Cuando la vida de una persona refleja la complejidad de la justicia social, esa persona necesita de un lugar en su entorno que proporcione tranquilidad. Por suerte para Susan, ella creció en un ambiente familiar donde siempre hubo jardines y los miembros de su familia se orientaban hacia la conservación de la naturaleza. En el jardín familiar tenían árboles de peras, viñedos, cosechaban vegetales de varias clases y cuidaban de plantas de varios tipos de flores, entre las cuales ella recuerda las plantas de Clavelón. Al tiempo que se ocupaban de estos cultivos, para mantener las plagas alejadas o controladas, en la familia se servían de productos naturales para no afectar el medio ambiente.

La casa donde creció se encontraba cerca de una laguna y un bosque. Su padre a menudo se internaba en el bosque para buscar hongos silvestres; allí recogía también brotes de helecho y de la planta llamada Diente de León. Desde muy temprano en la vida de Susan Howell la naturaleza fue un refugio y lugar de respeto y consideración. Durante su niñez ella capturó y conservó orugas de las que más tarde salieron mariposas. Ella participó en la crianza de varios animales silvestres, entre los que recuerda los cisnes, patos y varias clases de aves. Susan era realmente una chica amante de la naturaleza.

La vida de Susan sufrió un cambio brusco cuando se mudó a Miami para realizar sus estudios en la Universidad Barry. En ese centro de estudios ella se especializó en Relaciones Internacionales, con una subespecialización en Negocios. Una vez hubo terminado sus estudios universitarios, trabajó como paralegal en la Oficina del Fiscal del Estado, en la División de Protección a la Niñez. Más tarde se desempeñó en tanto investigadora del Servicio de Rentas Internas, para finalmente convertirse en agente especial al servicio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

Después de haber residido en diferentes lugares de Miami, Susan al final compró su casa en Miami Shores donde pudo finalmente plantar su jardín y recobrar algo de lo que la caracterizó como chica amante de la naturaleza. Una vez establecida en Miami Shores conoció a Mary Benton quien vive cerca y recientemente había comenzado una organización que promueve la importancia de las mariposas y otros polinizadores de plantas.

Con esto procuran ayudar a crear un medio ambiente resistente al cambio climático. Poco tiempo después Susan decidió que quería deshacerse de toda la grama que había en el frente de su casa y sembrar allí plantas autóctonas.

El primer paso de Susan fue emplear algunos obreros para retirar todo el césped. Ella compró plantas polinizadoras y contrató un jardinero paisajista para desarrollar la primera fase de su proyecto. Con estas acciones ella consiguió atraer las mariposas, abejas, aves, mariquitas y libélulas (caballitos del diablo). Para completar su trabajo ella añadió una fuente de agua que brota sobre una roca. Entre las plantas que escogió para su jardín se encuentran la Salvia coccinea, que se conoce con los nombre de Flor de Jericó o de Colibrí, conocida también con el nombre de Salvia Tropical, que se piensa que es originaria de México. Plantó Crotón de pinar, que se conoce en República Dominicana y se encuentra en Dajabón y la provincia Espaillat. Incluyó algunas Violetas Blancas, que no se encuentran con facilidad en República Dominicana; no conforme con lo antgerior, agregó la Uña de Gato (Corriosa, Colima).  Además, creó un jardín de hierbas aromáticas con hinojo, albahaca y orégano. El hinojo es una planta huésped para la mariposa Macaón (Papilio poylyxenes).

Como puede observarse por medio de la descripción de los trabajos realizados por Susan con ayuda de las personas contratadas, ella acomodó el perímetro de su casa a los gustos que traía de su juventud. A los recuerdos de su juventud ella unió los conocimientos adquiridos durante su vida adulta y creó un jardín compatible con el medio ambiente, la flora nativa y la fauna circundante.

Una de las plantas favoritas de Susan es la Coonthie que es similar a la guáyiga conocida en República Dominicana donde crece con facilidad, así como en otras islas del Caribe. El cultivo de la Coontie y la guáyiga existía desde antes de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. Los indígenas lograban hacer una fécula con el tubérculo de esta planta y fabricaban ciertos tipos de galletas y pan plano, es decir, sin levadura. Esta planta es una planta huésped para la mariposa Atala. Una de las fuentes de gozo de Susan es contemplar su jardín; ella lo expresa de esta manera: “es presenciar la creación en acción”.

Uno de los sueños de Susan y su amiga Mary es ver la comunidad entera de Miami Shores libre de pesticidas; es decir, llena de jardines en los cuales no se usen productos químicos para controlar plagas y eliminar hierbas malas. Ellas dos sirvieron de voluntarias para desarrollar un jardín en la escuela de párvulos de la Miami Shores Community Church, para iniciar de esta manera a los niños en prácticas que redundarán en el futuro en usos sanos de los conocimientos para preservar la naturaleza.

En alguna medida lo que Susan ha creado en su jardín es algo que muchas personas podrán realizar a su vez. Es algo que se consigue con el deseo de ayudar a preservar la naturaleza y la cooperación de otras personas con conocimientos en este tipo de actividad. Ella logró algo que disfrutó en su niñez y juventud. Eso le ha producido un placer inmenso. Ella asegura que es algo que una vez que se comienza se hace más fácil de realizar. En la actualidad se admira de la belleza y sobre todo de la naturalidad de su jardín. En los momentos difíciles ella recurre al ambiente que ha creado para reposar su mente y recobrar vitalidad. Antes de terminar su relación quiso agregar que no hay necesidad de levantar un jardín como el suyo en corto tiempo, ni con gran inversión, puede ser un proyecto escalonado con ayuda de amigos entendidos en la materia.