Fruto de la veda impuesta por Estados Unidos, Haití y algunas islas del Caribe a los productos del campo afectados por la Mosca del Mediterráneo, nuestros productores se han visto seriamente afectados en lo económico y claman por la atención del gobierno a sus problemas.

En momentos como estos es que una institución como Inespre  debe jugar su rol de protector de los productores y estabilizador de los precios, pero esa institución, convertida en entelequia por un gobierno que no se preocupa por el campo, esta en manos incapaces e insolventes.

En estos días los productores de vegetales de Jarabacoa  destruyeron mas de 200 mil libras de sus productos frente a la sede del Ministerio de Agricultura en la bella ciudad montañosa, en una acción destinada a llamar la atención del gobierno por las perdidas cuantiosas para ellos, estimadas en 6 millones de pesos al mes, pero ridículas para un gobierno cuyo presupuesto es de mas de 650 mil millones de pesos.

La solicitud sensata, ecuánime y justa de los productores, que reclaman al gobierno, responsable de la entrada de la plaga por la incapacidad del Ministerio de Agricultura en invertir en prevención ya que todo su presupuesto se va en pagar al ejercito de parásitos peledeistas que cobra sin trabajar, acciones sencillas para ayudarlos a paliar la situación tales como que sus productos sean adquiridos por los Comedores Económicos, las Fuerzas Armadas, la Procuraduría General de la Republica, la Policía Nacional y el Ministerio de Educación, para que preparen los alimentos que expenden al pueblo y sirven a los guardias, policías, presos y estudiantes.

Esa debiera ser una medida adoptada para uso general, es decir, que siempre se compren los productos de nuestros agricultores para los fines detallados, pero el gobierno, insensible no hace caso a las demandas de los afectados, solo tiene recursos para publicitar unas visitas que hace el presidente Medina, supuestamente  de sorpresa, a pequeños agricultores que no necesitan de grandes inversiones, por eso la inversión mensual del gobierno en el campo no supera los 245 millones de  pesos al mes, y ni siquiera de ahí puede este gobierno indolente e irresponsable sacar unos pesitos para salvar a los agricultores.

Por suerte, dentro de poco tiempo, los campesinos dominicanos tendrán en el gobierno a un presidente que los entiende, que los apoya y que sabe como hacer rentable y suficiente la producción agrícola sin afectar al consumidor, algo que ya hizo Hipólito Mejía en su gestión anterior.