El reciente crecimiento en los casos de enfermos con virus, tanto en nuestro país como en Norteamérica, Europa y ahora también Haití, harán menos viables las expectativas positivas que teníamos los dominicanos para el 2021, el primer año completo en el gobierno de Luis Abinader.
Y es que nuestro comportamiento económico y financiero dependerá de la reducción en la pandemia. Como es probable que la vacuna Astra Zeneca-Oxford tan solo nos llegue en marzo, vacuna que fue negociada primero por el gobierno de Medina con la OMS y luego por el de Abinader y terminaremos de vacunar una cantidad suficiente de adultos como para lograr el “efecto rebaño” en junio, eso significa que el primer semestre será muy difícil. Israel ya ha vacunado al 10 por ciento de sus adultos por lo que recomiendo seguir sus estadísticas sobre la relación “vacunados/enfermos” para ver cómo nos podría ir. Es el país que más adelantado está. Así sabremos por cuánto tiempo tendremos que estar aislados. Eso, a su vez, se reflejará en nuestra economía. Ni nuevas medidas adoptadas por el gobierno de Biden, ni importantes nuevos flujos turísticos, podrán impactar mucho en ese primer semestre.
El déficit presupuestario y el consecuente endeudamiento serán, pues, mayores que el ya anunciado, así como los programas de asistencia a los desempleados.
Durante estos primeros meses se escogerán nuevos jueces constitucionales y se seguirán creando y fortaleciendo los expedientes de corrupción. Ya lo dijo Balaguer, si el pan es escaso al pueblo hay que darle circo. Pero también hay que continuar mejorando la nómina pública, con menos botellas, así como obras más transparentes.
Pero no está claro si el gobierno, durante un primer semestre tan difícil podrá ejecutar las tan necesarias reformas eléctricas y tributarias, o dejar eso para la post-pandemia. ¿Se licitará el arrendamiento de las tres EDES? ¿Interesará a nuestro sector privado dominicano meterse a algo tan impopular como cobrar la luz en los barrios? ¿Cuándo tendremos estados financieros auditados de las EDES como para ofrecerlas en venta al sector privado como hizo Leonel Fernández durante su primer gobierno? Las Catalinas fueron administradas durante el último gobierno de Medina por un técnico local y bajo Abinader por otro técnico local. ¿Cuándo se tomará la decisión de vender una parte mayoritaria o minoritaria de sus acciones? ¿Buscará el gobierno de Biden una solución a la deuda externa de los emergentes con unos bonos como los Brady de 1985 cuando la década perdida latinoamericana, o emitiendo el Fondo Monetario nuevos derechos especiales de giro, los DEGS?
Como en el 2020 no pudimos cumplir con la meta de inflación del 4 por ciento pues llegó al 5 por ciento y la devaluación fue mayor que lo acostumbrado, por razones que escaparon del control del gobierno, ¿pensará este auspiciar aumentos salariales?
Dada la difícil coyuntura local e internacional no dejemos esta noche de ponerles tres cigarrillos a los Santos Reyes y yerba a sus camellos. ¿Y por qué no, dejarle también media botella de ron a la Vieja Belén?