El pasado viernes 30 de noviembre, hubo en la Plaza España un concierto para dar la bienvenida a la Navidad, patrocinado por un periódico local y algunos ministerios públicos y empresas privadas.

El lugar es ideal para presentar este tipo de espectáculo, pues ofrece el marco de una hermosa ciudad, la Primada de América, en donde no se necesita ningún tipo de escenografía, porque de por sí existe.

Todo  estaba rodeado por vallas papales, (así les llaman en Chile). Para poder entrar, había dos formas, una para el área VIP y otra para el área más lejana.  A partir de las siete y media comenzaron a ingresar los invitados, como no llegaban tantos, el concierto pautado para las ocho, debió comenzar a las ocho y media.

Como me encanta la Navidad y vivo en la Zona, (como es llamada ahora), decidí ir a disfrutar del “gratuito” espectáculo, no tenía boleta de entrada, así que busqué un ladito de una rampa para sentarme. Siendo yo de la tercera edad, el lugar escogido no era el más apropiado, pero no podía estar de pie y esa era la mejor opción. Apenas escuché el popurrí de apertura de la Orquesta, dos canciones interpretadas por Milly y media canción interpretada por un cantante desconocido para mí, entonces decidí regresar a mi casa.  Vi también a mucha gente marcharse, sobre todo con niños y es que no es fácil pasar dos horas entre espera y función, de pie.

Lo lamentable de todo esto es del gran éxito de ese concierto, como ha sido considerado por los organizadores, cuando la mitad de las sillas de los invitados  estaban vacías y detrás de las vallas todo un pueblo deseoso de participar de algo gratis al que no tiene acceso, porque el dinero no le alcanza para llevar a su familia a pasar una noche diferente y de esparcimiento.

Vergüenza debieran tener los organizadores del odioso espectáculo y para la próxima vez hacerlo en un lugar completamente cerrado para no ver a un pueblo humillado,  cansado, con niños cargados y viendo unas sillas vacías sin poder ocuparlas.

A propósito, estoy acostumbrada a escuchar villancicos y música tradicional navideña con voces más finas y angelicales y no con una voz que sale de lo más profundo del cuerpo, no del alma.