Hace unos días pasé por la pena de leer un artículo que escribiese un joven colega, en el que pone de manifiesto una profunda crisis de los valores fundamentales de nuestros jóvenes, donde en varias ocasiones, manifiesta su falta de respeto a los símbolos patrios, a la libertad de cultos y a nuestros valores y principios de ésta, nuestra Republica Dominicana. Expresándose así:

  • Dios: “figura de ficción”
  • La Bandera: “simbólico trozo de tela”
  • La Constitución: “ese pedazo de papel denominado Constitución”
  • Valores y Principios de nuestra sociedad: “Conviene no sólo sacar a Dios de la bandera, sino de las escuelas y los juzgados”

Y se atrevió además, a sugerir que nos adaptemos a la actual inversión de valores y principios que impera en las sociedades de hoy en día.

Antes de comenzar a responderle algunas de las interrogantes, manifiestas en su artículo, le pregunto yo:

  • ¿Y por qué no quitarle la vida a nuestro prójimo?
  • ¿Porque así lo indicó la “figura de ficción”?
  • ¿Porque así lo indica “ese pedazo de papel denominado Constitución”?

Quizás responderá: para que no te metan preso.

Y eso sólo nos da una clara muestra de la falta de valores y principios, que hay en la actualidad. Pues a la primera oportunidad que un sin valores ni principios, entienda que no lo van a descubrir, procederá a cometer homicidio, o cualesquiera otros delitos.

He ahí la importancia de los buenos valores y principios de antaño: el temor a Dios, el amor al prójimo, el amor al ejemplo de vida de nuestro Señor Jesucristo, el cual está lleno de valores y principios esenciales para el adecuado desenvolvimiento de la vida en sociedad.

Sobre su bandera sin privilegiados, esa que usted pinto no representa a los dominicanos, además, le recuerdo que los colores se alternan azul y rojo arriba, y rojo y azul abajo, no como los coloco usted: dos azules arriba y dos rojos abajo; lo único bueno es que a pesar de sus intenciones, el blanco seguiría representando la cruz.

Muchos pueblos del mundo se han forjado sobre una serie de principios, y este país, es uno de los que sus forjadores, aquellos que sacrificaron sus vidas, sus bienes, su tranquilidad, sus familias para hoy darnos a todos una patria libre y soberana de toda dominación extranjera, con identidad propia, con cultura propia, con principios y valores propios, pero que además acoge en su seno y respeta a emigrantes, a ateos, a homosexuales, a lesbianas,… etc., como una nación en donde sí se respeta la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de cultos. Estos valores y principios, lo respetamos y honramos la gran mayoría de los dominicanos, ahora, aquellos que no comparten esas ideas, que se adapten o acojan como suya otra nacionalidad.

Todas las iglesias, Cristianas o no, están formadas por seres humanos y como tales, somos pecadores, por lo que mal haríamos juzgando a Dios o a las iglesias por los pecados de sus miembros y  tampoco podemos juzgar por los pecados de aquellos que se atreven a jurar en vano ante la Biblia (los gobernantes). Pero mucho menos podemos escuchar los decires de persona adheridas recientemente a una causa, pues los neófitos (como usted se autodefine) suelen tener demasiado entusiasmo, tendiendo a apasionarse, a confundirse y a tratar de confundir a otros, y hasta a equivocarse con mucha frecuencia.

Como consecuencia de la actual inversión  de valores y principios, es por lo que no ignoramos  que “al salir a la calle en este país se enfrenta una triple amenaza: si no son los delincuentes los que te atracan, son los policías, y si no son los delincuentes ni los policías, las chapiadoras”.