Con su novela El Infierno: Una experiencia para contar, su autor, José Antonio de la Rosa, nos congrega al núcleo de sus preocupaciones intelectuales, espirituales, sociales, pero sobre todo éticas. El autor-personaje-narrador omnisciente es testigo, depositario y relator de una experiencia maravillosa.

Anestesiado para una intervención quirúrgica, el narrador desciende (o quizás asciende) a una región de tormentos, habitada por una vastísima galería de personajes del mundo político, militar, religioso, artístico, científico, filosófico, etc., muchos de los cuales están sometidos a fuertes padecimientos físicos como consecuencia de una vida terrenal sumida en maldades de todo tipo, en graves violaciones a los derechos de sus semejantes, a los “mandamientos divinos” y a las leyes de la naturaleza.

En este periplo de honor y belleza, el narrador es guiado por seres especiales que les indican (a él y a otros compañeros de travesía) la razón de por qué son castigadas aquellas almas que vivieron sumidas en egoísmos, crueldades y crímenes de toda laya.

En el infierno que nos describe el autor, muchos difuntos célebres padecen los castigos derivados de sus conductas, pero, además, en el mismo hay una gran cantidad de cubículos vacíos esperando por sus dueños, almas que aún forman parte del reino de la vida y cuyos comportamientos se cimentan en la maldad. Solo a los que antes de su muerte logren encauzar su vida por el camino del bien, les serán clausurados (o destinados a otras almas) los referidos lugares de castigo.

Novela ambiciosa, erudita, de prosa ágil. Propuesta narrativa moralizante, que apela a la necesidad de proteger a los niños como única forma de garantizar un mejor futuro para la humanidad, que clama por el fomento del amor entre los seres humanos, por el respeto al equilibrio medio ambiental y la tolerancia con las diferencias políticas y religiosas; que aboga por la eliminación de los prejuicios raciales y por la convivencia armoniosa entre los humanos.

En fin, nuestro autor nos conduce por lugares fantásticos, al tiempo que nos presenta personajes y hechos, a lo largo de la historia de la humanidad, que nos hacen reflexionar sobre la responsabilidad por nuestras acciones y omisiones.