Es de extremada importancia fundamentar los aprestos unitarios en la elaboración de un programa de coincidencias, para marchar unidos, que cubra una parte de la revolución democrática burguesa. Punto neurálgico para los revolucionarios y comunistas dominicanos. Sería la guía de acción que permitiría llegar a todos los sectores de la sociedad.
Existen dos tendencias muy bien marcadas en el campo revolucionario: utilizar la vía electoral para avanzar, acumular fuerza y espacio, y competir con las fuerzas que se alternan el poder, y los que rechazan las elecciones, prefieren un movimiento de masas que lo derrumbe todo. Dos posiciones políticas opuestas que dividen y debilitan al sector progresista y de izquierda.
Somos partidarios de la vía electoral, como instrumento coyuntural, para avanzar por el camino de la revolución; porque las condiciones objetivas del momento lo permite. Y el nivel de conciencia y organización de la población no ha madurado lo suficiente para derribarlo todo.
No estamos en una situación revolucionaria para barrerlo todo. Sería lo ideal, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Por ese camino, vamos por vía contraria. Tenemos un largo tiempo transitado al revés, aislándonos de la población y dejándole la cancha abierta a los equipos contrarios.
La vía para materializar el programa de coincidencias hay que definirla con claridad meridiana para evitar confundir, por el momento, el camino. En el capitalismo, sin alterar sus estructuras, la senda es el proceso electoral. Actividad sujeta a las regulaciones constitucionales e institucional.
En esta etapa se debe caminar en tres direcciones que profundice el proceso democrático en tránsito: en lo político, económico y social. Que revolucione el ordenamiento jurídico del Estado, adecuándolo a los nuevos tiempos; cambiar la orientación y el funcionamiento de las políticas públicas que replantee las áreas financieras, administrativas, sociales y su estructura económica.
El carácter del programa no debe ser revolucionario y anti imperialista; aunque muchas de sus medidas transformen su accionar y sus instituciones. Acondicionar el terreno para que fluyan ideas y las prácticas progresistas, para adecentar una sociedad que va a la deriva.
Hay que caminar unidos con el programa de coincidencias coherentes a la etapa que se transita, sin inventos. La creación de un protocolo, consensuado, es conveniente para evitar las distorsiones y violaciones a los acuerdos arribados.
Vamos detrás del mismo objetivo estratégico. El camino tiene dos vía. Si usted quiere transitar por vía contraria, es su problema, sabes que no se avanza por ahí. Por el contrario, si recorre la vía correcta podemos avanzar, sin detenernos por pendejadas, hacia el destino final: la revolución.