Las turbulentas negociaciones entre el gobierno del presidente Barack Obama y los legisladores que se mantuvieron durante toda la semana continuaron el fin de semana bajo auspicios en que prevalece la deuda.
Los mercados financieros podrían reaccionar con nerviosismo ante la posibilidad de que no es posible llegar a ningún acuerdo cuando el gobierno llegue al límite de la deuda el 2 de agosto y que es incapaz de pedir prestado más dinero para financiarla. El gobierno no puede endeudarse más allá de US$14,300,000,000,000, el techo de la deuda actual, un límite al que llegó en mayo de este año. Los republicanos piden recortes en el gasto.
Hasta ahora, los mercados mundiales se han comportado como si fuera inevitable que el Congreso elevaría el techo de la deuda (el monto máximo que el gobierno federal puede pedir prestado) antes de que el Departamento del Tesoro agote su capacidad de pagar todas sus facturas a principios de mes. Sin embargo, la interrupción de las negociaciones el viernes ha sacudido la calma.
En su conferencia de prensa del viernes, el presidente Obama expresó: “Se nos acabó el tiempo y ellos (los rebublicanos de la Cámara) tendrán que explicarme de qué manera vamos a impedir un ‘default’”.
“No es exactamente cierto que este sería nuestro primer incumplimiento, escribió el columnista Nicholas D. Kristof, de The New York Times ayer. “Estuvimos en mora en 1790. De acuerdo con algunas definiciones, mora en las obligaciones de pago en oro en 1933. Y en 1979, Estados Unidos tenía problemas para manejar los pagos a algunos inversionistas individuales en el tiempo (en parte debido a una falla de los equipos de procesamiento de textos) y por lo tanto estuvo en mora técnica”.
Ese breve lapso en 1979 hizo subir el pago de intereses en los Estados Unidos, subraya Terry L. Zivney, profesor de finanzas en la Universidad Ball State, y dice que el default hizo aumentar los costos de endeudamiento del gobierno estadounidense en 0,6 por ciento por tiempo indefinido.
Sin embargo, cualquier interrupción deliberada y sostenida de este año podría tener un impacto mayor. Serían más altas las tasas de interés en las hipotecas, los préstamos para automóviles, préstamos comerciales y tarjetas de crédito.
La incertidumbre está llevando a empresas financieras y otras compañías a almacenar dinero en efectivo. Walter Todd de Greenwood Capital, una firma de administración de riqueza en Greenwood, Carolina del Sur, dijo: "Si nada cambia, si la conclusión del fin de semana es que las conversaciones se han roto, creo que empezaremos a ver reaccionar los activos a eso", dijo Todd. "Me sorprende que se haya llegado a esto. Es muy irresponsable lo que está pasando, por parte de ambas partes".
Y en cuanto a la imagen internacional del país, varios comentarios coinciden en que hará de los Estados Unidos el hazmerreír mundial. “Nuestro ‘poder blando’, nuestra promoción de la democracia en todo el mundo, y nuestra influencia resultarían duramente golpeados”, resume Kristof.