Hace un cuarto de siglo, en El Siglo: “El  director de un periódico y un dirigente sindical llamaron la atención al gobierno sobre la  tendencia  a la  formación de monopolios  que existe en la economía dominicana.   La observación  tuvo lugar en el Palacio de Gobierno, dentro de las discusiones  sobre el Pacto de Solidaridad.  El Presidente  la acogió y se incorporó en el Pacto una provisión para introducir leyes antimonopolio. Los tres se sintieron felices de coordinar este jaque mate a esta  falla que ocurre  supuestamente en el funcionamiento natural de los mercados.

A pesar de que el salón donde se produjo el evento estaba lleno de empresarios, ninguno se levantó a defender esta crítica tan manida de que los mercados libres y competitivos tienden de manera natural  a la formación de monopolios,  con su consiguiente  secuela de altos precios y explotación del consumidor.  Un discurso como el que sigue pudo haber esclarecido la paternidad de este engendro  y evitado la incorporación de esa cláusula en el Pacto.

"Señor Presidente, hay un cúmulo de ironía en esta acusación que es importante desmontar con una revisión de las actuaciones públicas de estos coacusadores al sistema de libre empresa. Creo que todos los aquí presentes recuerdan que hace varios años los dominicanos nos referíamos  a la prensa escrita con un nombre genérico, "El Caribe". Pasaba con ese matutino algo parecido a lo que ocurría con otros productos de posición dominante en un mercado.     "Un  mejoral"  identificaba   a  la  mayoría  de  los calmantes y "una presidente" a las cervezas, una bebida que en el pasado se solía tomar la mayor parte de las veces bien fría. Hoy, sin embargo, contamos con unos 10 periódicos, cientos de marcas  de  calmantes  y  4 ó 5 opciones  adicionales  en  las cervezas.  La competencia aquí ha funcionado y erosionado la posición cimera que tenían esos productos mencionados.                       -~

anuncios"El Caribe", cuyo director hoy ha elevado su voz contra los monopolios, vio crecer a pasos agigantados a sus competidores y nos luce que se quedó rezagado frente al progreso tecnológico y mercadológico de otros medios,   Por ejemplo, "El Caribe", a diferencia de otros medios, no ha incorporado profusamente el color, ni ha sido tan  activo en atraer diferentes públicos tales como jóvenes, profesionales especializados y amas de casa.  "El Caribe", pues, a pesar de que sigue siendo un excelente  medio de opinión pública, hace tiempo que perdió primacía en la prensa  escrita y ha crecido menos que otros en la suscripción y venta de anuncios.   No creemos que esto se deba a un complot o conspiración del resto de la prensa escrita actuando como un cártel. Tampoco creemos que esta sea la motivación de su crítica a la tendencia monopolista que él percibe en el empresariado.

Con respecto al Sr. Santos, señor Presidente, hay que destacar que él es un dirigente gremial que sabe mejor que cualquiera de los empresarios presentes  lo que es disfrutar  de una posición monopólica. El fue por varios años el dirigente de un gremio que monopolizaba   la  actividad   sindical  entre  los  maestros   de escuelas  públicas:  la  Asociación  Dominicana  de  Profesores, ADP.  Gracias a ese poder, la ADP ha venido paralizando  año tras año todas las escuelas públicas  del país en huelgas  que duran  varias semanas. Los profesores y las comunidades que desaprueban  las huelgas y prefieren otros métodos de protesta que no perjudiquen la educación de los alumnos, no han podido hacer nada ante esta poderosa y monopólica asociación.

huelga2Y  el  apetito   del  señor Santos   por  sindicatos   fuertes y monopolistas no es exclusivo de este líder sindical.  En la forma como se bautizan  "unica", "general",  "mayoritaria", y en sus actuaciones   los gremios  han demostrado  ser monopolistas por excelencia. Por ejemplo, hoy los sindicatos  de transportistas controlan en base a extorsión y coacción el transporte de carga en el  país.    Nadie  puede  con  un  camión  particular   sacar  su mercancía de los puertos del país, o transportar mercancías de ciertas regiones del país. También hoy en la entrada del nuevo aeropuerto  que construye su administración, señor Presidente, encontramos dos casetas para colectar impuestos: una es la de Rentas Intemas, que colecta los impuestos por el uso del parqueo; la otra es la del llamado  "Sindicato Popular  de Choferes del Aeropuerto", ésta simboliza el cobro de un impuesto directo al viajero que toma la forma de los altos precios que tienen estos que pagar del aeropuerto a sus lugares de destino.

Es obvio que los viajeros se beneficiarían con un mercado mas competitivo  en el transporte  de pasajeros. Los precios  serían menores y sería factible hasta  la  inclusión  de  vehículos  de transporte  masivo: guaguas,  minibuses, etc., algo que ademas permitiría ahorro de combustible al país.  Pero sobre esto yo no he oído ninguna  crítica de un  líder  sindical, aquí  sale por la culata la frase preferida que usa uno de estos sindicalistas  en una columna periodística, "una cosa es con guitarra y otra es con violin".

Pero ahora  hablemos un poco del gobierno,  que  con tanta diligencia acaba de dar su visto bueno a la acusación implícita de monopolistas  a la clase empresarial.  Su Excelencia, usted acaba de decir que la Constitución prohíbe los monopolios, pero no a todos los monopolios. En efecto, nuestra Carta Magna sólo los permite en el caso de que sean a favor del gobierno.  ¡Y vaya que  el  gobierno  ha hecho  uso  de  este  privilegio!  La CDE monopoliza la generación otros2y distribución de energía eléctrica y su sindicato SITRACODE,  otro gremio con vocación monopolista,  ha estado al lado del gobierno en evitar la competencia  a este  monopolio  público,  donde  ya apagones superiores  a  las  15  horas   son  "de  rutina".   El  gobierno monopoliza la fabricación de botellas de vidrio, a pesar de que no puede suplir la demanda local y los incontables directores-recuperadores de las empresas estatales han recurrido hasta visiones apocalípticas para impedir la instalación de empresas privadas en ese renglón manufacturero.
Tendríamos  que  pasarnos  el resto del día para  hablar  del lnstituto  Dominicano  de Seguros  Sociales y su proyecto de crear un monopolio en la provisión de servicios médicos a la fuerza laboral; del Banco Agrícola  y su monopolio sobre los depósitos que generan los contratos de alquileres; del fallido intento de la San  Rafael  en monopolizar  ramas  lucrativas  del negocio  de seguro; de la Refinería y su monopolio de la importación  de combustibles;  de  INESPRE  y  su  nefasta  experiencia  como  monopolio de 100 cabezas sobre la producción, distribución  e  importación    de  rubros   agrícolas   y,  hasta   de  la Lotería Nacional la única que puede  de manera legal organizar  este, tipo  de juegos de azar.  Pero  creo  que  mi  punto  es  evidente,   el gobierno tiene vocación monopólica y,  peor   todavía,   es   el principal   culpable  cuando  estos  ocurren  en  el sector privado.

Con esto no quiero decir, Señor Presidente, que el empresario sea un devoto de la competencia. No, de ninguna manera. Siempre ha existido en la tendencia a excluir a posibles competidores y fijar precios a través de acuerdo o cárteles. Pero esto es casi imposible lograrlo cuando cualquier competidor puede incorporarse al negocio. Y la tentación de entrar a competir en un negocio siempre es muy grande cuando las rentas o beneficios que se obtienen debido a acuerdo entre productores son excesivamente altas.

También  los productores   que participan  en acuerdos  de precio y  producción   tienen  grandes   incentivos   a violarlos,  en especial para aquellos  cuyo potencial   de producción  está muy  por debajo de  las cuotas  que  se asignen   en  los acuerdos.     La tentación   a producir  por encima  de las cuotas y vender  en otros mercados  es enorme.   Note  que  esa ha sido precisamente una de las críticas de Irak contra los otros miembros de la OPEP, y lo que en  parte ha provocado la situación en el Medio Oriente.

uber3Cuando los empresarios se cansaron de fracasar en sus intentos de monopolizar   o cártelizar   un sector,  lo que hicieron  fue recurrir al   gobierno.    ¿Para  que?    Para   cabildear     la   imposición de barreras   legales  a  la  competencia    en  la  forma de prohibiciones, cuotas,   derechos   exclusivos, aranceles,   tarifas, precios   topes, licencias  profesionales   y  mil formas mas.  El  monopolio   y   los cárteles son,  pues,  un engendro  de estas  barreras legales y  no se explican  por un supuesto mal  funcionamiento    o  falla de  los mercados   libres.

Las leyes antimonopolio, por lo tanto, son también una ironía. En los Estados Unidos, que lleva ya 100 años con este engendro intervencionista,  la  experiencia    acumulada    sugiere   que deberían   ser  repelidas   totalmente.   No han  contribuido   al bienestar  del  consumidor,   todo  lo contrario, y además  han mantenido  en zozobra la actividad  empresarial.  Como se me agota el tiempo,  señor Presidente, basta indicar que con una ley similar  tendríamos   a  la  mayoría  de  los  empresarios   en  la cárcel, ya que se puede  someter a una empresa  no importa el nivel de precio en que opere.  Si es muy alto, se le acusa de fijar precios monopólicos; si es bajo, se le acusa de querer desplazar a los competidores; y si es igual al de los competidores, se le lleva a la corte porque  hay  fijación de  precios  por  colusión.  En conclusión,    en   el  Pacto   no  se  debe  incluir que  habrán leyes antimonopolio;  lo   que   sí debe   estar es   que el   gobierno se compromete en un 100% a mantener la competencia en todas las áreas de la economía, incluyendo aquellas que hoy él mismo monopoliza con resultados tan pobres para la sociedad. Muchas gracias.”

Ver artículo original como se recoge en libro Hablan los Empresarios, que recopila artículos de la página que edité para el Periódico El Siglo, cortesía de Don Bienvenido Alvarez Vega a la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios, ANJE.  En este enlace está el libro completo Hablan Los Empresarios