Desde las elecciones de Estados Unidos del pasado mes de noviembre cuando el Presidente Trump anunció que cambiaría las condiciones de las negociaciones que había avanzado el Presidente Obama con Cuba, tenemos a nuestro favor un compás de espera que nos favorece en el muy corto plazo para mejorar y/o ampliar nuestras zonas turísticas, a fin de ganar mayor cantidad de visitantes sin la competencia que significará la apertura de este nuevo mercado.
Aunque las conversaciones se han detenido no será para siempre, por lo que mi preocupación ha sido que dichos acuerdos y eliminación del embargo caminaban muy rápido, comparado a cómo nosotros estamos acostumbrados a tomar decisiones y ejecutar acciones, que somos muy lentos.
En meses pasados se iniciaron vuelos comerciales, abrieron nuevas rutas, entre Nueva York y La Habana, nuevas rutas de cruceros y otros acuerdos que se están gestando. Y aunque ahora estén detenidos, por nuestra parte no vemos a nuestro país tomar acción para protegerse de la pérdida de mercado norteamericano y europeo en turismo que esta apertura significará, y en el sector industrial. Porque así como está comenzando con el turismo, de igual manera será con el sector de zonas francas, industrial, agropecuario, etc., etc.
En lo que he podido investigar, y que coincide con expertos en la materia, es que en turismo requerimos de ampliar nuestra oferta. Además del turismo de playa, que ellos pueden hacerlo igual, pienso que con nuestras carreteras podemos aprovechar para traer esos turistas a la capital, a la zona colonial, que aunque ellos la tienen también, nosotros contamos con una historia sumamente interesante y aprovechamos que ya tenemos esas infraestructuras. También podemos ofrecer nuestras montañas con climas extraordinarios. Pero para esto debemos hacer algunos cambios.
En el Parque Nacional Cotubanamá ( Parque Nacional del Este ) y Bahía de Las Aguilas, pueden encontrarse las ventajas comparativas que marquen la diferencia de nuestro turismo. Principalmente en el Parque Cotubanamá
que posee aeropuertos y buenas carreteras cercanos, de fácil acceso. En estos lugares, además de playas extraordinarias, tenemos algunos bosques, lugares de observación de especies, una fauna y una flora que podrían ser de estudio, cuevas con pictografías y enterramientos indígenas. Sin embargo, nadie sabe lo que existe dentro de estos parques, y pueden ser lugares de gran interés para estudios científicos o sólo para observación y obtención de cultura. Hasta ahora es el mejor secreto guardado.
En el interior de esta área que la rodea el Mar Caribe, se encuentran maravillosas cuevas con amplias salas en su interior, con estalactitas y estalagmitas, manantiales de agua dulce, y lo más atractivo son los asentamientos indígenas que muestran la cultura de los aborígenes que
vivieron en esa zona. Guardan aspectos de nuestra cultura aborigen que debemos mostrar al mundo, que vengan a observar y a estudiar. Es un tesoro que no es para dejarlo escondido.
Proponemos el aprovechamiento de estos recursos. Constituir el Parque en un socio estratégico que provea conocimientos a través del estudio de esta cultura, y a la vez beneficios al Estado. Dar a conocer al mundo nuestras riquezas indígenas.
Proponemos la construcción de una carretera que bordee la costa, construcción de senderos peatonales para visitar estas cuevas, observadores donde se puedan hacer estudios científicos de aves, reptiles y otros animales endémicos.
Hemos propuesto que se conforme un Patronato integrado por Medio Ambiente, Turismo, Sector Privado ( propietarios ) y los Municipios de Bayahibe y Boca de Yuma, al cual se le podría añadir la figura del fideicomiso para facilitar el aspecto financiero del inicio. Que este Patronato tenga el co-manejo del Parque, y que sea el responsable del diseño de un plan de ordenamiento territorial que permita el desarrollo de las costas para fines turísticos, y a la vez creando un programa de conservación y restauración de flora, fauna y arrecifes, así como políticas definidas para las visitas a los sitios de interés histórico-cultural que nos ayudarán a conocer aspectos de la organización social y del sistema religioso de la sociedad donde vivieron nuestros ancestros.
Este Patronato, o el fiduciario, puede administrar una parte de los recursos provenientes de la plusvalía que tendrán los terrenos con costas y playas que se liberen para el desarrollo turístico, con los cuales se harían las inversiones propuestas para mejorar el Parque y se le pagaría a los propietarios cuyos terrenos no puedan ser liberados, a fin de eliminar ese pasivo económico y social que tiene el Estado. En adición a estas inversiones en infraestructura, el sector privado a través de este Patronato, se ocuparía de la protección, la mejoría y restauración de las áreas vulnerables del Parque. Así como la creación de escuelas vocacionales para la enseñanza de idiomas, guías turísticos y oficios técnicos para los pobladores de estas localidades. A fin de proveerlos de una profesión que les permita insertarse en estos hoteles y nuevos centros de trabajo rápidamente con un empleo formal y digno.
Estas propuestas están ajustadas y establecidas en el capítulo III de la Ley No. 64-00. No hemos propuesto nada extraño ni fuera de lo que la propia Ley permite. Lo que no se ha cumplido de la ley es el pago de dichas parcelas. Y en adición aportaría al país un porcentaje importante para alcanzar la meta de 10 millones de turistas al año, con un turismo de calidad. Aprovechemos que tenemos una especie de España Boba, un compás de espera en las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba que nos favorece, pero debemos hacer lo necesario para no perder ese turismo que beneficia al país entero.