El objetivo principal de este artículo es analizar la importancia de las áreas protegidas para la sociedad desde la perspectiva del turismo sostenible, sobre todo para los países en vías de desarrollo.

Para la elaboración de este trabajo hemos  revisado una extensa literatura científica sobre el tema. Hemos revisado las experiencias de diferentes tipos de áreas protegidas de países en vías de desarrollo y desarrollados, como Alemania, Estados Unidos, Costa Rica, Galápagos, etc., con la finalidad de observar la importancia de las áreas protegidas para las comunidades locales y las formas y/o usos turísticos que se desarrollan en dichas áreas, a fin de darlo a conocer y copiar en nuestro país este modelo de desarrollo.

La actividad turística es el principal motor económico a nivel internacional que genera nuevas oportunidades para el desarrollo y la modernización del destino, tanto a nivel económico como social y cultural. En la actualidad aparecen nuevos tipos de turismo alternativos al turismo de masas, que se realizan de forma sostenible, y donde el turista tiene en cuenta aspectos como el descanso, el conocimiento de la cultura local y la conservación de los recursos naturales (eco-turismo ). Esto se debe a que hoy en día los seres humanos están más concienciados con las problemáticas medioambientales, y a que los viajeros buscan la autenticidad del destino en su viaje. Por lo que hablamos de nuevos tipos de turismo alternativos relacionadas con elementos como la cultura o la naturaleza, y que se desarrollan de forma más sostenible que el turismo de masas.

En este sentido, cabe citar que han sido muchos los autores que han estudiado la sostenibilidad en la actividad turística, siendo tal hecho constatado en la investigación desarrollada por Chávez Dagostino  de 2013, la cual menciona que una de las características de estas nuevas formas alternativas de turismo es que se desarrollan en contacto con la naturaleza, es decir se realizan en áreas protegidas, las cuales suelen contar con una reglamentación para garantizar el uso adecuado de las actividades en dichas áreas. El objetivo es conservar el patrimonio natural.

Para Casas Jurados (2012), el turismo comunitario se refiere a aquel turismo que está basado en la comunidad local y que pretende reducir el impacto negativo y reforzar los impactos positivos del turismo en la naturaleza.  Este turismo tiene varios objetivos, destacando aquellos relacionados con la conservación de los recursos naturales, patrimoniales y culturales, el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales, y la calidad recibida por la demanda turística.

Para los autores López-Guzmán y Sánchez Cañizares (2009), el turismo comunitario se compone de tres bloques principales: El primero lo formarían los agentes sociales encargados de la planificación turística (empresas, guías, gobierno local, oficinas de turismo, etc.); el segundo bloque lo conformarían las empresas de servicios directas (hoteles, restaurantes, etc.); y, por último, el tercer grupo estaría formado por otras empresas que apoyan el turismo en el destino (medios de transporte, tiendas de suvenir, turismo activo, etc.).

Por otro lado, la puesta en marcha de este turismo también genera  beneficios, por lo que  el turismo comunitario mejoraría el desarrollo socioeconómico de la población local a través de la generación de empleos formales y creación de empresas, además de fomentar la conservación de la cultura y naturaleza local. Esta forma de turismo se configura como una herramienta de lucha contra la pobreza, que tiene importantes efectos multiplicadores en el Producto Interno Bruto (PIB), y que permite conservar el patrimonio natural, histórico y la identidad étnica de un destino turístico. Por su parte, el desarrollo de este turismo puede presentar algunos impactos negativos, como por ejemplo la contaminación ambiental, el deterioro de la cultura, etc. Por esta razón, este turismo debe planificarse adecuadamente, bajo la coordinación conjunta de todos los implicados, con la finalidad de obtener beneficios para el destino (sobre todo para la población local) y controlar todos aquellos costos o impactos negativos que esta actividad puede generar en el área.

Por tanto, el turismo comunitario es una forma de explotar la actividad turística, donde  la población local es la que gestiona los recursos turísticos, y a través de los beneficios adquiridos se  contribuye al desarrollo sostenible, de tal forma que se satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, al tiempo que se respeta la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de apoyo a la vida. De manera que la sostenibilidad se divisa desde tres vértices: económico, ecológico y social.

En este sentido, esta forma de turismo adquiere más importancia en destinos como Boca de Yuma, desfavorecido del desarrollo, donde temas relacionados con la generación de riqueza y conservación de los recursos se hacen vitales para la supervivencia de la comunidad, tanto del presente como del futuro

En tal sentido, y basado en estos estudios y literaturas publicadas, hemos propuesto en diversas ocasiones la creación de un patronato para fomentar el desarrollo turístico del Parque Nacional del Este ( Cotubanamá ), en el cual participe los propietarios de parcelas con costas, los Ministerios de Turismo y Medio Ambiente y las Municipalidades de Bayahibe y Boca de Yuma, con la  intención de explotar los recursos de esta área geográfica, con dos objetivos fundamentales:

  1. Mejorar la calidad de vida y el desarrollo socioeconómico de los residentes.
  2. Fomentar la conservación de la naturaleza y la cultura, y el respeto hacia el medio ambiente.

La idea de fomentar un desarrollo eco-turístico de baja densidad en el Parque Nacional del Este antes que cualquier otra área, es porque esta zona tiene ventajas comparativas que no las tiene otro Parque, como son buenas carreteras de acceso, aeropuertos cercanos y la titularidad de las parcelas no tienen problemas legales, por lo que este desarrollo estaría funcionando en el corto plazo y serviría de modelo para Bahía de las Águilas y las demás áreas. Además el turista encontraría los tres principales factores: descanso, conocimiento de otra cultura y observación de la conservación de áreas protegidas.  Hagamos esta diversificación de nuestra oferta turística y a la vez contribuyamos con el desarrollo de estas comunidades desfavorecidas.