Antes del 15 dos reflexiones: Respeto a la ley y Participar
Respeto a la ley.-
Estamos en República Dominicana, un país en donde no existe una sola persona que pueda señalarse como referente social, no tenemos a nadie que goce de la confianza mayoritaria nuestra. Todo lo contrario, el pueblo dominicano desconfía, con razón, de todas y de todos.
Bajo esa realidad de desconfianza lo único sensato es someterse a la ley en todos los sentidos, porque de lo contrario, la sombra del ejercicio ilegítimo de la autoridad nos cubrirá y hará más difícil encontrar la salida.
La ley electoral 275/97 vigente actualmente, dice en su artículo 127:
“…Luego, el secretario desdoblará la boleta leyendo en alta voz la denominación de la agrupación o partido a que corresponda la boleta y pasando ésta al presidente, quien la examinará y exhibirá a los demás miembros y delegados presentes.”
Si antes de transmitir los datos electrónicamente los delegados no han tenido la oportunidad de ver y anotar el resultado de cada boleta, nadie va a creer lo que diga el escaner, porque a ese aparato le puso la mano algún dominicano que para colmo debe ser empleado de Roberto Rosario.
Es oportuno señalar que los partidos de oposición no se han opuesto al conteo electrónico, se oponen a una parte de la resolución 64/2016 del 17 de abril de 2016 que no contempla el conteo electrónico como adicional a las formalidades vigentes en la ley 275/97.
Participar.-
En la provincia de Santo Domingo tenemos el mayor ingreso per cápita y los mayores niveles de escolaridad de todo el país. Al mismo tiempo es la provincia con mayores niveles de abstención electoral. El 60% de los hombres y las mujeres en capacidad de ejercer el voto, no votan. Contrariamente las poblaciones de menores ingresos y de menor escolaridad, las poblaciones de ese Sur olvidado, son las que menores índices de abstención muestran. No hay que ser mago para saber que el 60% de los votantes de la provincia de Santo Domingo que no votan, son en su mayoría los de mayor ingreso y mayor escolaridad.
El Congreso que termina el próximo 16 de agosto todavía cuenta con Minou Tavarez Mirabal y con Guadalupe Valdez y todo aquel que ve la política como servicio sabe que no es lo mismo un Congreso que cuente con estas dos damas a un Congreso sin ellas. Tenemos que garantizar que esa sea la calidad de nuestros Congresistas. Hombres y mujeres patriotas, comprometidos con el bien común y sirviendo a esta patria como ella merece ser servida. No debemos permitir menos.
Actualmente contamos con buenos candidatos al Congreso. En el Distrito Nacional la oferta de la APD y la Coalición Minou 2016, tiene a Carlos De Peña como Senador; Sergia Galván, Miguel Alejandro Martínez y Tomiko Castro como diputados y diputadas de la 1ra Circunscripción y Martha Rivera Garrido como diputada de la 2da Circunscripción para solo mencionar cuatro ejemplos de buenos dominicanos y dominicanas. No debemos abstenernos, tenemos que participar y, al hacerlo, votar por los mejores.
De manera que este próximo 15 de mayo, por lo menos en la provincia de Santo Domingo, aquel que se quede sin votar, aquel que no participe, que luego no se queje, porque ya sabe que una minoría estará decidiendo por él.
Después del 15, dos reflexiones: Construcción del Futuro y Cultura de Paz
Construcción de Futuro.-
Cualquiera que sea el resultado de las elecciones del próximo 15 de mayo, lo que se impone luego de esas elecciones es trabajar en fortalecer una plataforma que le permita al pueblo dominicano avanzar en la construcción de ese futuro de vida digna al que tiene derecho precisamente porque lo sueña.
Esa lucha tiene que ser democrática, de amplia participación, incluyente y que privilegie el bien común sobre los intereses particulares.
El futuro se construye paso a paso en el presente: Claridad en el objetivo, decisiones diarias que nos acerquen a ese objetivo y revisión periódica para corregir el rumbo. Todos los dominicanos y las dominicanas debemos tomar en serio este reto porque tenemos una economía que crece y la pobreza no disminuye; porque socialmente sufrimos carencias en áreas básicas como educación, salud, vivienda, institucionalidad, transporte, energía y seguridad ciudadana; porque la política ha dejado de ser para servir y ha pasado a ser un negocio que permite el lucro de personas que nunca debieron tener poder político; porque ecológicamente estamos a las puertas del cambio climático y sus consecuencias tienen que ser enfrentadas con mucha responsabilidad.
Ese futuro que hemos dibujado es de crisis. Tiene salida, pero se necesita de hombres y mujeres dispuestos a servir, con mucha responsabilidad; necesitaremos dominicanos y dominicanas que decidan colocar el bien común por encima de sus intereses particulares. Por eso es necesario fortalecer la plataforma que desde la política, con herramientas democráticas y con la participación de todas y todos los patriotas, le permita a nuestro pueblo avanzar en la construcción de ese futuro de vida digna.
Cultura de Paz.-
La sociedad dominicana está llena de violencia. Esa violencia es consecuencia, en gran medida, de la crisis generalizada que hemos descrito anteriormente. La mujer y el hombre dominicanos están siendo violentados por sus condiciones materiales de existencia y esa violencia se expresa en todos los aspectos del quehacer social nuestro.
Paralelamente con el trabajo político que haremos, es necesario que promovamos en todos los ámbitos una cultura de paz que ayude a sanar y a fortalecer el deshilachado tejido social que aún nos mantiene débilmente unidos.
Esa cultura de paz se promueve con el trabajo comunitario y voluntario, vale decir, no remunerado; mucho mejor mientras más alejado de nuestra zona de confort lo realicemos. Yo, Mario, trabajando 3 o 4 horas a la semana como voluntario, con José, miembro de una comunidad muy alejada a mi zona de confort, hace que en el corto tiempo yo sea testigo del milagro de descubrir mi sueño en su sueño. Y ya nada es igual. Eso, y mantener en todo momento una actitud que sea el reflejo de decir: Dominicana, dominicano, aquí estoy ante ti vulnerable. Cuídame, que yo tampoco te haré daño.
De manera que ya saben, respeto a la ley, participar, construcción de futuro y cultura de paz. Cuatro líneas de acción para el presente y el futuro inmediato.