La envolvente ligera en el edificio supone uno de los grandes avances en el ámbito de la construcción y específicamente de la construcción industrializada.
En nuestro escenario actual, ya los cerramientos ligeros e industrializados tienen que representar, y de hecho ya representan de cara a los marcos normativos, claros ejemplos de durabilidad, seguridad, sostenibilidad y eficiencia energética.
La economía de medios, muy asociada a la estética, resultan ambas ser factores decisivos a la hora de seleccionar algún tipo de envolvente tecnológica y ligera para algún proyecto.
Para la Unión Europea, el sector de la edificación representa en torno al 40% del total del consumo energético y por el mismo orden de magnitud, también, de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero).
Esto plantea un desafío para los gobiernos y sus ciudadanos de cara al detener o cuando menos reducir los impactos del cambio climático.
Dentro de este contexto, la envolvente del edificio supone un elemento protagónico para alcanzar los objetivos de mejora de las prestaciones de los edificios, y la alternativa de los cerramientos ligeros y a la vez industrializados se plantean como opciones favorables para alcanzar los mismos.
Gran parte de esto último, tomando los controles ambientales adecuados, es posible por el hecho de que gran parte del proceso constructivo en fábrica es factible de ser optimizado, con la reducción de materias primas y energía que esto implica, y una menor cantidad de residuos no reciclables. Sobre esto ya hemos escrito antes; de hecho es sobre esto que hablamos o escribimos cuando tenemos el uso de la palabra o del teclado… Creemos en ello.
Otra ventaja de este tipo de sistema y/o tecnología es la facilidad al momento de la puesta en obra, en la que solo hace falta llevar a cabo labores de montaje y ensamblaje, reduciendo la inversión de recursos que suponen los cerramientos de construcción húmeda de las tecnologías tradicionales.
La combinación de los conceptos de eficiencia energética y ciclo de vida cerrado del material, en forma de ACV (Análisis de Ciclo de Vida), es el capítulo pendiente en el ámbito de la construcción y para el caso que nos ocupa, de la envolvente del edificio.
Un ciclo de vida cerrado del material supone una reducción de residuos, y una alta eficiencia energética también supone, finalmente, una reducción de residuos, de emisiones, de consumos.
Seguiremos sobre esto la semana que viene…