Hacia una reconstrucción definitiva y sostenible.

El ex Primer Ministro británico Tony Blair lideró el Reporte de la Comisión para África en marzo del 2005. El Plan Blair1 plantea una especie de Plan Marshall para sacar a África2 de la pobreza, y enrumbarla hacia la consecución definitiva de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), hoy convertidos en Metas de Desarrollo Sostenible (SDGs).3

En el informe Tony Blair proponía que para el 2015 los países ricos hayan destinado 25 billones de dólares (0,7% de su PIB)4 por año durante una década; condonación de la deuda externa por parte de organismos multilaterales, entre ellos el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Además, Blair sugiere combinar el crecimiento económico con reducción de la pobreza, y desarrollo urbano. Así como garantizar el clima de inversión, y desarrollar mecanismos de ajuste de comercio, combatir la corrupción, entre otras.

Sin embargo, el economista Sala i Martin no se mostró tan optimista. El entiende que este plan era ‘más de lo mismo,’ y menciona tres elementos fundamentales que más bien podrían dar al traste con su objetivo principal, empeorando la situación actual de los países africanos.

La teoría en la que se basa el informe, no es la más adecuada. Porque lo correcto es que África tiene un problema de corrupción rampante; asimismo, cuestiona el plazo de los diez años planteados por Blair. Y finalmente, la canalización de las ayudas a través de organizaciones que intentan imponer su visión de cómo deben funcionar las cosas en África sin escuchar a los africanos.

En el caso de Haití, se podría adaptar una versión del Plan Blair tomando en cuenta las observaciones del economista Sala i Martin.

En primer lugar, analizando las necesidades más perentorias de los haitianos y asistiéndoles en los procesos de transparencia en la administración pública, haciendo un plan a corto y largo plazo, pero sobre sobre todo, incluyendo al pueblo haitiano en la planificación y ejecutorias de su desarrollo nacional.

Porque Haití es apenas un pequeño estado insular que comparte La Hispaniola con República Dominicana, y no 53 Estados5 como lo es el caso del enorme continente Africano.

Adoptar un plan similar para Haití podría cambiar el curso de su historia reciente, siempre y cuando superen los escollos actuales e históricos, existentes desde la misma proclamación de la segunda independencia de las Américas.

Innegablemente, las luchas internas desde los principios de la naciente república, combinado con el rol jugado por algunas de las potencias de entonces, han tenido repercusiones sobre el presente haitiano.

Estados Unidos y Francia, países que para entonces comercializaban esclavos, de alguna manera no podían asumir una postura laissez-faire frente a la Revolución Haitiana. Porque esto sería dejarle entender al mundo colonizado que los negros esclavos podían ser libres, independizarse y ser exitosos rigiendo sus destinos.

En otras latitudes La Revolución Haitiana fue valorada como toda una epopeya por haber abolido la esclavitud. Pero en Estados Unidos el gobierno de Thomas Jefferson quiso sofocar a los rebeldes’, porque la Revolución Haitiana podía expandirse hasta su territorio. Por eso – entre otras razones – Jefferson se negó a reconocer a Haití, y no fue hasta 1862 cuando los Estados Unidos, bajo la administración de Andrew Johnson, finalmente revertió esta posición.6

Francia por su parte, condicionó a Haití arrastrar una deuda económica: Una indemnización para los colonos franceses en 1825, lo que hoy François Hollande reduce a una ‘deuda moral…’

De hecho, Haití honró el último pago apenas en 19477. A la sazón 125 millones de Francos Oro, que a la tasa de hoy superarían la friolera de 21 billones de dólares8. Esta es aproximadamente la suma de los 25 billones anuales que Blair pide para África.’

A lo anterior se añade la cuestión migratoria y comercial con la República Dominicana, uno de los grandes desafíos a la buena vecindad, estabilidad política y económica de ambos países. Esta situación incitada por grupos que apuestan al caos y animadversión para beneficio propio.

Ya en pleno siglo XXI, con el mundo girando alrededor de las Metas del Desarrollo Sostenible, globalización y multilateralismo, uno quisiera pensar que Haití estaría por el mismo camino. Pero la inestabilidad política y económica, pobreza, mezquindad y desacuerdo de una parte de su elite, demuestran lo contrario.

Todo lo arriba mencionado hace de Haití el país más pobre del Hemisferio Occidental, el único de la región en el grupo de los Países Menos Adelantados (PMA)9. ¡Todos lo sabemos!

Ahora bien ¿Qué hay que hacer para cambiar los resultados de informes de organismos internacionales?

 

Adaptar una especie de Plan Blair para Haití con Haití. Eventualmente, Francia junto con los Estados Unidos con apoyo técnico de organismos multilaterales, podría liderar una especie de Plan Decenal de Cooperación para el Desarrollo de Haití.

Porque para sacar a Haití de la trampa de la pobreza10 y convertirlo en un estado próspero, atractivo a la inversión extranjera y la cooperación internacional sostenible, hay que hacer un completo proceso de reconstrucción más allá de las coyunturas actuales. Con un approach más sostenible, sincero, humano, y responsable.

Porque la situación de Haití es un problema complejo y crónico que requiere de una respuesta exhaustiva, contundente y simultánea que debe incluir por lo menos a las instituciones Breton Woods, la Unión Europea, Naciones Unidas y organismos regionales y subregionales.

Igualmente, la República Dominicana como cohabitante de La Hispaniola, y con condiciones político-económicas menos modestas, también esta compelida a contribuir a un Haití estable, próspero y más democrático.

Porque a la República Dominicana no le conviene que su ‘socio económico’ más cercano siga siendo el país más pobre del Hemisferio Occidental. Por las repercusiones inmediatas que esto siempre tiene en la parte oriental de la Hispaniola.

Si se adapta una especie de Plan Blair para Haití, este país se enrumbaría definitivamente por el sendero del ‘inevitable progreso humano,’ y será un referente para los países del ‘Global South’ en materia de erradicación de la pobreza.

‘No podemos cambiar la historia, pero podemos cambiar el futuro’.

10 Dado que las economías pobres sufren muchos problemas de atacar uno sin corregir los demás no soluciona nada. Es más, la suma de pequeñas ayudas realizadas a lo largo de muchos años (como las llevadas a cabo por la comunidad internacional durante la segunda mitad del siglo XX) no tienen efecto alguno sobre el desarrollo económico’.

Notas:

1 Tony Blair’s Commission for Africa: Erasing the Scar http://www.economist.com/node/3751118
2 Our Common Interest Report of the Commission for Africa. Disponible en http://www.commissionforafrica.info/wp- content/uploads/2005-report/11-03-05_cr_report.pdf consultado el 22 de septiembre de 2015
3 Metas para el Desarrollo Sostenible (SDGs) disponible en https://sustainabledevelopment.un.org/
4 Sala I Martin, Xavier 2010. Pues yo lo veo Así: sobre la Crisis Económica y Más. Plaza & Janes Editores. Barcelona
5 African Union Member States. http://www.au.int/en/member_states/countryprofiles

6 The United States and the Haitian Revolution, 1791–1804 https://history.state.gov/milestones/1784- 1800/haitian-rev
7 Tharoor, I. (2015) ‘Is it time for France to pay its real debt to Haiti?’ The Washington Post. 13 May 2015. Disponible en https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2015/05/13/does-france-owe-haiti- reparations/ consultado el 23 de octubre del 2015.

8 Ver Le Monde Diplomatique disponible http://mondediplo.com/blogs/france-s-misconceived-marshall-plan- for-haiti

9 Listado de Países Menos Adelantados (PMA)

http://www.un.org/en/development/desa/policy/cdp/ldc/ldc_list.pdf