Hace unos días (Acento, 15/10/2015), el afamado periodista e investigador histórico Miguel Guerrero dejó constancia,  una vez mas, en su tan leída columna, de su visceral y total aversión de todo aquello que huela a comunismo.

Es frecuente que dicha columna sea dedicada al tema y aún cuando no sea el tema central, el autor no pierde oportunidad de deja caer algún rayo o centella en contra del marxismo y/o comunismo.

Es evidente que este Guerrero se mantiene en una cruzada, lo que es su derecho, como también es un  derecho, el de cualquiera que aún corriendo el riesgo de no estar muy de moda, prefiera ponderar los aportes del marxismo con algo de benevolencia, no desprovista de una  intención de justicia, que bien podría no pasar de microscópica.

Las atrocidades que se han cometido en nombre del comunismo son indefendibles.  Los excesos y aberraciones desencadenados por  la supuesta puesta en práctica del comunismo por muchos reales o presuntos seguidores del pensamiento de Marx ha costado muy caro a la humanidad, aunque no tanto como lo que ha costado que lo que la naturaleza o Dios nos dio a todos, se haya convertido en la   propiedad privada de algunos.

Y no es que repudie la propiedad privada, ni la libertad de empresa, sino que resulta poco razonable que en nombre de esas apetencias, el capitalismo pueda tragarse al planeta.  En oposición, cierto grado de marxismo, podría auxiliarnos, en alguna medida, en el rescate de la noción del bien colectivo, como una aspiración de cierta importancia.

¿Es Marx, acaso, responsable de las atrocidades cometidas en nombre del comunismo por algunos psicópatas y monstruos?.  ¿Es toda idea asociada con Marx y el comunismo negativa,  en esencia y de forma intrínseca?  La respuesta a estas dos preguntas es no.

La historia del mundo, la humanidad,  tiene un antes y un después de Marx.  El mundo es otro después de Marx, y es, indudablemente, un mundo mejor.  Y es mejor por la influencia del pensamiento de Marx.

La ciencia en sentido general, las ciencias sociales en particular, tienen en el mundo contemporáneo algún  tipo de impronta del marxismo.

No es una exageración decir que toda conquista lograda por la humanidad post Marx, en términos de menor desigualdad económica e incluso de derechos humanos,  ha bebido, en algún  momento, en una u otra forma,  en la fuente del marxismo.

Por toda Europa y en el mundo,  muchas de las políticas económicas mas progresista -dentro de los regímenes democráticos y bajos sistemas capitalistas-  son el resultado de la lucha de movimientos  políticos influenciados, de algún modo, por el marxismo.

Algunos de los países europeos mas avanzados,  en cuanto a una serie de medidores de mejor calidad de vida de sus ciudadanos,  están regidos por un sistema político colindante con el  ideal marxista de socialismo o comunismo, aún cuando sus gobernantes o dirigentes rehuyan llamarse a si mismos socialistas o comunistas.

Otros países europeos,  americanos  (Canada y, de hecho,  Estados Unidos) y otras naciones industrializadas,  tienen algunas características que puede identificarse, de algún modo, con el ideal marxista, ya sea en término de un régimen impositivo progresivo (que paguen mas impuestos quienes mas ingresos tienen) o de uno o varios programas de seguridad social y/o de protección a los trabajadores.

A propósito de EEUU, que ha sido siempre punta de lanza del anticomunismo a nivel mundial, hoy tenemos un  autodeclarado "demócrata socialista" como pre-candidato a la presidencia de este país.  Bernie Sanders, que es actualmente senador en el Congreso de EEUU, está aspirando a la nominación como candidato a la presidencia  por el Partido Demócrata.  Y Bernie Sanders,  con todo un programa socialista como propuesta de  gobierno,  está actualmente en segundo lugar en todas las encuestas  de preferencias de los electores dentro del  Partido Demócrata.

Marx (1818-1883) vivió y fue el resultado del siglo XIX,  pero ningún otro filósofo tuvo mayor influencia a todo lo largo del siglo XX.

Su concepción de la historia, su materialismo histórico, trastocó todo el pensamiento anterior.

Sus aportes a la economía como ciencia social no tienen, aun hoy, parangón en la historia de la humanidad.

Las conclusiones a las que arribó Marx, a través de sus estudios, son imperecederas.

Marx, en su vida, relativamente corta (solo vivió 64 años) leyó y estudió todo lo que se había escrito y publicado hasta ese momento en filosofía, economía, sociología, historia y ciencias naturales.

Marx nació en el seno de una acomodada familia de clase media.  Sin embargo vivió toda una vida con precariedad económica, resultado de su elección ante la vida, su dedicación total y absoluta a sus estudios y a la lucha política.  Por su pensamiento, escritos y actividades políticas Marx vivió exilado la mayor parte de su vida.  Sus mayores ingresos provenían de la ayuda de su amigo y colega Friedrich Engels (que si tenía ingresos de los negocios de su rica familia) y de lo que le pagaban varios periódicos por sus escritos (principalmente el New York Daily Tribune, del cual fue Marx corresponsal europeo).  La última década de la vida de Marx estuvo plagada de enfermedades.

La cuestión central de todo la producción intelectual  de Marx trata de la posición que los hombres/mujeres ocupan frente y con relación a los medios de producción.  Trata sobre la desigualdad que esta relación produce.  Sobre el asunto del control de la economía.  Pero Marx no se limitó a describir en detalles como  funciona la economía (en especial la economía capitalista) sino que planteó que es posible transformarla.  Marx planteó que no tiene que ser así, y que necesariamente, este tipo de relación debe cambiar.

La de Marx fue una pluma irreverente, beligerante, radical, bondadosa  e incansable.  Una pluma, sin duda alguna, incondicionalmente al servicio de los mejores valores e intereses de la humanidad.

Hay,  quienes dedican su vida, la mejor o peor parte de esta, a escribir sobre el real o supuesto fracaso de Marx  empeñándose en tapar o reducir la influencia positiva que el marxismo ha tenido sobre muchas de las conquistas de la humanidad.

Los yerros y deficiencias  del marxismo como pensamiento tienen que ver con una especie de determinismo que pregona la necesaria e inminente  llegada del comunismo a nivel mundial, como resultado mecánico y causal de la contradicciones del capitalismo.  Pero, en su momento, el propio Marx,  tuvo dudas (y escribió sobre ello) de que ineludiblemente ocurriera así. 

Quizás vinculado a este determinismo, posteriormente,  la expansión del pensamiento de Marx por todo el mundo,  condujo a todo tipo de interpretaciones y acomodamientos a las condiciones de cada país y el empoderamiento de muchos  líderes que distorsionaron la esencia misma del pensamiento de Marx.

No significa eso que las herramientas del marxismo para el estudio de la economía y la historia han perdido toda  vigencia.  La desigualdad económica está presente en RD y por todo el mundo.  Es tema de debate en todas partes.  Las herramientas del marxismo pueden ayudar a andar por los laberintos de la misma.   

Por cierto, los comunistas dominicanos han sido parte integral e importante en todas y cada una de las luchas del pueblo dominicano por un mejor país, dejando sangre y vida en el camino.  Igual que los comunistas por todo el mundo.  A favor de los comunistas dominicanos, también puede decirse que estos no han estado en el poder y por lo tanto no son culpables de los grandes males que aquejan a la RD actual.  De hecho, algunas de las lacras políticas dominicanas se convirtieron en lacras cuando dejaron de ser comunistas y cuando el PLD renunció al "marxismo"  fue que se convirtió en la corporación mafiosa en la que ha devenido.

El estudio de los males que aquejan a RD y las causas de los mismos, podría beneficiarse con la recuperación de un poco de la esencia del marxismo, que es completamente diferente a lo que  algunos comunistas arrepentidos y  otros  "demócratas" pretenden que es, sea , o haya sido.  A pesar y en contra de lo que  quieren muchos, Marx no es desechable.  Marx es eterno.