Actualmente estoy terminando de escribir un libro sobre la vida de uno de los actores de los principales hechos de la Revolución de Abril – la Batalla del Puente Duarte, el asalto del Palacio Nacional y el ataque al Hotel Matúm, entre otros – y testigo, dicho sea de paso, de las muertes de Maximiliano Gómez, El Moreno, y de Miriam Pinedo viuda Morales, acaecidas aquí en Bruselas, en 1971. Planeo viajar al país para ponerlo en circulación este año, en ocasión del quincuagésimo aniversario de esta gesta cuyo protagonista fue el pueblo dominicano. Mis lectores quedan avisados.

Durante las investigaciones previas al libro, que realicé en archivos de varios países europeos, encontré un reportaje sobre la Revolución de Abril que, hasta donde tengo entendido, no ha sido visto nunca en nuestro país. Se trata de “La República Dominicana o la agonía de una revolución”, fílmica de unos cuatro minutos, producida, probablemente, en mayo de 1965 y transmitida por la Radio Televisión Belga Francófona (RTBF) el 2 de junio siguiente.

Por considerarla de alto interés público, he querido compartirla con mis compatriotas. Por esta razón le he agregado los subtítulos, habida cuenta de que fue realizada, como es lógico, en francés.

He querido, además, compartir mis impresiones de este reportaje.

En primer lugar, he sentido una enorme gratitud al mirar la entrevista al veterano francés André Rivière (no Roger, como dice erróneamente el periodista). Rivière luchó junto a Caamaño y Montes Arache y cayó, al igual que el haitiano Jaques Viau y el italiano Ilio Capozzi, defendiendo nuestra soberanía y nuestra constitucionalidad. Por cierto, discrepo del periodista belga, quien los califica de “aventureros”. Aventureros fueron sus adversarios, quienes, al derrocar a Juan Bosch, incurrieron en una aventura cuyas funestas consecuencias (miles de muertos y varios gobiernos en mayor o menor medida neotrujillistas) estamos todavía padeciendo.

(Permítanme una disgresión: El protagonista de mi libro me dijo que André Rivière murió porque fue confundido con Montes Arache, a quien los americanos habían puesto precio a su cabeza, con quien Rivière andaba, textualmente “para arriba y para abajo”. El documental no lo deja mentir: Observen a Montes Arache sentado en el yipe, a la derecha de Rivière).

En segundo lugar, he sentido una gran pena al mirar a dominicanos recoger del suelo o disputarse por un puñado de arroz. Cuando pienso en los repartos de “funditas” de Balaguer y en los de “cajitas” de Leonel, no puedo dejar de pensar lo poco que hemos avanzado en algunos aspectos.

En tercer lugar, he sentido una gran rabia al escuchar cómo los francotiradores americanos acantonados en los Molinos Dominicanos bromeaban y reían mientras atacaban con fusiles, lanzagranadas y cañones de 106 milímetros, a los acorralados constitucionalistas, indiscriminadamente, fueran combatientes o no. Parecería que pensaban que disparaban contra animales y no contra seres humanos. Quién sabe si entre ellos estaba Douglas Lucas, un paracaidista americano que se jactaba de ser el que más dominicanos había matado, como si hubiera sido un cazador, como si los dominicanos hubieran sido guineas y no hombres, hombres de verdad, hombres de pelo en pecho, hombres que pelearon como gallos de calidad.

Finalmente, he sentido una gran nostalgia de esos tiempos que parece no volverán, de esos tiempos en los que los dominicanos teníamos el coraje de defender nuestros derechos, de liberarnos del yugo de quienes nos pisoteaban, fueran extranjeros o quisqueyanos, fueran invasores o traidores, de esos tiempos en que los dominicanos todavía teníamos cojones, discúlpenme el exabrupto.

Comparto este reportaje con la esperanza de que tomemos conciencia de lo que fuimos capaces, con la esperanza de que volvamos a serlo. Ojalá pueda ser visto por el mayor número de dominicanos, pido a mis lectores que compartan este artículo en las redes sociales. Es necesario que despertemos de nuestro letargo.

Por cierto, le agradeceré enormemente a quien me haga saber quiénes son los entrevistados sobre el tema comunista, a quien pueda identificar a los demás constitucionalistas que aparecen en el reportaje.

Enlace al reportaje: