No podían resultar más positivas las informaciones llegadas de España sobre la participación de nuestro país en la trigésima Feria Internacional de Turismo, que ha tenido lugar en Madrid, por vía del Ministro del sector Francisco Javier García, cabeza de una amplia delegación con nutrida participación del sector privado y ejecutivos de los dos principales bancos nacionales, el Popular y el Reservas, que han dedicado buena parte de sus recursos crediticios a financiar proyectos turísticos.
El stand que exhibe los colores nacionales ha figurado entre los más llamativos y más visitados, tanto por los representantes de las agencias de viajes, que constituyen el eje central de la actividad turística, como por los de las cadenas hoteleras y potenciales nuevos inversionistas.
Si damos crédito a las declaraciones de Javier García, en su retorno al país viene acompañado de una atractiva carga de ofertas para la construcción de 29 mil nuevas habitaciones hoteleras en distintas áreas turísticas del territorio nacional. Son proyectos de relativo pronto inicio, que una vez ejecutados y en operación, contribuirían a apuntalar aun más el liderazgo regional de la República Dominicana en esta importante y competida actividad.
Y un detalle de especial significación: un empresario español ha mostrado gran interés en desarrollar un vasto complejo hotelero en la provincia de Pedernales, el cual abarcaría la construcción de 9 mil habitaciones, estando solo a la espera del llamado del gobierno para dar inicio al ambicioso proyecto.
De concretarse el mismo, revestiría gran importancia en un doble aspecto. El primero, porque agregaría un nuevo polo turístico a los ya existentes en una zona hasta ahora de potencial virgen pendiente de aprovechamiento, y el segundo, porque en el plano local resultaría como un balón de oxígeno para devolver vida a esa deprimida provincia, donde los bolsones de miseria se han ido abultando debido al creciente desempleo provocado por el cierre de empresas y la explotación minera.
Vale recordar que tiempo atrás, el Presidente Danilo Medina llevó a cabo una visita a la rescatada Bahía de las Aguilas en compañía de un grupo de inversionistas extranjeros que estarían motivados a ejecutar un multimillonario complejo de turismo ecológico. La actividad contó en ese momento con una amplia cobertura mediática, pero hasta ahora no se ha ofrecido ninguna nueva información sobre el proyecto, por lo que se ignora si los potenciales desarrollistas mantienen y han dado pasos en ese sentido o perdido interés en su ejecución.
En otro orden, el Ministro de Turismo abordó otros dos temas importantes y conflictivos. Uno fue el de las diferencias surgidas con las asociaciones de hoteleros de Bávaro y ASONAHORES respecto al permiso para la construcción de torres de 22 pisos en Cap Cana y de 25 en Macao.
Si bien el funcionario ha expresado mostrarse abierto a iniciar un proceso de diálogo con los representantes de la industria turística, adelantó que la altura de dichas construcciones se ajusta a las normas del Ordenamiento Territorial. No deja de causar extrañeza, sin embargo, el hecho de que haya retrasado hasta ahora esa información y la diera desde el exterior, después que el tema había estado levantando revuelo por varios días en los medios de comunicación.
Y la otra, dando respuesta a las advertencias hechas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos a los ciudadanos de ese país, que constituye nuestro mayor y más atractivo mercado turístico, de las precauciones que deben adoptar antes de venir a vacacionar a la República Dominicana, sobre todo en términos de seguridad personal.
En este sentido, el titular de la cartera ministerial afirma que el país mantiene dispositivos especiales de seguridad para garantizar la integridad personal de los vacacionistas extranjeros en las zonas turísticas, por lo que somos un destino seguro y confiable. Es una afirmación que, sin embargo, carecerá de relevancia si se queda aprisionada en el ámbito doméstico, sin darle divulgación y promoción en ese mercado, y que además, quedará sometida a prueba, en la medida en que se evite que vacacionistas extranjeros puedan resultar víctimas de hechos delictivos si deciden traspasar el perímetro de los centros en que se hospedan para conocer lugares de interés.
Sin dudas, la industria turística dominicana, tal como se ha señalado en tantas ocasiones, contribuye de manera significativa a motorizar nuestra economía, es una importante fuente generadora de divisas, figura entre las actividades que generan mayor cantidad de plazas de trabajo, promueve la mejor imagen del país a nivel internacional y se proyecta hacia el futuro bajo los mejores auspicios.
Cuidarla como uno de nuestros más preciados tesoros, que de hecho lo es, debe ser considerada como tarea prioritaria y compromiso de todos.