Recorrer por el túnel de la Ortega y Gasset que conecta la avenida del mismo nombre con la Zona Universitaria y con la 27 de Febrero es una aventura a la ciega peligrosa. El túnel se divide en dos, el derecho que conecta con la Zona Universitaria, al Sur, y el izquierdo que sale a la 27 de Febrero, al Este. Pero no dice hacia dónde conduce cada uno.
La falta de iluminación en las paredes laterales dificulta la visión para los conductores, un factor que se convierte en una boca de lobo, un peligro de que alguien con baja visión o súbita adaptación pupilar por cambio de iluminación con el medio exterior al medio interior, perdiendo visibilidad si es de día, y penumbra si es de noche. Se puede contactar la paupérrima iluminación de las luces del techo. Y tampoco hay cintas reflectivas, aparte de las líneas blancas en la avenida, que orienten al conductor.
Una mala práctica es que la mayoría de los que transitan por los túneles NO encienden la luz baja, como debe ser y así se hace en cualquier país del mundo donde hay estos tipos de tramos de circulación. La razón de la luz baja es una ley de túneles, y debe ser baja. Ya que si es alta cegaría al conductor que viene de frente en carril contrario y por reflejo en el retrovisor, al conductor que viene detrás.
Urge la educación vial, y urge señalizar nuestro país. La escasez de señalizaciones, carencia de señalizaciones oportunas de orientación, la alta velocidad al conducir, así como las imprudencias de los conductores y el déficit en educación del conductor y peatonal hacen este país intransitable, uno de los más peligrosos del mundo, y donde se producen más muertes por accidentes de tránsito.
Es urgente regular la velocidad en la ciudad (60, 50, 30, 20 km/hora) como lo hacen los países desarrollados, y que las señalizaciones correctas sean colocadas en todo el país para orientar al conductor, no importa si es zona urbana o rural.
Deben ser colocados correctamente los letreros de orientación sobre las vías, en el centro y si son colocados en los lados, que sean visibles, que se les dé seguimiento para que los árboles no los tapen y estén siempre visibles, y bien iluminados por las noches.
¿Cómo es posible que si se maneja por la avenida de San Isidro para coger la avenida Las Américas no hay un letrero claro, frontal, iluminado que diga a tantos metros: Avenida Las Américas, y ya adentro de la vía no hay dónde te diga Carril Izquierdo Avenida Las Américas/carril expreso”, y otro que diga que el carril derecho te lleva a la marginal?
Solo hay que darse una vuelta por la Duarte con París y zonas aledañas para uno ver como los agentes de la AMET brillan por su ausencia (todos se apuestan en el Polígono Central), el desorden que impera en esa zona es gigantesco. ¡Y no se diga en las provincias y campos, donde hay cruces y no se sabe hacia dónde conduce cada carretera…!