Continuando con nuestro tema, sería bueno recordar, que el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) consiste en el estudio de los aspectos ambientales y los potenciales impactos que a lo largo de su ciclo de vida llega a tener un material, producto o de una actividad.
En este ciclo de vida, se considera la historia de un producto, desde su origen, y como materia prima, hasta el momento final en el que, potencialmente, se convierte en residuo. Es por esto que en un ACV se deben considerar todas las fases de la vida de un material, producto o de una actividad, objeto del análisis.
Se podría decir que la metodología del ACV resulta ser un tipo de contabilidad ambiental en la que se atribuyen a los productos los efectos ambientales adversos, debidamente cuantificados, que se producen en su período o ciclo de vida. El ACV precisa de un protocolo, sujeto a las normativas que regulan el proceso, para unos resultados que sean estandarizados y de acuerdo a dicha normativa.
A tenor de todo esto y de las necesidades propias que plantea el quehacer del proyectista, comprometido con la eficiencia energética y la sostenibilidad en la construcción, se hace menester, a futuro no muy lejano, plantear un abordaje del tema de los elementos constructivos, y en nuestro caso particular sobre el estudio de las envolventes ligeras y sus prestaciones energéticas y de sostenibilidad, tomando estos dos puntos como apoyo: sostenibilidad y eficiencia energética.
Incluso, siendo más específicos aún, sería interesante, establecer un punto de partida para la identificación de una metodología de trabajo, que siendo breve, también sea lo suficientemente precisa en materia de ACV (ciclo de vida, cálculo de emisiones, etc.) y eficiencia energética de tipos de elementos constructivos (y de envolventes ligeras), como alternativa inicial y acceso a procesos de análisis más elaborados.
Incluso, de nuevo, y siendo más específicos todavía, llegar al feliz propósito de realizar un análisis sobre cerramientos industrializados ligeros, sus niveles de sostenibilidad y de eficiencia energética, pero tomando en cuenta los conceptos de near Zero Energy Building (nZEB), y los datos obtenidos desde la bases de datos específicas de materiales de construcción, para el cálculo de la Huella de Carbono (HC).
El lector notará la tendencia del autor, tanto en el título como en un par de líneas del cuerpo del texto, hacia las envolventes y los cerramientos, aunque la metodología levemente planteada sea es aplicable a todos los elementos constructivos de la trama del edificio.
Esto, más allá de la pura deformación profesional de quien escribe, va en la tónica de la economía de medios sobre uno de los aspectos más influyentes para la evaluación en positivo de las prestaciones energéticas de los edificios, su piel.
Esa piel que en términos de eficiencia energética y confort, no solo tiene el gran compromiso del buen servicio en las zonas templadas, pero también en las tropicales como la nuestra; por aquello de ser la envolvente la frontera entre los agentes atmosféricos y el confort interior que, necesariamente, tiene que ir de la mano de esa eficiencia energética.
El tema da para mucho más….pero eso ya lo sabíamos antes de comenzar a escribir sobre el mismo…Seguiremos con ello en otro momento. Hasta la próxima.