Se me hace agua la boca cuando me refiero al “Pejelagarto”. Lo he degustado muchas veces. Lo comí primeramente en Cancún a principios de los noventa, clausurando un evento de inversiones de Bancomext. Es un pez carnoso, fósil prehistórico, sobreviviente por millones de años, con trompa similar al cocodrilo. Los mexicanos llaman lagarto al cocodrilo, de ahí la inconfundible denominación “Pejelagarto”, con hábitat en Tabasco. También llaman así a Andrés Manuel López Obrador, AMLO, orgulloso oriundo de ese estado. Muchos mexicanos pronuncian arrastradizamente las eses, pero él con hablar provinciano elimina la t final de “compló”, y convierte eses en jotas. Protesta diciendo que puede ser peje, pero no lagarto.
Especialistas echarían mano a la Teoría de Darwin investigando por qué el “Pejelagarto” se adaptó, no extinguiéndose como mamuts y dinosaurios. Darwin no teorizó en términos sociales. El darwinismo político preconizaría que la supervivencia no corresponde a los más aptos, sino a los más aptos y más persistentes. Ese es el caso del “Pejelagarto”, electo presidente mexicano por persistente, atacando siempre la corrupción y “La Mafia del Poder”, y exaltando su imagen de hombre honesto y sencillo. No era el candidato más simpático, ni con más amplia formación académica. No tiene doctorados de universidades extranjeras, ni mexicanas. Otros candidatos, derrotados vergonzantemente, son políglotas, dominando múltiples idiomas y AMLO no habla inglés. En el 2006 cuando era Jefe de Gobierno de Ciudad México, un intelectual le preguntó si tenía pasaporte, dudando si alguna vez había salido de México. Contestó que el prócer Venustiano Carranza, muerto hace casi un siglo nunca había cruzado la frontera. Desde el 2000 como Alcalde, y luego Candidato Presidencial, AMLO pasó 18 años levantándose diariamente como opositor, y volviendo a la cama habiendo cumplido o desbordado su cuota de ataques y propuestas oposicionistas. Sus ruedas de prensa inician a las 6:30 de la madrugada. Si nos visitara, AMLO aconsejaría a partidos dominicanos fuera del poder: “Todos los días la oposición tiene que hacer oposición, para dejar de ser oposición”. Al “Pejelagarto” le tendieron trampas. Hasta trataron de trastocarle el orden de sus nombres , escribiendo Manuel Andrés López Obrador para endilgarle como iniciales MALO, no AMLO.
López Obrador gobernará con inigualable Gabinete “Dream Team”, anunciado con meses de antelación. Alguien, citando a Maquiavelo señaló que el primer error de un príncipe nuevo es el gabinete. Con AMLO ocurre lo contrario. El gabinete es su primer acierto. Inteligente, seguro de sí mismo, AMLO no tiene reparos en rodearse de hombres posiblemente más brillantes que él, con creencias firmes y sanos propósitos ciudadanos.
Cuando visité, al prominente legislador americano Tip O´Neill no quiso repetirme su máxima: “All the politics is local”. AMLO con arrebato provinciano localista asimiló ese planteamiento, reformulándolo: “La mejor política exterior es una buena política interior”. Sin embargo parece que tanto él como Trump se convencieron, cada uno por su lado, de que “No hay globalidad que sirva, sin localidad que valga, y viceversa. No hay localidad que sirva, sin globalidad que valga”. La aldea es global y el globo terráqueo aldeano. Trump abandonó su aislacionismo y habló media hora con López Obrador, tan pronto terminaron los conteos. Temprano ,AMLO recibió al Secretario Pompeo y envió una propuesta de negociación de 4 puntos a Trump. Hipotéticamente superaría la expresión mexicana de antaño ante la “Política del Buen Vecino”: “Nosotros somos los buenos y ellos los vecinos”. Dejando atrás esa historia, posiblemente AMLO planteara a Trump: “Los dos debemos ser buenos y vecinos”.
AMLO, encabezando la Alianza “Juntos Haremos Historia” ya la está haciendo: Propondrá modificar la Constitución para que el Presidente en turno pueda ser enjuiciado por corrupción y delitos electorales.Eliminará el fuero para todos los funcionarios. Establecerá un mecanismo de consulta para la revocación del mandato y eliminar obstáculos en procedimientos de referéndum populares, para garantizar la democracia participativa.
La clase gobernante PRI-PAN, desesperada, hizo algo insólito: El PRI, Ogro Rapaz, no Filantrópico postuló a un apartidista, con brillante historial académico y burocrático, pero sólo obtuvo 16% de la votación. La ciudadanía lo repudió, castigando al PRI , votando un 53 % por AMLO. Tétrico oráculo para Danilo, si obcecadamente intentara reelegirse , o ser titiritero. Danilo, o su delfín títere serán derrotados castigándolos por la ineficiencia, corrupción e impunidad del PLD.