Desde luego no serían los Estados Unidos, con lo complicado que es la política y las elecciones con tantos miles de delgados, con ciudadanos de todas la etnias, blancos, medio blancos, africanos, latinoamericanos, italianos, chinos, indiosde allí y de la India… y de mil sitios más, que cada uno vive, come y piensa diferente, y hasta contario, con los líos racistas que se arman a a cada rato entre policías de gatillo alegre y los detenidos cuando son negros, con tantos  tipos  que un día se les va chaveta, agarran un fusil y entran en una escuela o se encaraman a una torre y ratátátátátá…matan a un paquetón de gente inocente, con personajes siniestros como Donald Trump que pueden, mediante una campaña estridente y al vapor, aspirar y llegar a la presidencia….

Tampoco gobernaría a Inglaterra, tan gris y lloviendo todo el año, con eso de tener que arrodillarme frete a una señora llamada reina, o bajar la cabeza ante un tipo antipático, de orejas grandes, con el título de príncipe, de tener que sentarme tan apretujado con otros políticos  en los atestados e incómodos bancos de su congreso, con una conversaciones sosas y aburridas sobre el té de las cinco o el tiempo que hace, o con una gastronomía tan insulsa que no es capaz de tener un plato universal…

Menos aún elegiría a Rusia, con el frío bestial que se pasea por allí, con una KGB que no sabes el día que te van a enviar aun resort de Siberia para congelarte el resto de tu vida, una nación ya desmembrada en muchos pedazos pero  siempre ladrando a los Estados Unidos y a cualquiera que les haga un poco de competencia, con el vodka puro como bebida nacional, que no lo soporto…

De Alemania nada de nada, por muchas salchichas y cervezas gigantes que se tomen a cada rato, o se atiborren aún más en el famoso Ocktober Fest, por mucha tecnología que tengan para automóviles y medicinas avanzadas, soy latino y no podría con un pueblo tan disciplinado y trabajador, tan exigente que hacen dimitir a un honorable presidente del país por sólo recibir un préstamo hipotecario con unos intereses algo más ventajosos que los del resto de los ciudadanos…

De Suecia y otros países escandinavos, imposible, serán muy civilizados, muy educados, my inteligentes, muy altos y buenos mozos, y sobre todo muy altas y buenas mozas, pero ese frío polar que no lo soportan ni los osos, el tener que comer tanto salmón y otros pejes por el estilo casi crudos, con unos ciudadanos tan poco expresivos…

Ser el jefe de Francia lo descarto, si bien París es algo maravilloso, todos sus presidentes acaban más quemados que la pipa de un indio cuando hace las paces con el séptimo de caballería, y los líos que se arman por las calles con los estudiantes y los trabajadores no son nada fáciles, además con eso de ahora es el centro de los atentados yidahistas, no estaría seguro ni tranquilo en ningún momento…

De Italia ¡Dios nos libre! con lo y retorcidos y berluscones que son los políticos de por allí, con sus alianzas momentáneas ahora con estos, después con aquellos, maña con los demás, y sus gobiernos tan heterogéneos y fugaces que no se sabe ni quien son los presidentes, con eso de tener que ser amigo de la mafia o la camorra para poder sobrevivir a base de pagarles dinero o favores…

De España, je,je,je… con la crisis y los millones de parados que tienen, con unos políticos tan atrasados y mediocres que no se ponen de acuerdo ni para formar gobierno, con una corrupción oficial y privada rampante que va desde las uña de los pies, hasta los últimos pelos que puedan quedar en la cabeza, con unos catalanes revoltosos a punto de separarse y formar su propio Estado…

De China ¡Ay ombe! todos son tan igualitos, amarillitos y con los ojos rasgados que no puedes distinguir unos de otros, que comen alacranes, carne de perro y para el colmo con esos palillos tan complicados de manejar, uffff…y lo  difícil que es aprender el mandarín y el cantonés…

Después de hacer un amplio recorrido y análisis de muchísimos países, llego a la conclusión de que el mejor del mundo para gobernar es la República Dominicana, un maravilloso lugar aún medio escondido del Caribe, sin inviernos, con mucho calor y vegetación exuberante, sin apenas protagonismo internacional, donde las horas son de120 minutos y los semáforos solo están de adorno, donde los presidentes son dioses endiosados e intocables que viven en el Olimpo y no en la realidad nacional, con una gente tan maravillosa que tolera a sus dirigentes todas las vagabunderías, donde las constituciones son en verdad un pedazo de papel sobre el que poder orinarse, o hacer lo otro también, donde se hacen unos sancochos y unos chicharrones con yuca de película, donde los llamados hombres del maletín moldean las decisiones de los congresistas, donde la cerveza fría y el ron eson de antonomasia y seguidilla, donde los ladrones de cuello blanco cuentan con la impunidad y la ley a su servicio, donde las mujeres son las más simpáticas, cariñosas y bellas del mundo, donde los apagones y la basura son a cada rato los protagonistas principales de la película…

En resumen, me encantaría gobernar la República Dominicana bajo este lema: El país de María Santísima, donde a la casualidad le llaman chepa, al peso tolete, y el día más claro llueve. Con esto está todo lo dicho anteriormente y resumido de manera excelente.