Hace unas semanas el comentarista de televisión Jimmy Kimmel comparó a Republica Dominicana con Siria advirtiendo de los peligros que representa visitar nuestro país.
Todo eso porque en unos pocos días dos parejas de norteamericanos murieron, uno por razones de salud y otro por causa aún desconocidas. Pero el mayor despliegue lo tuvo una turista de Estados Unidos que fue golpeada en la cara cuando salió de su habitación y su foto con el rostro maltrecho recorrió medio mundo.
Y diga lo que se diga estos son casos muy aislados, porque este país recibe casi 7 millones de turistas al año, de los cuales la mitad procede de Norteamérica. Para una población de extranjeros de esa magnitud realmente son pocos los accidentes en que mueren turistas por causa de la delincuencia.
Quizás algunos robos o asaltos prevalecen en algunas zonas turísticas que deberían ser mejor protegidas.
Pero el señor Kimmel, con tan osado comentario, no debería escupir para arriba porque en su país hay 10 veces más inseguridad que en Republica Dominicana. También México nos supera porque en Cancún o Playa del Carmen son frecuentes los tiroteos masivos donde mueren muchas personas.
La ventaja la tiene Cuba, donde si un periodista habla de algún incidente a un turista extranjero nunca mas ve la luz del sol.
Veamos algunos datos respecto a las muertes masivas en Estados Unidos. Desde el 2014 a la fecha han sido asesinadas por tiroteos masivos 2,150 personas. Esto no incluye asesinatos aislados por razones personales, venganza o droga. Hablamos solo de terrorismo doméstico.
Solo en el 2019 se han producido 250 ataques múltiples con armas de fuego con más de mil víctimas de la cuales 250 fueron mortales.
El terror es una constante en todos los lugares frecuentados por los ciudadanos norteamericanos. Recuerdo que estando en Dadeland Mall, en una de mis visitas a Miami hace varios años, se oyó un tiro que después resulto ser un descuido de un guardia de seguridad. Ese tiro vacío el Mall y más de 3,500 personas huyeron despavoridos hacia los parqueos y las calles aledañas. Yo incluido sin saber que pasaba.
Hay restaurantes llenos de gente donde si usted tira un cohete chino el pánico puede fácilmente matar a varias personas porque con el terror que dominica a los ciudadanos, aplastarían a decenas de personas mientras tratan de huir del lugar.
Es una sicosis, un trauma permanente, una inseguridad nunca vista, en un país que se da el lujo de prohibirle a sus ciudadanos que visiten otros países por el solo hecho de ver a unos de sus ciudadanos golpeado o asesinado por la delincuencia.
Es probable que muchos norteamericanos se sientan más seguro en Siria o Corea del Norte que en su propio país porque la gente le teme a Estados Unidos cuando de sus ciudadanos se trata.
Fíjense que la mayoría de los ataques masivos con armas de grueso calibre son ejecutados por blancos, que dejan mensajes de odio con un claro contenido racista.
Quizás Mr. Kimmel sea una de esas personas racista, que nos vio como una islita de mierda llena de analfabetos e indigentes, que solo comen bananos y coco de agua y duermen todo el día en una hamaca.
En vez de hacer críticas a un país que no conoce debería invitar a su programa a psicólogos, terapeutas y quizás algunos brujos de Haití, Brasil o del Sur de nuestro país para que le busquen una explicación a ese terror que domina a las familias norteamericanas y que las mantienen en contante zozobra.
Aquí nada de eso existe. Los turistas se sienten más seguro que en su propio país porque no tenemos antecedentes de un maldito loco disparando a mansalva contra una multitud en una playa o lugar público.
A los dominicanos residentes en Estados Unidos hay que advertirle que eviten asistir a lugares donde haya acumulación de gente, especialmente conciertos al aire libre, eventos deportivos, o ferias de cualquier naturaleza.