En el día de mañana, 16 de Julio, se cumple el primer año de iniciada la publicación de esta columna “Vivencias” en el periódico digital Acento.com.do

La elección del día fue casual y para mí ha tenido especial relevancia porque cada año debía recordar un episodio poco agradable de mi vida acaecido un 16 de julio.

Un día como este, estando de misión en una comunidad de Hato Mayor, una señora que aparentemente no gozaba de la plenitud de sus facultades mentales, me echó de su casa a punta de escopeta porque no supe responderle que ese día se celebraba la Virgen del Carmen.

Desde aquel día, cada 16 de julio, sonrío al recordar la escena en la que entiendo nací de nuevo.

Muchos años después otro hecho ocurría un 16 de julio que marcó el camino  hacia la superación de aquella escena y fue el inicio de esta columna en Acento.com.do

Desde hacía mucho acariciaba el sueño de escribir para algún periódico. Por razones que desconozco nunca me fue otorgada la oportunidad.

Un día me atreví a escribir un correo al director Fausto Rosario Adames. En él le comunicaba mi deseo de escribir para este prestigioso medio y le anexé dos artículos. En menos de una hora recibí la respuesta del Señor Rosario Adames en un correo que aún conservo y que les copio textual:

“Hola Rafael: nos parecen interesantes tus artículos, con chispa, gracia  y bien escritos. Nos interesa tu oferta. Envíanos una foto tuya que podamos utilizar, ponle un nombre a tu columna, sería una vez a la semana, envíanos un trabajo que podamos publicar”.

A partir de ese día inicia la exposición pública de mis ideas y reflexiones acerca de la sociedad, la política, el modelo económico, nuestras costumbres y cultura y por eso hoy celebro y agradezco. En primer lugar a Dios quien nos faculta con las capacidades para poder hacer estas cosas.

Al periódico digital Acento.com.do en la persona de su director. No solo por abrirme las puertas, sino porque nunca he tenido objeción a la libre expresión de mis ideas. He podido  escribir sin miedo y creo que en este medio se ejerce el periodismo más libre y democrático que haya podido ver.

Puedo atestiguar con mis palabras que nunca he recibido censura alguna y dudo suceda con las demás personas que colaboran en este medio.

Soy consciente de la responsabilidad que se cierne sobre las personas que de una manera u otro hacemos opinión pública. Al escribir estamos transmitiendo no solo una serie de ideas y conceptos, sino nuestra opinión y reflexión sobre algún hecho y damos a conocer públicamente nuestra manera de pensar. He procurado, en la medida de lo posible, escribir sobre los cimientos movedizos en que descansan los valores de esta sociedad y que nos han llevado a una clara distorsión de lo que somos y hemos sido como pueblo.

Agradecer a tantas personas que se han interesado en leer esta columna y que también han tomado la molestia de emitir alguna opinión en el mismo. Agradezco sinceramente su deferencia para con estos escritos que han intentado ir dibujando la vida sobre lienzos de esperanza asidos a la honestidad, la independencia de criterio y la ética como norma.

Si un 16 de julio casi se desgracia mi vida, un 16 de julio la transformó por completo y gracias a ese renacer he tenido la dicha de llegar a lo más importante de esta columna: Ustedes,  lectores y lectoras.

Gracias por honrarme cada lunes…