sobre todo en el caso del Partido Republicano.
Por un lado el candidato Donald Trump que con una habilidad extraordinaria encabeza los sondeos para las primarias republicanas. No ha quedado títere con cabeza en sus discursos y comentarios, quizá con excepción de uno de sus oponentes, el senador Ted Cruz, que ocupa el segundo lugar en las encuestas y que parece recibir el respeto de Trump, con quien tiene buenas relaciones.
Pero no sólo es Trump, basta con escuchar los debates republicanos para escuchar palabras tan duras que no recuerdo haber escuchado en mis décadas de seguir la política electoral estadounidense para diarios del país.
Parece como que se trata del intercambio de ataques entre los personajes que encabezaron a los Aliados y al Eje Roma-Berlín-Tokio durante la Segunda Guerra Mundial. Quizás exagero, pero hay algo de eso. Y en la campaña estadounidense ha tomado partido el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, que ha intercambiado elogios con el candidato Trump.
Peor todavía es la situación del Medio Oriente y el terrorismo que recibe mucha atención, aunque a veces esos temas son ocupados por la campaña electoral en la cual se menciona a Donald Trump a cada instante, sobre todo para hacerlo recibir todo tipo de ataques, muchos de ellos exagerados. Esos comentarios no le hacen daño sino le hacen subir el nivel de apoyo que recibe en las encuestas.
Otras noticias de actualidad tienen relación con las recientes elecciones parlamentarias de Venezuela, las cuales han dejado un panorama tan impredecible que ni siquiera me atrevo a dedicarle un párrafo pues necesita de una serie de artículos y de profundos análisis. No estoy seguro que el triunfo oposicionista se traducirá en un nuevo estilo de gobierno. Esperemos, quizás a las calendas griegas.
Siguiendo esa tendencia, las elecciones de España pudieran haber arrojado el más complicado y extraño resultado no sólo en la historia de la patria de Miguel de Cervantes sino en los estudios políticos de tipo electoral de las últimas décadas.
Alguien debe haber escogido el siguiente titular: TODOS FRACASARON, porque hasta el vencedor Mariano Rajoy salió perdiendo infinidad escaños y un resultado en la Cámara de Diputados que sólo puede compararse al de la III y IV Repúblicas en Francia en que algunos Jefes de Gobierno duraban si acaso unas semanas o meses.
Para el actual Presidente del Gobierno Español, que intentará reelegirse con el voto minoritario de su partido en la Cámara intenta formar alguna coalición, casi tan difícil como la cuadratura del círculo, se aplican las palabras de la señora madre de un presidente electo en el Chile contemporáneo, las cuales me atrevo a parafrasear: “Hijo saliste Presidente, pero me pregunto cómo vas a salir de ese problema.”
Y pudiéramos hablar de la necesidad de formar una coalición de conservadores y socialistas en Francia para evitar el triunfo del Frente Nacional, considerado de extrema derecha,o de las aventuras y desventuras del proceso político en Grecia, cuna de una antigua forma de democracia. Pero no continuaré con esa colección de informaciones negativas, algunas de ellas confusas, profusas y difusas.
Sí, me detengo para anunciar una buena noticia, la que proclamaron los ángeles según el relato bíblico del nacimiento de Jesucristo, considerado por muchos de nosotros como Hijo de Dios y Salvador: “Os traigo nuevas de gran gozo, que os ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador…”
Mi más sincero saludo navideño para mis amables, generosos, misericordiosos y pacientes lectores.