El arte es una de las necesidades no materiales de la existencia humana, su ausencia produce vacíos que se expresan de distintas maneras que van desde el aburrimiento, el emocional, el existencial, hasta el biológico, que está relacionado al comportamiento de la bilirrubina que produce la catarsis o sensación de placer y plenitud interior al contemplar una obra de arte o escuchar una hermosa melodía.

El arte dominicano tiene momentos espectaculares para representarse, como son las exposiciones, concursos y bienales que retan al artista a exponerlo mejor de sí para disfrute de sus públicos. En nuestro país dos bienales o convocatorias han desempeñado una función primordial para que el público, los críticos de arte y los artistas presenten su trabajo, y el visitante lo disfrute como parte de un dialogo, entre el discurrir del arte dominicano y la gente interesada en este tipo de pasión.

El Concurso de Arte Eduardo León Jimenes se mantiene bianual como convocatoria del arte contemporáneo dominicano por más de 47 años desde 1964 y la Bienal Nacional de Artes Visuales del Museo de Arte Moderno en su 29 convocatoria a los artistas dominicanos, le acompaña en el camino, siendo los dos grandes momentos del arte nacional.

Luego de seis años de interrupción, el Ministerio de Cultura concluyó lo pendiente e inauguró esta vigésima novena convocatoria de la Bienal Nacional de Artes Visuales para satisfacción del conglomerado de artistas y de los públicos atentos a su apertura. Razones múltiples implicaron su interrupción, pero hoy celebramos su inauguración, que debió haberse producido en el 2017.

El presiente Luis Abinader en visita a la Plaza de la Cultura junto a la ministra Carmen Heredia y el equipo de dirección del sector cultural, se comprometió en poner acento en este tema pendiente que hoy es una realidad. No vamos a juzgar, como dijera en sus palabras inaugurales el director del MAM, arquitecto Federico Fondeur, pues loable y humilde fue reconocerle a la antigua directora, María Elena Ditrén su especial cuidado de las obras que se mantuvieron en depósito y de lo que se trata es de continuar echando caminos, caminos al andar.

Como bien enunció la crítica de arte Marianne de Tolentino, esta convocatoria es: “Diagnóstico de las artes visuales en el país, la Bienal suele proponer tendencias y alternativas, innovaciones y avances”. Como sabemos, el arte ha sido tradicionalmente vanguardia de las ideas, paradigmas y nuevas utopías sociales, pues se caracteriza por el más atrevido rompimiento con los moldes y estereotipos en los arquetipos sociales dados por verdades absolutas. Por eso, estos tipos de convocatorias no son solo una fiesta del arte como se ha dicho, y de los artistas, que lo es, también es generar igualmente un reto para conocer las apreciaciones sobre la sociedad, el arte como manifestación humana, sus niveles de criticidad social y el avance de las técnicas y conceptos del artista protagonista de la acción.

Esta vez se recibieron 626 obras, de las cuales fueron retiradas 31 por sus artistas y se seleccionaron 286 de 185 artistas participantes y cuya responsabilidad recayó en un jurado de 13 miembros y su exhibición en el MAM, se hizo acompañar de una muestra del artista dominicano residente en Francia, José García Cordero, -Chichi-.

En la acogida de esta convocatoria, participaron diferentes géneros de las artes visuales dando una visión más amplia y compleja a la creatividad humana y una mayor democratización hacia los artistas y sus formas particulares de arte: gráfica, fotografía, video, performance, recursos multimedia a través del videoarte, valorando a esta vigésima novena convocatoria, como una manera de integrar las nuevas generaciones al arte y sus formas expresivas versátiles y no convencionales, incluidas en esta, las instalaciones.

Celebramos la convocatoria, su apertura, apoyamos los cuestionamientos e ideas que hayan podido hacerse, dispuestos a que se mejoren los procesos, los procedimientos y la propuesta misma de este importante encuentro de artistas, para que se supere en calidad, organización, conceptualización, democratización y burocracia institucional que, la obligue a resultados cada vez mejor.