Este año, el Banco Mundial circuló un informe titulado “Cuando la prosperidad no es compartida: Los Vínculos Débiles entre el Crecimiento y la Equidad en la República Dominicana” cuyo aporte principal fue una medición de la movilidad social del país (salir de la pobreza, pasar a vulnerable o a la clase media), durante la década del 2000, comparado con lo que había ocurrido en América Latina.

Utilizando una escala de ingresos para la estratificación social que no es comparable con la línea oficial de pobreza de RD, el Banco Mundial estableció tres grupos sociales: los pobres, la población vulnerable y la clase media.

Determinó que entre el año 2000 y 2011 solamente el 1.8% de la población se habían avanzado hacia un estrato superior de ingresos. Esto es, solamente 172 mil de los 9.6 millones de dominicanos, habían podido mejorar su posición en una década. De estos 172 mil, unos 105 mil habían salido de la pobreza en 12 años (8.7 mil anualmente) y 67 mil había engrosado la clase media (a un ritmo 5.6 mil personas anualmente). En América Latina, con la mitad del crecimiento económico de RD había logado que el 41.4% de su población avanzara de pobres a vulnerables y clase media (23.2%) o de vulnerables avanzara a clase media (18.2%). Es decir, en América Latina con la mitad de dinamismo dominicano económico había logrado que la proporción de la población que avanzó socialmente fuera 23 veces más que en RD.

El 79% de la población dominicana se había quedado en mismo lugar durante la década, unos 7.6 millones de personas mientras que en América Latina solamente el 57.1% no se había movido.

Finalmente en RD, el 19% de la población, 1.8 millones de personas había retrocedido socialmente, cerca de un millón de personas habían pasado a la pobreza entre 2000 y 2011 mientras que 852 mil habían descendido de la clase media. Sin embargo, en América Latina solamente había retrocedidos 1.5% de la población. En RD la proporción de la población que retrocedió fue 13 veces más que en América Latina.

Estas cifras son indignantes. Reflejan un evidente fracaso del modelo económico y del liderazgo político y empresarial nacional que a pesar de los recursos que ha manejado durante 12 años no haya sido capaz de beneficiar mínimamente a la  población. La pregunta que cabe es:   ¿Quién se apropió de esa riqueza?  ¿Se la apropió el sistema político?