Okey. Esta vez no tendré la ecuanimidad intelectual requerida en una entrega. No asumiré la pose académica que se supone uno tiene cuando habla de asuntos culturales. No podría.
Estoy intentando construir una máquina del tiempo para viajar al pasado y pedir vengan:
Ulises (el mas grande guerrero que jamás ha existido, llamado "La maquina perfecta de la guerra".) y me preste la misma espada con la cual mató a Héctor y tantos otros, para usarla contra alguien aquí.
A Espartaco, para que con su ejército de 120 mil esclavos sublevados y me ayude a asesinar a alguien a bofetadas.
A Saladino, el sultán de Egipto y Siria, salvador del Islam. Cuyo valor y honor fueron hasta reconocidos por sus enemigos, a aconsejarme cómo convertir una simple venganza en una causa nacional.
A Miyamoto Musashi, el samurai más conocido del Japón medieval… ¡que me enseñe las técnicas más depuradas en la lucha de espadas que él mismo creara!
Aníbal, el gran general de Cartago, considerado como uno de los más imponentes estrategas en la historia bélica. El mismo que atravesó los Alpes con un ejército de elefantes para combatir a su rival en su propia tierra.
Sun Tzu, el chino filósofo de la estrategia militar. Tengo que repasar su libro "El arte de la guerra".
Leonidas, aquel rey de Esparta alrededor del año 480 antes de Cristo, ¡que venga con sus legendarios 300 espartanos que combatieron en el paso de las Termópilas!
Alejandro Magno, rey de Macedonia y el más grande conquistador de la antigüedad. ¡Qué venga, que venga, que venga! ¡Qué venga a vengar una afrenta cultural y aprovechemos para vengar también la destrucción de la Biblioteca de Alejandría.
Simón Bolívar, el más grande de los libertadores de América Latina. ¡Que venga a enseñar la adaptación que hizo de las técnicas de guerras romanas y prusianas que empleó en sus batallas… porque aquí se va a pelear. ¡Yo voy a pelear!
Caonabó, el rayo de Maguana, aquel cacique taíno que nunca pudo ser derrotado por las tropas imperiales españolas. Tuvieron que engañarlo con una supuesta tregua para poder apresarlo e hizo que sus dioses hundieran el barco que lo conduciría preso a España. ¡Invoquemos juntos a los dioses para que castigue a unos idiotas!
Ocurre que el mármol de Carrara, en la zona de la Toscana, ha sido el material mas apreciado y utilizado por
los grandes escultores de la humanidad. La "Victoria Alada" (que contemplé durante horas en el Louvre) se habría hecho con mármol de esa cantera. "El Moisés" por igual. "La Piedad" de Miguel Ánguel también se hizo con mármol de Carrara.
Blanco y prácticamente sin imperfecciones el mármol de Carrara (para los romanos marmor lunensis, o "mármol lunense") es un tipo de mármol extraído de las canteras de los Alpes Apuanos en Carrara. Casi sin vetas, de grano de fino y aspecto harinoso. Las canteras de mármol de Carrara fueron probablemente utilizadas durante la Edad de Bronce. Con los romanos se desarrolló una importante extracción y, desde la época de Julio César bloques de este mármol blanco fueron utilizados para las construcciones públicas de Roma y muchas casas patricias. El Panteón de Agripa y la Columna de Trajano están realizados con este material. La exportación se realizaba por el puerto de Luni, de ahí su nombre de "marmol lunense".
Maestros, como los escultores Giovanni y Nicola Pisano, lo utilizan para sus obras en la Italia Central, como en la Catedral de Siena con su púlpito gótico octogonal.
Hoy día es casi imposible adquirir mármol de las canteras de Carrara si no es por una causa trascendente. Nadie puede ir allí a comprar una chin de mármol si no demuestra que es para algo muy, muy, importante. Básicamente se le otorga a los gobiernos para realizar las estatuas de los grandes, muy grandes, héroes nacionales.
La Nación Dominicana fue privilegiada en ese sentido. Se nos otorgó bloques para construir las estatuas del Hombre-Nación, del Individuo-patria… de Juan Pablo Duarte (o Juan Pablo Pueblo.) y de Sanchez y Mella. Tres obras esculpidas por el italiano Arrighini. Las estatuas están en el Altar de la Patria.
El Altar de la Patria es un sobrio mausoleo, que invita a la paz y la reflexión, diseñado por Cristian Martínez, inaugurado el 27 de febrero de 1976 y que se encuentra en el Parque Independencia. Allí hemos estado cientos de veces para honrar a nuestros patricios y para admirar las obras de Artes que se encuentran en dicho mausoleo.
Pues ocurre que un idiota, de esos que solo consiguen un cargo por prebenda de la asquerosa política ha mancillado el mausoleo, a los patricios y al Arte mismo.
Un administrador, no el actual, dispuso que se pintara con Pintura Popular las estatuas de mármol que hay el mausoleo. Ahora, resulta, que no hay manera de evitar que el 27 de febrero próximo asistamos a rendir honor a Juan Pablo Duarte que no sea frente a una estatua realizada con mármol de Carrara; pero pintada por unos cuantos salvajes dominicanos.
¡Alguien tiene que caer! ¡Alguien tiene que morir! ¡Por lo menos alguien debe ser abofeteado en el mismo Parque Independencia!
¡Qué vergüenza nacional!
¡Coño! ¡Telón!