"Un día cualquiera"(Editora Taller,1978, R.D), es el primer libro de cuentos publicado por el doctor Virgilio Díaz Grullón (Fecha de nacimiento: 1ero de mayo de 1924, Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Fallecimiento: 18 de julio de 2001, Santo Domingo, República Dominicana), con la que ganó el Premio Nacional de Cuentos (1958). Se trata de una obra integrada por doce (12) cuentos, caracterizados por un discurso narrativo apegado al devenir propio de la realidad tangible del sujeto, en la brega diaria de la vida.

El discurrir de los hechos, es el soporte expresivo del narrador, quien funciona como sujeto que participa y que domina el acontecer y el ambiente contextual de cada instante propio del cuento. Se trata de un narrador omnisciente, quien funciona como personaje testigo que se involucra en lo relatado, haciendo suyo el panorama de quimeras que se entrecruza en el tiempo y espacio de la narración que le sirve de historia recreada al lector.

En esta obra, el sujeto es asumido a partir de su conducta frente a la existencia. Su reacción es sostenida desde el discurso del narrador, como un soporte que le permite describir su pragmática diaria, desde un simbolismo que envuelve cada detalle del entorno donde actúa. Es el Ser humano en su hacer y en sus reacciones, quien fluye en cada narración en esta obra.

En referencia a esta obra, su autor plantea que "(…) todos los cuentos presentados de "Un día cualquiera" refieren acontecimientos triviales que nos pueden suceder a todos cualquier día (de ahí el nombre del libro)Y se producen en un fluir incesante, sin interrupción ninguna en el tiempo". Sigue diciendo el autor: "Es como si se tratara de una cámara de cine que reproduce fielmente la realidad, pero dotada de un aditamento especial que le permite fotografiar también los pensamientos".-1

No necesariamente debemos estar de acuerdo con los conceptos emitidos por el autor de la obra, porque una cosa es lo que él dice sobre su obra y otra cosa es lo que la obra le dice al lector desde el discurso simbólico de su narrar o desde sus los planteamientos estéticos que han de fluir de su relatar.

En este caso, estoy de acuerdo con la referencialidad asumida por el autor, en tanto que sostener una narración que "fotografiar también los pensamientos" de sus personajes. De ahí el hecho de entregarnos un texto que responde a la planificación de una trama, dentro en una secuencia argumental, donde el narrador, que no siempre es el autor, incursiona en la psiquis de cada uno de sus personajes.

Configurando su así su conducta o forma de actuar, lo que tipifica o diferencia a un sujeto actuante del otro, dentro de lo narrado. No son "acontecimientos triviales", como considera el autor, sino hechos propios de un contexto social que se generan, a partir de un convivir en un aquí y ahora determinado de los sujetos que construyen la historia, desde su vivir.

A eso que él llama "hechos triviales", yo le llamo registros vitales para construir la memoria de nuestra sociedad y que nos permiten, desde la lengua, desde la cultura y desde literatura, conocer, entender y dominar nuestro pasado, nuestra historia, nuestro hoy, para seguir existiendo como nación y como universo, desde una mirada ética global y estéticamente crítica.

Volviendo a las consideraciones del autor de esta obra (Virgilio Díaz Grullón), nos dice que : "La técnica de reproducir los pensamientos en forma directa que se conoce como monólogo interior", fue utilizada por James Joyce (2 de febrero de 1882-3 de enero 1941, y también por Jean Paúl Sartre (21 de junio de 1905-15 de abril de 1980), sobre todo en algunos de sus cuentos de su libro titulado "El Muro" (1939).-2

En este discurso narrativo la referencialidad de los acontecimientos de los personajes actuantes, se precisan en el objetivo del narrador de querer desnudar el espíritu de sus personajes y querer jubilar al lector en una zona insondable, dramática, trágica y llena de quimeras que siempre apuntan hacia los ejes conductuales que permiten desencadenar o desarrollar la urdimbre de los conflictos psicológicos y psicosomáticos del Ser, dejando al lector desentrañar sus reacciones, su existir y que éste, el lector, el que, al final, penetre en su mundo ficcional.

Para algunos estudiosos de nuestra narrativa, esa tendencia de penetrar en la psiquis de los personajes y de configurar su conducta o esa disposición hacia lo psicológico en el discurso narrativo, aparece en nuestro país con la publicación de la obra "Un día cualquiera", sin embargo, es el mismo autor quien nos dice que eso no es cierto, porque "quien escribe los primeros cuentos psicológicos entre nosotros es un autor injustamente olvidado, que es poco conocido probablemente porque publicó muy poco en la República Dominicana. Me refiero a Ángel Rafael Lamarche (27 de noviembre de 1899-16 de mayo 1962), verdadero artífice del cuento, que editó casi toda su obra en el extranjero".-3

Estamos ante una narrativa planeada, coordinada, donde el final sorpresivo de cada uno de sus cuentos, sitúa al lector ante lo inesperado, frente a una historia que no es desarrollada al azar, sino desde un determinado plan argumental, donde cada movimiento de los sujetos- actuantes está programado de antemano, aunque, a veces, esos mismos personajes, pueden tergiversar su correlato espacio-temporal, dentro de lo que se ha trazado presentar en su discurso narrativo, procurando sorprender y atrapar al lector.