Pensar que Haití puede celebrar elecciones libres en septiembre es creer que Elon Musk llegará a Martes el próximo año. El Autor.

En el plano político  Haití ha sufrido dictaturas cívico-militares, padeciendo tragedias como: huracanes, terremotos y  epidemia de cólera. Castrada  por una casta aristocrática que se ha apoderado  de los recursos económicos del país, sencillamente el país más pobre de América esta de rodillas, crisis política, más crisis sanitaria, es demasiado, exponencialmente explosiva y destructiva. El primer pueblo libertario América necesita ayuda,  está ubicado  en la región más desigual, más injusta  del mundo que es América Latina.

El fracaso  institucional es evidente, sin entidades de mediación efectiva, sin Parlamentos, sin árbitro electoral, esto  puede generar  una crisis de mayor  calado.  La celebración de elecciones sin autoridades consensuadas, la falta de un Registro Electoral  afecta seriamente la credibilidad del proceso y lejos de solucionar representara un agravamiento, sino hay un acompañamiento internacional.

Haití hoy se desangra, con  bandas  paramilitares que ocupan  los campos y ciudades.   Asolado, donde la esperanza es la incertidumbre, donde los desplazados internos ascienden a miles, como sino bastara pertenecer a ese lar nativo. Con esta escenografía del fracaso, cual colonial esfuerzo  resurgente. Hoy Haití  requiere una urgente y mayor  asistencia de la Comunidad  Internacional.

Es necesario pacificar el país, realizar un  acompañamiento para el diálogo político, entre oposición y  gobierno, para  bajar las tenciones, y detener el  acribillamiento de personas inocentes  en Haití, como acaba de suceder  recientemente con una veinte.

La agenda política  contiene la  celebración de un  referéndum constitucional y las elecciones presenciales y parlamentarias, el 26 de septiembre. Esta convocatoria tiene las características, de que presidente Jovenel Moise gobierna por decreto desde enero de 2020, fecha en fue clausurado el Parlamento.  La oposición no tiene la mínima confianza, debido a que en Haití el Presidente nombra el jurado electoral directamente.

La suspensión de los comicios legislativos del  2019, llamo la atención de la  Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  Otros  países como Estados Unidos también criticaron el proceso por no ser suficientemente transparente o inclusivo.

El fondo del debate  para mí es el modelo, puede Haití seguir con modelo Parlamentario; donde una vez nombran el Primer Ministro durante un años o dos años,  éste renuncia por conflictos con el Presidente o el Parlamento, generando inestabilidad y falta de gobernabilidad.

Las propuestas de solución en el marco institucional, es mejor tener una sola Cámara que permita  agilizar las reformas económicas, políticas y estructurales. Tener un Presidente que un Primer Ministro, donde la democracia nunca ha imperado.  -Alguien alguna vez me confeso- que la Constitución del 1966, no obtuvo la mayoría de los votos requeridos para su aprobación ,sin embargo, fue la Constitución más duradera del siglo pasado.

Es probable que el referéndum para la reforma constitucional, tengas debilidades,  esas debilidades de construir  mayoría, sin embargo, lo importante para Haití es que pueda ir legitimando y fortaleciendo lo institucional, sembrando la democracia.

Ahora bien, la alerta internacional consiste en que este proceso, Haití no puede solo, se necesitan amables componedores, que permitan generar el mínimo de confianza, para eso es necesario que la OEA, nombre una Comisión de Observación Internacional con mucha fortaleza (Expresidentes), para que ancle en el terreno, lo más tardar  en  agosto para observar la organización, administración, celebración y escrutinios de los votos y el resultado final de las elecciones.

Es necesario que el  Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU que dirige Bachelet, nombre una Comisión de Derechos Humano, para constatar en el terrero, las violaciones  que se puedan  cometer durante el proceso, entre otros objetivos generar un efecto disuasivo de la violencia durante el proceso. En el presente mes de julio.

Nuestro país debe hacer ingentes  esfuerzos para que la Comunidad Internacional, accione frente  a esta crisis,  de forma que puede dotar del nivel mínimo de fortaleza el proceso democrático.

Los países del Norteamérica deberán, producir un fuerte apoyo logístico, para salvaguardar el proceso electoral  en Haití, de forma que permitir construir  un nuevo camino hacia la democracia.

¡Un SOS por Haití , es un SOS por nosotros los mismos!