Aunque sin dinero en el bolsillo, no se hospedan en hoteles y posiblemente muchos terminaran dándole problemas a las autoridades, en las estadísticas nacionales los dominicanos que llegan deportados de otros países deben figurar como turistas ya que residían en otro país.

La masa de deportado aumentará sustancialmente en la medida en que se acerque la campaña electoral en los Estados Unidos ya que Donald Trump expulsará a miles indocumentados y apresados por diversos delitos, como parte de su objetivo político en materia de inmigración.

Sus planes son limpiar al país de esa plaga al costo que sea y castigar a los residentes y hasta ciudadanos que provienen de ciertos países que no son bien visto por Estados Unidos. Sus críticas a varios congresistas negros, musulmanes y latinos, solicitándole que regresen de donde vinieron, es un ejemplo de hasta donde este hombre puede llegar para concretar sus planes.

Estas deportaciones masivas cargarán de problemas a las autoridades nacionales y de alguna manera afectará el flujo de turistas extranjeros ya que la delincuencia cobrará fuerza.

El turismo es como un vidrio muy fino que se raja hasta con el viento, explota con un ruido intenso y se desgrana con un golpecito.

Y lo estamos viendo en los actuales momentos, aunque detrás de la campaña desatada contra el país, hay más desinformación y más mala fe de muchos competidores caribeños, que la gravedad que se quiere mostrar.

Pero esa campaña pude estar ligada a la situación política que vive el país y en represalia por lo de China. Si Estados Unidos no quiere reelección (como no la quieren la mayoría de los dominicanos) pero el presidente Medina insiste en ello, entonces hay que golpear en la parte mas sensible. EL TURISMO.

Mas de la mitad de los turistas extranjeros provienen de Estados Unidos y el efecto de la campaña negativa contra el país se está dejando sentir con la cancelación de reservaciones, que parecen ser muchos más grande de lo que se dice.

Para muestra un botón. Datos del BCRD muestran que en junio pasado la llegada de turistas extranjero creció en 0.88% cuando un año atrás en el mismo mes lo hizo en 3.53%. Un tremendo bajón.

Y en los próximos meses las cosas pueden empeorar.

O sea, que la crisis que vive el turismo en los actuales momentos puede tener sus raíces en la tozudez del presidente y su circulo de funcionarios que se resisten a dejar el poder, en especial ahora que temen ser perseguidos por los sobornos de Punta Catalina.

Y mientras la incertidumbre invade a las familias dominicanas al margen de su inclinación política, todo seguirá empeorando más allá del turismo.