El presupuesto aprobado por el Consejo de Ministro para el 2012, es a todas luces deficitario e inflacionario. De hecho, fija de antemano el déficit fiscal en RD$50,000 millones, cuando esa cifra ha sido superada en los últimos 4 años, incluyendo periodos de alto crecimiento de la economía.

Los supuestos son los siguientes: Una inflación entre 7% y 8%; una tasa de cambio de 40.3 pesos por dólar; un petróleo cuyo precio promedio rondará los US$89.00 el barril; supone que la economía norteamericana crecerá al 2.3%; y el PIB dominicano crecerá entre un 4% y 5%.

Nada de eso tiene sentido, comenzando con la inflación, que este año superará el 8% y donde el precio del petróleo, si la economía norteamericana creciera sobre el 2% en el 2012, rondará los US$100 el barril. Ahora mismo ese es el precio del petróleo en los mercados, cuando la economía de E.U. y Europa crecen menos del 1% y en algunos casos cerca de cero. Además suponer un crecimiento de 5% en el PIB dominicano es prácticamente imposible cuando el crédito está restringido, las tasas de interés promedian 21% y las autoridades monetarias desmonetizan la economía para frenar la inflación y la devaluación del peso.

Aun con la reforma tributaria aprobada este año, más las estimaciones de crecimiento, las recaudaciones no sumaran ni de lejos, la diferencia entre el presupuesto del 2011 y el propuesto del 2012. ¿Lo financiaran con más préstamos? Muy difícil para no decir imposible ya que el acuerdo Stand By concluye en febrero próximo y el crédito fácil se acabó. Lo increíble es que ese endeudamiento para el próximo año supera al del año actual.

Por su parte el FMI fija la presión tributaria dentro del acuerdo en un 15% y actualmente está en un 14%. Esa diferencia implica buscar RD$25 mil millones adicionales. ¿Hará el gobierno otra reforma tributaria en el 2012, un año electoral y con su candidato en desventaja? Eso es muy improbable. Pero podría buscar más dinero aumentando el peaje, la placa, reduciendo incentivos y eliminando exoneraciones a los combustibles. También podrá captar dinero adicional aplicando arbitrariamente, como lo hace ahora, el ajuste en el precio de los combustibles y aprobar la ley que fija el precio de la electricidad en base al precio de los combustibles, lo que aumentaría automáticamente la tarifa entre un 10% y 15% adicional.

Esto último es casi seguro ya que volvieron a estimar en solo US$300 millones el subsidio eléctrico cuando este año ronda los US$800 millones.

Este presupuesto también incumple con el 4% a educación y de otras leyes que establecen asignaciones especificas. Pero lo más grave es que se proyecten aumentos en los gastos corrientes por RD$30,000 millones, cuando en el 2011 esa cifra fue significativamente menor (un tercio) en un escenario macroeconómico más optimista. Dentro de esta categoría de gasto, los aumentos en las remuneraciones y subsidios, representan las dos terceras partes lo que supone una clara estrategia del gobierno para apuntalar a su candidato con recursos públicos para las elecciones del 2012.

De nuevo, se repetirá la misma historia clientelista que se desborda en cada elección, donde predominaran la repartición de miles de tarjetas de solidaridad, compra de cedula, compra de opositores, nominillas y derroche en propaganda política por todos los medios escritos y audiovisuales.

Mientras tanto, la Presidencia de la Republica manejará a su discreción en el 2012 la increíble suma de RD$45,000 millones, RD$8,000 millones más que en el 2011, dinero que se gastará básicamente en promover la imagen inmaculada del actor de teatro dominicano que dirige los destinos de este país y cuyo ego no tiene limite, alimentado todos los días por las ofrendas que le ofrece el lambonismo criollo, que hacia exactamente lo mismo en la época de Rafael Leónidas Trujillo.