Soy de los fervientemente convencidos que las llamadas Redes Sociales constituyen un magnífico medio de comunicación. Además, son el espacio mas libre que existe en el planeta para comunicar ideas, hacer publicidad cultural y preocupaciones sociales.
Desde luego que lejos estoy de creer que las Redes Sociales son la panacea. Como no son tan inocentes y gratuitas como suponemos… o nos hacen creer que son. Desde luego que no.
Pero, sin dudas, es lo mas amplio que aquellas voces sin padrinos pueden encontrar para expresarse y, hoy, constituyen un espacio abierto en el cual artistas, intelectuales, escritores y diletantes debatimos ideas cada hora. ¡Espectacular!
Por supuesto que hay algunos precios que debemos pagar por el uso y la osadía. Uno de ellos es el de tener que recibir propuestas comerciales, de juego, amorosas y , sobre todo, las descargas de los fanáticos religiosos.
Las quejas, en el tenor que escribo, andan por doquier.
Ante la justa queja de un amigo de antaño, a quien inundan en Internet con todo tipo de absurdos religiosos; decidí escribir, como declaración de principios, algo que deseo compartir con vosotros en esta corta entrega:
He resuelto, restringir a todo el mundo las publicaciones en mi muro. Desgraciadamente han pagado justos por pecadores (estos últimos son, precisamente, religiosos). No me juzgo, exactamente, un ateo. Soy un dudante que da a esa entidad que llaman Dios una categoría, solamente, de centro de energía que aunque se manifiesta no puede pensar ni tener voluntad.
Pero sí soy un radical NO-RELIGIOSO. Resulto ser una persona libre pensadora que después de haber estudiado las esencias de casi todas las religiones, ha llegado a la gran conclusión de que ninguna llenan sus expectativas; sobre todo las religiones mosaicas, aún con su llamado "libro sagrado".
Estoy de acuerdo con Einstein en que ese "libro sagrado" no es mas que es un conjunto de relatos honorables que al final resultan ser bastante pueriles. Einstein (aunque ha sido maliciosamente citado por algunos religiosos) aseguró que la única religión que él podía aceptar era la Ciencia. Estoy de acuerdo con él, aunque incluyo como religión salvadora también al Arte; en el cual todos los artistas verdaderos (y solo soy uno mas) por ser creadores, somos dioses de un singular y especial universo.
Leo los asuntos religiosos que publican mis amigos por delicada cortesía y algo de curiosidad literaria; pero tengo la amistosa prudencia de jamás entrar en contradicciones con ellos por sus creencias, las cuales debo respetar. Como espero que todos respeten mis convicciones.
¿Hablé claro, verdad? Entonces, que venga el inevitable… ¡Telón!