Franklin Báez Brugal ha escrito lo que pudiera ser su último y mejor artículo de entre una enorme cantidad de muy buenos que ha publicado a lo largo de 35 años de contacto con los medios. Su columna esta semana en la revista La Lupa, es una radiografía descarnada de la realidad dominicana y un documento básico de reflexión sobre los problemas que aquejan a la sociedad.
Desde su perspectiva de empresario, de mucho éxito valga la salvedad, Báez Brugal hace en ese magnífico texto, un análisis de la descomposición por la que atravesamos como país. Reconoce el avance material que se observa en gran parte de la geografía nacional, con la puesta en funcionamiento de modernas infraestructuras, pero advierte que en el plano moral la nación se ha envilecido”. La corrupción, dice,” ha hecho metástasis en la sociedad infectando todos sus órganos” y pone de ejemplo “cómo políticos y empresarios se asocian en un entramado de complicidades, que no tiene otra finalidad que el enriquecimiento fácil a costa de los recursos de todos que maneja el Estado”.
Así en un párrafo, con pocas palabras, Báez Brugal condensa el sentimiento de una parte importante del empresario, que no ha sido capaz de plantearlo con la claridad y contundencia con que él lo ha logrado, y por supuesto también de un gran número de ciudadanos, poniendo su dedo en la llaga de la peor herida nacional, que es la corrupción y la terrible impunidad que la procrea y alimenta. Su decisión de no volver a escribir, con lo que finaliza su artículo, dejando sin embargo abierta una posibilidad de volver a hacerlo, es el fruto de la frustración que muchos a veces sentimos cuando vemos cómo el país pierde una y otra vez la oportunidad de hacerse vigoroso, construyendo no torres sino instituciones democráticas. Un artículo de obligatoria lectura y que las organizaciones empresariales debieran hacer suyo por el aporte que significa para el debate nacional.